Veinte años después de “Memoria de mis putas tristes”, su última novela, y una década después de su muerte, nuevamente tenemos la posibilidad de leer a Gabriel García Márquez. La editorial Penguin Random House ya prepara el gran lanzamiento desde Madrid, con una conferencia de prensa el 5 de marzo para toda Iberoamérica, y la distribución, al día siguiente, de la novela de 144 páginas a todas las librerías de la región.
¿Pero de qué trata esta novela póstuma encontrada entre documentos amarillentos custodiados por la biblioteca del Harry Ransom Center, en Texas? La trama adelantada por la editorial nos habla de monólogos compartidos por Ana Magdalena Bach, quien, cada agosto, durante 28 años, viaja a la isla donde descansan los restos de su madre. Las visitas a la tumba, sobre la que deposita un ramo de gladiolos, se convierten en una ocasión para transformarse en una persona diferente.
Paisano del autor de “La hojarasca”, el escritor barranquillero Paul Britto ha leído dos capítulos completos que circulan en la red. En ellos encuentra su sello distintivo: la musicalidad del lenguaje, el adjetivo revelador y la incansable experimentación estilística. “Se trata de una novela escrita en forma de cuentos y cíclica como ‘Cien años de soledad’, pero desde otro ángulo del tiempo circular”, afirma.
No ha faltado quien cuestione la decisión de la familia del Nobel de publicar una novela que el propio autor no consideró apta. Su colega, el escritor caucano Andrés Mauricio Muñoz, nos recuerda que las circunstancias en que GGM escribió “En agosto nos vemos” estaban matizadas por un deterioro progresivo de sus capacidades mentales. Sin embargo, a Muñoz le parece que este nuevo libro da a sus lectores la posibilidad de “recuperar aun cuando sea un pequeño susurro”, de la voz del escritor. Y mientras los lectores esperan, nosotros nos preguntamos qué fue del llamado realismo mágico. Dejemos que sus paisanos respondan:
¿Cree que el realismo mágico está definitivamente muerto en Colombia?
¿Qué espera del nuevo libro de García Márquez?
- El realismo mágico, que García Márquez llevó a su expresión más interesante, con todo lo que tiene de hiperbólico y desmesurado, ya no tiene, para decirlo en palabras del mismo escritor, una segunda oportunidad sobre la tierra. Existió en un momento de gran interés por definir la idiosincrasia del Caribe, una forma de ser que supuestamente es contraria al racionalismo cartesiano propio de los europeos. Hoy los intereses de los escritores son otros, y no creo que volvamos nunca a plantearnos estos problemas en esos términos.
- Sobre el nuevo libro de García Márquez siento un poco de curiosidad, pero también un poco de miedo. La historia suena interesante, aunque con dejos de ‘déjà vu’. Sería muy triste que no estuviera a la altura del resto de su obra.
- No sé quién dijo que, si existe un dios, es un mal guionista; entre otras razones porque muchas cosas que ocurren en el mundo no son creíbles, aunque sean reales y comprobables, y es el trabajo del escritor hacerlas verosímiles y emocionantes. Creo que el realismo mágico forma parte de esa dimensión, siempre existirá, aunque en el futuro le pongan otras etiquetas.
- He leído varias novelas póstumas e inacabadas: “El primer hombre”, de Camus; “El último magnate”, de Fitzgerald; “El jardín de Edén”, de Hemingway, y nunca me arrepentí de haberlas leído, pues en muchos pasajes sobrevive esa mirada especial de los autores fallecidos. Eso espero de la novela póstuma de Gabo: encontrar ráfagas, instantes, epifanías de su maravillosa forma de ver el mundo.
- A mí me parece que el realismo mágico en Colombia, como etiqueta, está agotado. En cierta forma los autores colombianos de las generaciones posteriores a García Márquez sentimos que esa era ya una vía clausurada, toda vez que el Nobel concedido, así como la monumentalidad de su obra, habían agotado las posibilidades. Sin embargo, en los últimos años han adquirido mucha fuerza algunos matices que le sobreviven, como esa transgresión disruptiva de lo cotidiano que se acepta sin que se abra la puerta del horror o lo fantástico. Pero nunca se dirá que esto es heredero del realismo mágico.
- No tengo un fervor particular por la llegada de la novela; quiero decir que sin duda la leeré, pero no me veo preso del entusiasmo del coleccionista que aguarda la aparición de un ejemplar imperdible.
- Hoy se están escribiendo y siempre se estarán escribiendo obras en las que, eventualmente, el pacto realista establecido al inicio del texto se termina quebrando o enrareciendo. Ese tipo de escritura se sigue haciendo, por supuesto. “Eso” permanece. Y permanecerá con los nombres que le queramos dar a “eso”: fantasía, realismo mágico, etc. Por otro lado, si entendemos realismo mágico como un fenómeno o una escritura vinculada exclusivamente a García Márquez, tampoco creo que haya muerto, en el sentido de que a él se lo sigue leyendo. En la propia pregunta: ¿está definitivamente muerto el realismo mágico?, se intuye que vive.
- No creo que lea la novela, la verdad. Pero si empiezo a leer críticas buenas de lectores en los que confío mucho, sin duda la buscaré.
- El realismo mágico no puede morir. Cuando un artista logra consolidar un estilo y universalizarlo, como lo hizo García Márquez, incorpora a la sensibilidad humana una nueva visión del mundo. Es lo que pasó con don Quijote: desde que comenzó su andadura, los lectores supieron enseguida que ya más nunca podrían leer igual un libro de caballerías, tampoco cualquier libro ni la misma realidad, sin detectar en ella un ángulo quijotesco. Un estilo no es solo un método literario, sino una revolución en la forma de pensar y articular la realidad, un punto de torsión a lo conocido y a lo desconocido por donde, después del autor, deberán pasar lectores, escritores e impíos.
- Como muchos seguidores, he leído los dos capítulos que durante años estuvieron rondando por la red y me parece que es el tipo de textos al que Gabo nos tenía acostumbrados.
- El realismo mágico está vivo en la obra de García Márquez y en el lenguaje oral del caribe colombiano. No obstante, considero que es una visión muy reduccionista encasillar su obra como realismo mágico, pues su lenguaje fue variando con el tiempo. Si bien su estilo ha sido una marca muy fuerte en la literatura, los intentos de imitarlo fracasaron. También es cierto que el país no ha vuelto a dar un escritor tan grande y único como él.
- Solo saber que publicarán un libro inédito de García Márquez emociona y conmueve, aunque su autor en vida no lo hubiese considerado listo para publicar. Será interesante leerlo como lo que es: una novela inacabada por su autor. Si han publicado tantos libros póstumos de otros, ¿por qué no uno de García Márquez?