“Para escribir necesitas sentarte mucho y empollar como la gallina”. Esta es la ingeniosa y oportuna frase con la que Erika Stockholm resume el proceso creativo que empezó hace 20 años con el cuento “María Julia y el árbol gallinero”. Mucho antes de que este libro se publicara, la también actriz ya daba muestras de su desbordante imaginación. Cuenta que siempre inventaba historias para entretener a sus hermanos menores y que su madre la alentaba a escribirlas para que no se le olviden. Nunca lo intentó, pues no creía ser lo suficientemente buena. Años después, su verdadera vocación la desbordó y los personajes que habitaban en su mente se convirtieron en palabras. Desde entonces, ha seguido con paciencia y disciplina el hábito de la escritura. “Esto es como bordar. Comienzas a hacer nudos en tu historia, sigues el hilo y luego vas tejiendo alrededor y rellenando el relato tranquilamente”, precisa.
Aunque Stockholm ya lleva 12 libros en su haber, sigue eligiendo a “María Julia y el árbol gallinero” cada vez que alguien le pide leer alguno. No es solo por ser el primero sino también porque la guio por el difícil camino del mundo editorial. Por entonces, publicar un libro con ilustraciones a color, en buen papel y con tapa dura era, además de costoso, impensable para libros locales. Ese atrevimiento convirtió a este cuento en el precursor de los libros álbum en el Perú.
A dos décadas de su nacimiento y con más de 40 mil ejemplares vendidos, Editorial Planeta acaba de lanzar la edición de aniversario que mantiene las ilustraciones originales de Andrea Paz. Adicionalmente, para seguir festejando a la niña que cumplió el deseo de convertir en madre a su gallina, la propia autora realizará el cuentacuentos de esta divertida historia.
- Antes de empezar a escribir, tenías una carrera como actriz y conductora. ¿Cuál es el origen de tu verdadera vocación?
La verdad es que yo siempre quise ser escritora, pero me fui por la actuación. Desde chica yo les inventaba historias a mis hermanos. Siempre quise, estuvo siempre ahí, era un pendiente. Cuando empecé a trabajar en el Canal 4, en el bloque de espectáculos y telenovelas, yo escribía todos mis libretos. Ahí agarré esa rutina de escribir en un horario determinado. Renuncié luego de un par de años, pero cuando llegaba la hora de escribir ese libreto al que me había acostumbrado sentía un vacío. Fue en ese tiempo que empecé con “María Julia y el árbol gallinero”, porque sentía la necesidad de escribir algo.
- ¿El cuento está inspirado en una historia real?
Básicamente en mi propia vida. En mis primeros cuentos empiezo a mirar en mí misma y mis vivencias. Quise recrear esta historia porque, en realidad, yo soy María Julia. Y no eran tres pollitos sino cinco, todos del mismo color. Cuando escribo le doy matices para que sea más entretenido y darle un sentido más literario. Yo tenía una gallina negra como la del cuento y siempre empollaba, pero no teníamos gallo, así que se me ocurrió esa idea. En realidad, mi mamá me ayudó. En mi historia la niña se las ingenia sola para lograr que su gallina pueda ser madre. Pero sí sucedió. También es cierta la existencia del árbol gallinero, en el que dormían la gallina y sus pollitos.
- ¿Qué tan difícil resultó publicar tu primer libro?
Llevé el libro a la casa editorial más importante de entonces y el editor me dijo que le gustaba mi historia, pero que se publicaría en un formato pequeño, en un papel tipo periódico y en blanco y negro. Fui a otra editorial y tampoco salí satisfecha con lo que nos ofrecían. No entendía por qué la publicación tenía que ser tan pobre si Andrea Paz había hecho unos dibujos preciosos en acuarelas. Por eso decido lanzarme sola, de manera independiente, con todos los riesgos que eso implicaba.
- ¿No te desanimó la realidad que debías enfrentar?
Menos mal que no. Sé que pude haberme quedado ahí, a mitad del proceso. Pero era un proyecto personal. Como no encontré lo que quería fui a una imprenta, monté el libro con Andrea y lo llevé a una correctora de estilo. Es decir, pasé por los mismos pasos que tienen las editoriales, aprendí un montón.
- ¿Cómo explicas el éxito de “María Julia...”?
La verdad, yo no tenía ninguna estrategia. Fue todo por instinto. Al principio se hizo conocida de boca a boca, pero cuando fue llevado al teatro, tres años después, se magnificó. El libro pega mucho porque a pesar de ser una historia sencilla incentiva a amar a los animales, toca el tema de la libertad, la adopción, las diferentes razas. Tiene un montón de ganchos que hacen que el libro sea exitoso.
- Con este libro traspasas fronteras.
Después de un tiempo me fui a vivir a Brasil. Allí lo publiqué en portugués con la ayuda de un patrocinador. El lanzamiento lo hice en el famoso hospital Sarah Kubitsche, en Brasilia.
- Si no me equivoco fue en ese país donde llevaste por primera vez tu cuento a las tablas.
Mi idea en realidad fue hacer un cuentacuentos para los niños internos del hospital, pero resulta que para hacer eso el libro tenía que pasar por una evaluación. El cuento les encantó, así que me ofrecieron dos opciones: un auditorio, que era una sala chiquita, o el teatro, que está dentro del hospital y es hermoso. Ese teatro tiene butacas adaptables para camillas y todo lo que pueda requerir una persona del centro. Así que me decidí por el teatro. Claro que luego me dije ¿y ahora qué hago?, pero es que la propuesta era muy tentadora. Así que me comuniqué con una productora y logramos hacer la obra en un mes.
- ¿Qué aprendizaje te dejó esa experiencia?
Me hizo darme cuenta de que me gustaba llevar mis historias al teatro. Fue lindo y súper emotivo porque hasta adultos pidieron ver la obra. Participó la conocida actriz Patricia Pilar como el pajarito que narraba la historia. Y no solo eso, me encantó la experiencia de hacer teatro social. Este tema se quedó dando vueltas en mi cabeza y fue el origen de la Asociación Cultural ¡Al teatro por primera vez!, que lleva las obras a niños de bajos recursos. La verdad es que mi cuento primero se hizo conocido en Brasil y luego aquí. Cuando volví al Perú también llevé a “María Julia…” al teatro y la casa editorial que me había rechazado al principio me buscó y me publicó dos libros a la vez (risas)
- En retrospectiva, ¿qué significa para ti este primer libro?
“María Julia…” representa mi aprendizaje en el mundo editorial. He pasado desde la edición hasta la venta del libro. Me abrió las puertas a la literatura infantil. Es un libro que abre muchas puertas. Todos lo entienden y es muy sensible Si bien “María Julia…” toca temas muy importantes nunca fue hecho con la intención de moralizar. La obligación de un escritor no es dar clases de moral sino contar una buena historia.
- Sin embargo deja varias lecciones.
Muchas, pero están entre líneas. Es por el carácter de la historia que ya tiene muchas cosas metidas en la piel. Solo hace falta ver y leer lo que la protagonista hace para darse cuenta de que es buena. Mira, este libro ha sido vendido hasta en la Librería Mujeres, de Madrid, una de las pocas feministas de España. Me acuerdo de que me miraron medio raro cuando lo llevé. Me dijeron que por si acaso tenían que revisarlo porque debía cumplir con ciertos parámetros: “no te puedo garantizar nada, ya te llamaremos”. Y por supuesto que me llamaron. El libro les encantó porque la autora es mujer, la protagonista es mujer y la gallina es independiente y sin gallo (risas).
- Sé que esta edición de aniversario tiene algunos cambios.
Son las mismas ilustraciones de Andrea Paz, pero el cambio es de diseño dentro del libro. Es un formato más pequeño que los anteriores, más moderno, pero siempre con tapa dura. A pesar de que otra vez hemos caído en la misma historia de hace 20 años, es decir que los libros para niños te los están publicando en tapa blanda. Por eso para mí este libro es un regalo. Por la coyuntura pensaba que no iba a salir, no tenía esperanzas. Todas las casas editoriales penden de un hilo, no tienen presupuesto para nada. Me hizo recordar a esas épocas horribles en que tenías que rogar para que se imprima un libro lindo. No es un capricho. A los niños les gusta así, a colores y en tapa dura porque a los 4 o 5 años el libro es un juguete para llevar, un amigo.
- ¿Crees que la literatura infantil ocupa el lugar que realmente merece?
Las cosas han mejorado muchísimo, la literatura infantil crea futuros lectores. Antes estaba considerado como literatura menor. Pero no es verdad que escribir para niños sea más fácil. Al contrario. Muchas veces son los propios escritores de literatura para adultos quienes subestiman a quienes escribimos literatura infantil. Hay gente que le dice a un libro de cuentos “tu librito”. ¿Por qué? Esos gestos dicen mucho.
- ¿En qué nuevas historias estás trabajando?
En dos nuevas, pero aún están en borrador. Uno es una novela juvenil y el otro un cuento. Pero tengo otros libros inéditos, que aún no se publican. Los presenté hace poco a una editorial, les encantó, pero resulta que han decidido que en el 2021 no van a tener ningún plan editorial por la coyuntura. Ahorita estoy en esto, intentando conseguir casa editorial. Hasta que el lector no esté leyendo el libro, el trabajo del autor no termina.
- Últimamente has tocado temas complejos. Con “Pabellón y su gran nariz” hablas de la migración y con “El clavel rojo” cuestionas los estereotipos de género. ¿En qué otros temas te interesa profundizar?
Quiero escribir más sobre mi nación, sobre el Perú. Sobre mujeres emprendedoras, las familias homoparentales y más sobre estereotipos aunque después resulte difícil difundir los libros. Por ejemplo, “El clavel rojo” es un libro que he escrito con el alma y quedó precioso. Pero me demoré dos años en encontrarle editorial porque nadie quería publicarlo. Con estos libros incomodas y pocos quieren invertir. Seguimos siendo una sociedad muy conservadora, pero hay que hablarle a los niños y jóvenes de estos temas. Ahora resulta que en las editoriales es Marketing que decide qué va y qué no. Esto es muy peligroso y limitante.
Más información:
Este domingo 21 de febrero a las 4 p.m, la escritora Erika Stockholm y la ilustradora Andrea Paz realizarán un cuentacuentos de “María Julia y el árbol gallinero”. Se transmitirá vía el Facebook Live de Planeta de Libros Perú.
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