El 28 de diciembre del 2023, Cynthia Martínez (Lima, 1975) perdió al amor de su vida. La partida de su esposo, Pedro Suárez Vértiz, la sumergió en una profunda tristeza que, con el tiempo, está logrando apaciguar a través de la escritura. Inicialmente, compartió sus sentimientos en las redes sociales; ahora, lo hace en “Esposo mío”, un libro de editorial Planeta que narra cronológicamente su historia íntima y de absoluta complicidad con el rockero nacional. “Gracias a esto, no caí en el hoyo”, nos confiesa.
“Días después de que Pedro se fue, empecé a escribir en mis redes sociales, intentando llevar adelante este gran legado. Un día, mientras estaba en la cama con mi hija María José, le dije: ‘Majo, Pedro me acaba de decir que escriba’. A él lo siento todo el tiempo de diferentes formas y lo veo en los famosos colibrís que llevo a todas partes (muestra el prendedor de colibrí que tiene en su pecho). Mucha gente puede pensar que estoy loca, pero no me importa. La primera vez en mi vida que vi esa ave fue una semana después de que Pedro murió”, refiere Martínez Turner.
Sucede así
Cynthia y el rockero nacional estuvieron juntos durante más de tres décadas. Ella tenía 16 años y estaba en quinto de secundaria cuando lo vio por primera vez, mientras que él, con 22 años, ya era el famoso cantante de Arena Hash cuando se conocieron.
“Nos conocimos por casualidad en 1991, mientras caminaba por la calle. Mis amigas lo llamaron. Aunque no era seguidora de la banda, sabía quién era. En ese momento, no imaginaba cómo sería su mundo ni lo que nos depararía el futuro, ni lo felices que íbamos a ser. Tres meses después nos convertimos en pareja y, dos años más tarde, Mariajosé (su primera hija) llegó para formalizar nuestra relación. Luego, nos independizamos y finalmente nos casamos”, narra.
Con la llegada de Mariajosé a sus vidas, Suárez Vértiz decidió comprar su primer automóvil para facilitar la movilidad de la familia. Lo hizo con el dinero que recibió por grabar unas canciones para el programa “Nubeluz”, cuenta Cynthia. “Era un Toyota Corolla negro de dos puertas, modelo 1992, que costaba ocho mil dólares. Lo recuerdo claramente porque esa también fue la suma que le pagaron en el programa. Muchos pensaban que era el auto de ‘Mi auto era una rana’, pero no era ese. Quizás fue otro. Eso nunca lo sabré (ríe)”.
La vida siguió su curso y también lo hizo la carrera del cantante. De hecho es sabido que algunas canciones de Pedro están inspiradas en personas que en algún momento formaron parte de su vida. Martínez afirma que “Talk show”, el segundo sencillo del álbum del mismo nombre, lanzado en 2006, se basa en una historia real de su juventud.
“Está dedicada a su primera enamorada. Cuenta toda la historia de él con ella. Esa es la única autobiográfica. Las demás son inventadas, pero asumo que ‘Pasear en bicicleta’ y ‘El árbol’ también tienen que ver con su vida. ‘China wife’, la hizo para mí. Es instrumental”, detalla.
Sueño incumplido
Asimismo, revela que mucho antes de ser diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica, en febrero de 2011, el rockero había soñado con abrir un restaurante junto a Arturo del Pomar.
“Le encantaba la cocina, preparar comidas para la familia y los amigos. Soñaba con tener un gran restaurante de pasta al que vinieran todos sus amigos. Decía que la cocina tendría un gran vitral y que el ‘Gordo,’ porque nunca lo llamaba Arturo, estaría detrás de la luna, cocinando. No sé si al ‘Gordo’ le gusta cocinar, sé que le gusta comer; pero así lo veía Pedro”, relata.
Enamorados eternos
Además de la música, Cynthia también comparte en “Esposo mío” los recuerdos de sus vivencias junto a Pedro, desde la felicidad absoluta hasta los momentos más difíciles y también cómplices, como aquella vez que le propuso una “locura de amor” para mantener la sensualidad a flor de piel.
“Como no podía abrazarme ni besarme, se me ocurrió una idea que funcionó para nosotros. Yo me acostaba y me dormía antes que él, y lo primero que hacía al despertar era revisar sus redes sociales. Entonces, le propuse que cuando publicara algo sobre sensualidad, eso significaría que me estaba seduciendo, y yo captaría el mensaje. Era una forma de iniciar un acercamiento hacia él. Lo que vino después, no puedo describirlo (ríe)”.
Reconoce también que, teniendo a un esposo tan famoso, para mantener un matrimonio feliz y estable, tuvo que “sacarle la vuelta a los celos”.
“Cuando viajaba, le enviaba un video o una foto de alguien que le pudiera gustar porque conocía perfectamente su estereotipo. Si me iba a Europa, donde son rubias, voluptuosas y más liberales en las playas que aquí, le mandaba la foto. Así comenzaba una conversación divertida entre nosotros. Nuestra relación siempre fue cómplice”, relata.
Han pasado casi siete meses desde el fallecimiento de Pedro, y Cynthia reconoce que aún no ha logrado aceptar su partida. Sin embargo, se esfuerza por encontrar la felicidad cada día, aferrándose a la ilusión de volver a verlo en otra vida. Esta esperanza la mantiene viva y la alimenta.
“Antes no creía, pero ahora sí creo que hay vida después de la muerte, ya sea como ser humano, colibrí, mariposa, libélula o simplemente como alma. Me consuela pensar que volveré a verlo. Aún nos queda mucho por vivir. Sé que me está esperando, cuidando y, por supuesto, amando. Fui el amor de su vida, y solo con saber eso puedo seguir adelante aquí, mientras él está allá”, subraya.
La presentación del libro de Cynthia Martínez (editorial Planeta) se realizará en la Feria Internacional del Libro Lima
Lugar: Sala Blanca Varela.
Día: Domingo 28 de julio
Hora: 7:00 p.m.
Estará acompañada de la periodista Milagros Leiva.