Son las 2:15 de la tarde en Lima, pero en Segovia ya es de noche. Exactamente nos separan seis horas. En esa ciudad, como en toda España, acaba de terminar la diaria y merecida sesión de aplausos ciudadanos que sirve de aliento a quienes exponen su vida para frenar el avance del COVID-19. Esto lo relata María Coco Hernando, comunicadora corporativa con quien nos enlazamos vía telefónica y quien por estos días ha experimentado en carne propia el poder de las redes sociales.
Coco nunca imaginó que responder las interrogantes de sus hijos sobre la pandemia a través de “Coronavirus no es un príncipe (ni una princesa)” convertirían este cuento en viral. ¿Por qué se mueve tan rápido el coronavirus?, ¿no estaba en China, que está lejísimos?, ¿cómo es el COVID-19? fueron algunas de las preguntas que Manuel y Tomás, de 9 y 6 años, le hicieron a su madre. Y son también las que millones de niños en el mundo se hacen.
Sorprendida aún por las más de 500.000 lecturas de su libro en 10 días y los idiomas a los que ha sido traducido rápida y espontáneamente –italiano, inglés, albanés, holandés, polaco y las otras tres lenguas oficiales de España: gallego, catalán y euskera–, ella nos cuenta los pormenores de esta historia y de paso la dura realidad que enfrenta su país.
¿Cómo te embarcas en esta aventura?
La verdad que ha sido todo muy rápido. Dos o tres días antes de que se decretase el estado de alarma en España, tanto mis hijos como yo nos empezamos a quedar en casa. Ellos estaban un poco pachuchos (decaídos) y me daba un poco de miedo. El caso es que cuando todo esto pasó, ellos empezaron a preguntarme que quién era el coronavirus, por qué se había suspendido la escuela, que qué ocurría. Y cuando te enfrentas a una situación que ni tu misma has vivido, pues no entiendes. No hay respuesta a algo que a ti misma te cuesta entender. Estuvimos hablando en el sofá, intentando explicarles, en su lenguaje, lo que pasaba. Entonces, cuando se fueron a la cama, a mí me costaba dormir. Y esas preguntas que me hicieron se materializaron en el cuento.
¿Cuánto tardaste en plasmar la idea?
Durante el fin de semana trabajé el texto, luego contacté con Sara Ramírez, ilustradora de La Rioja, y María R. Coco, correctora de textos. Así que les trasladé la idea. No pensaba que esto iba a llegar más allá. Era un cuento que quería ilustrar y ponerlo muy bonito para compartirlo con mis hijos, con mis sobrinos, con mi familia y amigos. Y, pues nada, lo puse en marcha, estuve corrigiendo y lo preparamos en tres días.
Todo empezó cuando lo publicaste en tu Facebook el día en que España celebraba el día del padre, el 19 de marzo.
Escribí que veces es difícil decirles algunas cosas a tus hijos y que os regalaba a todos un cuento hecho para explicarles lo que está pasando ahora. Pero se empezó a compartir, se hizo viral y ahora tiene más de 500 mil reproducciones y está traducido a 10 idiomas más o menos.
Por ahora el acceso vía online es gratuito ¿Tienes pensado publicar una versión física?
Yo quiero imprimir algunos para tenerlos de recuerdo. Ya se han puesto en contacto colegios, librerías y hasta una editorial árabe, de Jordania. Me han dicho que les gustaría editarlo. Hay gente que me lo está pidiendo impreso y si alguna editorial me quiere echar una mano pues bien.
Este libro puede ser el inicio de tu carrera como escritora...
No soy una escritora de cuentos, pero sí, está escrito con mucho amor, ¿sabes? Veo que en estos momentos la gente necesita un abrazo virtual porque todavía no sabemos la magnitud de esta crisis tan increíble a la que nos enfrentamos. No sé bien cómo es la situación en el Perú, pero esto es una nueva vida a la que nos debemos adaptar y acostumbrar.
Incluyendo a los niños, tampoco es fácil para ellos.
Soy consciente de que esto es algo nuevo para mí, pero para mis hijos también. Tengo 39 años y jamás he vivido una crisis así. Ahora nosotros estamos tan ocupados en cómo nos vamos a organizar que se nos olvida un colectivo tan importante como son los niños.
¿Cómo has combatido el temor de tus hijos con estos cambios obligados?
Bueno, en realidad, ellos no exteriorizaban ese miedo. Por eso, al final del libro menciono una lista de superpoderes. Y está el “si tienes miedo, habla con papá y mamá”. Más que asustados, mis hijos se muestran extrañados. En casa, con sus padres, los niños se sienten protegidos.
Los expertos señalan que tener una rutina en medio del aislamiento social es importante. ¿Cuál es la tuya?
Me levanto a las 6 de la mañana para poder avanzar mi trabajo. Lo hago hasta las 8 y pico que ellos duermen. Avanzo todo lo que puedo. Paro para desayunar juntos. Avanzo de nuevo cuando ellos hacen las tareas. Al mediodía unos vecinos tocan canciones con la flauta travesera y todos nos asomamos a las ventanas, es súper bonito. Luego ellos juegan a la consola un juego de deporte mientras yo sigo trabajando. Y luego, nada, ya comen. Más tarde hacemos juegos en familia o un poco de ejercicios. Pues te organizas como puedes.
¿Crees que esta situación afecte de alguna forma a los niños?
Mira, creo que depende de cómo los hagas sentir. De la actitud que tengan sus familiares o las personas que les acompañen. Vivimos con una tensa calma, pero no con angustia como están viviendo otras familias que pasan por auténticos dramas. Todo depende de cómo se transmita esta situación a los niños.
Esta crisis sanitaria está marcando un antes y un después en el mundo…
Creo que es un punto de inflexión en las sociedades, en muchas cuestiones. Ya teníamos una crisis de valores muy grande. En España por ejemplo el sistema educativo ha tenido que revolucionarse para dar clases online. No lo había hecho nunca en niños tan pequeños y los profesores están continuamente mandando videos. El teletrabajo se ha visto como la única herramienta factible para intentar mantener los puestos de trabajo. Esto es un drama económico también.
¿Qué tan afectada está Segovia por el COVID-19?
Segovia está justo al lado de Madrid, la provincia más afectada de España. Esto que está pasando en el fondo es una guerra. En España al menos estamos viendo lo que nuestros abuelos vivieron en la guerra mundial. Lo que pasa es que esta no es una guerra de humanos contra humanos: es contra un virus, una peste. Hay fotos, imágenes de otras epidemias, de muchas décadas atrás, que ahora las ves y parecen el Ifema, la Feria de Madrid que ahora se ha convertido en un hospital de campaña. Este recuerdo se nos va a quedar grabado tanto a niños como a mayores.
¿Crees que el gobierno español tardó en reaccionar ante la pandemia?
Teniendo el ejemplo de China que está muy lejos pero con el de Italia que está aquí mismo y que lo hemos visto de cerca, creo que debimos haber tomado medidas antes. Se entiende que una crisis de esta magnitud supera a todos, pero cuando lideras un país hay que tomar ciertas medidas aunque no sean populares. No quiero politizar esto, pero si tienes que mandar a la gente a su casa pues lo haces.
¿Cuál debería ser la lección por aprender de todo lo que hoy estamos viviendo?
En momentos así te das cuenta de lo que es verdaderamente importante. En España vivimos en la constante necesidad de hacer continuamente cosas, de puertas para afuera, de redes sociales, de tener qué mostrar. Ahora estamos de puertas para adentro, con los nuestros, de luchar desde casa. Siempre digo que las crisis son una oportunidad si las consigues gestionar y si la vida nos permite, en este caso, no caer enfermos con esto. ¿Cómo vamos a volver a la vida de antes? No lo sé. A partir de ahora esa es la gran incógnita.
Lea el cuento “Coronavirus no es un príncipe (ni una princesa)” en este enlace.
El Comercio mantendrá con acceso libre todo su contenido informativo sobre el coronavirus.
¿Hay cura para la covid-19?
Aún no existen pruebas de que alguna vacuna o medicamento pueda prevenir o curar la enfermedad. Sin embargo, los afectados deben recibir atención de salud para aliviar los síntomas; y si el paciente está grave, deberá ser hospitalizado.
La OMS coordina esfuerzos para encontrar la cura contra este nuevo coronavirus que ha acabado con la vida de miles de personas.
¿Debo usar mascarilla para protegerme del coronavirus?
Si no tiene síntomas respiratorios característicos del covid-19 (tos) ni debe cuidar de alguien que esté infectado, no es necesario llevar una mascarilla.
La OMS recomienda evitar su uso, debido a que en esta pandemia, estos implementos puede escasear. Ahora, recuerde que si usa uno, este es desechable; es decir, solo se puede utilizar una vez.
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