Jorge Luis Larrabure tenía 7 años y miraba la pantalla de televisión con atención. Había un mago haciendo en vivo el truco de los aros chinos y no tardó mucho en voltear hacia su padre y decirle con seguridad: "Papá, quiero ir a la universidad de la magia". Su camino hacia el mundo de las ilusiones se estaba trazando a paso firme. A los 14 años Jorge Lam se convertiría en su maestro y, un año después, haría su debut oficial. Hoy, con más de dos décadas de experiencia, el Mago George lanza “#ElMagoSoyYo”, un libro con el que busca motivar a otros pequeños a seguir sus pasos y que nos sirvió como excusa para conversar con él:
¿Cómo ingresaste al mundo de la magia?
Con un truco que hizo mi abuelita Julia cuando yo tenía 6 años: hizo desaparecer un carrito de juguete frotándolo contra su codo. Me quedé mirándola fascinado porque era la primera vez que presenciaba un acto de magia en mi vida. Ella estaba sentada tejiendo y no se movía, era porque tenía el carrito escondido en el cuello. Al levantarse de la silla, el carrito se deslizó por su vestido y cayó al suelo. Ese hecho marcó mi vida y quedé atrapado en el mundo de la magia para siempre. (Truco #18 del libro)
¿Por qué lanzar tu primer libro después de 20 años de carrera?
Esa es una buena pregunta. En realidad, ya tenía escrita la mitad del libro, pero creo que hay que estar en el lugar, el momento y con las personas indicadas para que todo suceda. Una alumna mía, dueña de Bríncala (agencia que ha diseñado el libro), me preguntó: “¿George, por qué no publicas un libro?”. Yo contesté: “Tengo 5 libros para publicar”. Una semana después estuvimos en una reunión con Editorial Planeta y les encantó la idea de hacer los 5 libros y "#ElMagoSoyYo" es el primero de ellos.
¿Cómo conociste a David Copperfield?
Para mí es el mejor ilusionista del mundo y un personaje que admiro mucho en esta carrera de la magia. Lo conocí por un truco que creé llamado “La Fábrica Mágica de Popcorn”, él mismo me mandó a llamar para ir a las Vegas y mostrárselo, simplemente se quedó fascinó con el invento y desde ahí tenemos una relación de amistad y trabajo.
Cuando comencé con la aventura del libro, tenía la idea de que David Copperfield fuera quien hiciera el prólogo. Le mandé un mail con la petición y accedió a hacerlo. Fue un sueño ello realidad.
¿Existe alguna diferencia entre mago e ilusionista?
Todo mago es ilusionista. Lo que pasa es que, en el mundo de la magia, se le denomina ilusionista a quién hace uso de grandes aparatos como cajas que parten a la mitad a una chica, levitaciones, etc. Por ejemplo: una persona que hace trucos con cartas es un “cartomago”, también hay personas que hacen magia cómica, etc. Cada uno tiene una especialidad.
¿Qué es Twister Magic Studio?
Yo me he abocado a la difusión de la magia como un arte y eso es gracias a Maritza Gutti, quien fue mi mánager y me dijo: “Lo que tú tienes que hacer es crear un semillero en el Perú. Tienes que hacer que otras personas sean magos profesionales o, en todo caso, magos aficionados. Es la única manera en la que la magia será valorada como un arte en el Perú”.
Con esa idea fundo Twister Magic Studio en el 2001: para que la gente pueda entrar en el mundo de la magia. También hemos abierto un taller de verano en el Cono Norte y estamos por hacer una escuela estaba en ese lugar. La magia es para todo el mundo.
¿Por qué es bueno que un niño aprenda magia?
La magia tiene un conglomerado de características de otras artes, por eso es conocida como “La reina de las artes”. En la magia haces un poco de teatro, malabares, un poco de física, química, matemáticas, etc. La magia es muy completa y en un niño desarrolla su personalidad, seguridad, sicomotricidad fina y gruesa. La magia puede abrir muchas puertas que uno ni se imagina.
¿Cuál es tu máxima satisfacción en 20 años de carrera?
Dicen que para los artistas y los magos lo más importante es el aplauso del público. Para mí es lo segundo más importante. Lo primero es saber que he cumplido con mi objetivo de hacer que las personas crean que algo imposible se vuelve posible. Una de las enseñanzas que mi abuelita me dejó fue: “Si tú lo crees, todo lo puedes”. Hacer los sueños realidad cuesta, pero todo depende del esfuerzo que uno le ponga.