A finales de febrero pasado, mientras el coronavirus comenzaba a manifestarse con toda su furia en la mayoría de países europeos, el escritor Paolo Giordano, autor de “La soledad de los números primos” –novela tan aclamada como desigual–, se encerró en su departamento romano para escribir un libro urgente acerca de lo que considera “la emergencia sanitaria más importante de nuestra época”. Giordano no solo es un exitoso narrador, sino también un respetado físico teórico. “En tiempos de contagio”, el breve ensayo que ha elaborado durante tres semanas dramáticas, conjuga una mirada humanista y emotiva con la impasibilidad del científico que divulga las cifras y los datos sin especulaciones ni aspavientos.
Dueño de una admirable claridad expositiva y de una lucidez extraordinaria, Giordano sabe de los riesgos que implica el reto de fabricar un libro en tiempo real: es latente la posibilidad de que las aseveraciones y pronósticos vertidos sean refutados por el rumbo de los acontecimientos o un erróneo entendimiento de la situación. Por eso, aunque lo coyuntural sea su impulso para escribir, el objetivo es trasponer el umbral de las circunstancias que nos apremian y proponerse averiguar “si el contagio puede revelarnos algo más de nosotros mismos” y demostrar que “antes de ser emergencias médicas, las epidemias son emergencias matemáticas”.
Giordano redondea una precisa radiografía de la sociedad actual, entrampada en un pensamiento mágico que le impide guardar la paciencia y razonabilidad indispensables para afrontar la pandemia que nos asola. Ese pensamiento mágico no solo carece de cualquier utilidad, sino que nos ha hecho todo más difícil. Nuestra ansiedad nos impele a exigir “la fecha exacta en que las cosas empiezan y cuando habrán de terminar”. Olvidamos que “la naturaleza es, por su misma naturaleza, no lineal” y eso tiene dos consecuencias que nos agobian sobremanera: nuestros deseos de predictibilidad caen en el vacío y las variaciones del número de casos se convierten en acontecimientos que se toman como sorpresivos e imprevisibles cuando realmente se hallan, según los expertos, dentro del margen de lo esperable.
Pero, además, “En tiempos de contagio” es un resuelto alegato contra el egoísmo que nos llama a seguir con nuestra vida normal bajo el argumento de que la letalidad por el coronavirus no es demasiado elevada y que los jóvenes no son un grupo de riesgo. Giordano es enfático en ese punto: el fatalismo no es un derecho. Para empezar, porque la muerte puede alcanzar a un 10% de casos, lo que en números grandes se traduce en un amplio déficit de camas y ventiladores (lo ocurrido en Europa y en Estados Unidos le ha dado, lamentablemente, la razón). Por otro lado, desoír las órdenes de aislamiento significa no tener en cuenta a los más viejos y a quienes padecen una salud débil, o tanto peor, a países enteros con una enorme cantidad de ciudadanos en pobreza extrema que son víctimas anticipadas de la enfermedad debido a la indescriptible miseria en la que viven. “En tiempos de contagio, la carencia de solidaridad es falta de imaginación”, sentencia Giordano, y no cabe duda de que esa es una de las mayores tragedias de nuestra época.
Las conclusiones provisionales del libro son duras y francas. Giordano asegura que no tiene miedo de enfermarse, sino de “descubrir que el andamiaje de nuestra civilización [...] es un castillo de naipes”. Es un temor que, creo, todos hemos experimentado en estas semanas de cuarentena e incertidumbre. Aunque también existe una esperanza abierta que depende de nosotros: “Contar los días. Traer al corazón sabiduría. Que tanto sufrimiento no sea en vano".
LA FICHA
“En tiempos de contagio”
Autor: Paolo Giordano.
Editorial: Salamandra.
Año: 2020. Páginas: 60.
Disponible en Amazon.
Calificación: ★★★★.