Obra de Wislawa Szymborska.
Obra de Wislawa Szymborska.
José Carlos Yrigoyen

Una de las consecuencias de este aislamiento obligatorio es que uno empieza a extrañar la costumbre de perderse visitando librerías en busca de novedades. Pero ahí están los e-books, que en esta coyuntura de paralización editorial son útiles para ponerse al día con las lecturas que por distintos motivos se nos escaparon en su momento. Gracias a un precio razonable, accedí a “Correo literario, o cómo llegar a ser (o no llegar a ser) un escritor” de la polaca Wislawa Szymborska (1923-2012), Nobel de Literatura de 1996 y una de las poetas europeas más relevantes y originales de la segunda mitad del siglo XX.

Desde principios de los años cincuenta, antes de publicar sus primeros libros (entre los que se halla una de las críticas más lúcidas que se le han hecho al estalinismo, “Llamando al Yeti”, de 1957), hasta inicios de los ochenta, convertida ya en una autora consagrada, Szymborska se encargó de una columna en la popular revista “Correo literario”, cuyo fin era contestar a los escritores –muchos de ellos principiantes jóvenes y adolescentes– que enviaban a la redacción sus poemas y cuentos con la ilusión de ser publicados. Este libro antologa un buen número de esas respuestas, la mayoría de ellas caracterizadas por una honestidad brutal que no toma prisioneros y que no tiene escrúpulos en destruir carreras literarias que apenas si han dado tímidos pasos. Por ejemplo, le recomienda a una veinteañera que le ha enviado unos frágiles sonetos lo siguiente: “Ewa, nos parece que es mejor estudiar química”.

Amparada en el anonimato, Szymborska era implacable con los temblorosos aprendices que caían en sus manos. Su elegante sentido del humor, el cáustico ingenio que exhibe en cada entrega y su mirada inteligente y punzante consiguen que disfrutemos a rabiar con esta galería de sentencias malvadas. “Sus poemas son apenas correctos y con poemas como esos está empapelado el infierno de los poetas”, contesta a un muchacho de Varsovia. “Tienes una idea errónea de los poetas. Desde que el mundo es mundo, no ha habido ninguno que cuente las sílabas con los dedos. El poeta nace con oído. Con algo tenía que nacer, digo yo”, amonesta a un bisoño lírico de Zakopane. “Ese terror suyo es un préstamo de Kafka, y como suele pasar muchas veces, se hace un uso indebido de las cosas prestadas. Es una gran suerte que el propietario no vaya a reclamar su devolución”, fustiga a un cuentista de Breslavia. Así, hasta el infinito.

Szymborska pertenece a una estirpe de reseñadores brillantes que no tienen reparos a la hora de volcar toda su mordacidad en los textos donde fulminan a los autores que comentan (quizá sus más conspicuos representantes sean Kingsley Amis e Ignacio Echevarría). Basan su derecho a triturar esperanzas literarias sin conmiseración en el hecho de que no se limitan al comentario humorísticamente negativo: también ofrecen un análisis informado y sustentado en argumentos perspicaces para condenar el libro respectivo al sótano de las lecturas desaconsejadas. No todo se reduce, pues, a un vacuo elogio a la destrucción. Szymborska afirmaba que en sus reseñas había “más diversión que valores didácticos”, pero no existe tal desproporción. En esas viñetas críticas, salvo en los casos de candidatos a escritores sin gota de talento que los salve, encontramos siempre una frase que sirve como lección o punto de apoyo para quienes guardan algo que decir. “El mundo hay que volverlo a describir continuamente porque nunca es el de antes, aunque sea porque antes no estábamos nosotros”, le aconsejó alguna vez a un atribulado poeta joven. Y no podemos objetarle esa iluminación.

LA FICHA

“Correo literario”

Autora: Wislawa Szymborska.

Editorial: Nórdica.

Año: 2018.

Páginas: 128.

Disponible en Amazon.

Calificación: ★★★★.



Contenido sugerido

Contenido GEC