FIL Lima 2015: 7 preguntas a la escritora Karina Pacheco
José Silva

Karina Pacheco Medrano es una de las escritoras más talentosas surgidas en la literatura peruana durante los últimos años. Esta antropóloga de profesión ha incursionado en la novela y el cuento con el mismo éxito, ganando varios certámenes literarios, entre los que destaca el Premio Luces 2013, por su libro de cuentos “El sendero de los rayos”.

En esta ocasión, Karina presentará en la Feria Internacional del Libro de Lima este sábado a las 4 p.m. en la sala Clorinda Matto de Turner una antología denominada “Miradas”. Se trata de un libro que reúne ocho de sus mejores cuentos.

En diálogo con “El Comercio”, la escritora cusqueña afirma que el criterio de selección de estos relatos estuvo vinculado al público objetivo del Proyecto “Yachay Chaski- Mejoramiento de las Capacidades Artísticas y Creación de Infraestructura Itinerante para el Desarrollo Cultural en Zonas Priorizadas de la Región Cusco”.

-Viviste varios años fuera del Perú, hoy radicas en Cusco y vienes regularmente a Lima. ¿Existe alguna diferencia en la temática de los narradores limeños con los provincianos?
Creo que esto viene muy determinado por nuestro lugar de experiencia y aquello que te atrae como interés personal. En mi caso, nací en Cusco, soy antropóloga y me encanta el tema de la diversidad cultural. Creo que hay una riqueza de mirada que a veces no vemos en la ciudad. En mis cuentos está el elemento de lo andino y lo amazónico, que lo conozco bastante bien, pero también toco temas urbanos.

-Tienes a cargo una editorial llamada Ceques. ¿Qué tan distinto es el mundo de las editoriales independientes en Cusco a diferencia de Lima?
En Cusco solo estamos 7 Culebras, otra editorial creada por Jorge Vargas y Ceques Editores. Te puedo hablar de mi caso. Tenemos bastantes dificultades sobre todo en el tema de impresión. Aquí en Lima tienes una gran cantidad de posibilidades para elegir papel, precios, tipos, etc. En un inicio imprimimos en Cusco pero nos salía más caro. Además, solo una imprenta no ofrecía el cosido, que aumentaba el costo. Entonces, ahora imprimimos en Lima. Sin embargo, sería injusto decir que nos hemos sentido ninguneados por ser una editorial cusqueña. Al contrario, cada vez hay un mayor interés por saber qué se trabaja fuera de Lima.

-El lirismo y la delicadeza en tus cuentos y novelas se perciben muy fácilmente. ¿Cuánto ha influido la poesía en tu formación como escritora?
Soy lectora de poesía. Creo que nunca me atrevería a incursionar en el terreno poético, pero pienso que un narrador no solo tiene que contar historias sino además tallarlas con el lenguaje y la palabra. Hay que tenerle mucho respeto al tipo de palabras que usamos y supongo que inconscientemente la influencia de la poesía a la hora de presentar algunas historias aparece y esto es me alegra porque así el texto tiene esa lírica que es muy importante.

-Algunos aún minimizan el cuento y lo ven como un sub-género, colocando muy por encima a la novela. Tú has trabajado ambos géneros. ¿Cuál es más valioso?
El cuento es tan valioso como la novela.  Es un género que exige, a quien lo cultiva, una precisión, un conocimiento y casi todo un manejo artesanal de las palabras. A veces se lo mira como menor porque, en tiempo en producción, un solo cuento implica menos tiempo que una novela –que te exige largo aliento, combinar personajes, situaciones y diálogos--, pero cuando hablas de alguien que está componiendo de manera continua cuentos y ha escrito de manera permanente libros de este género, hay sin duda un esfuerzo que está a la par que la novela.

-¿Cuánto te aportó tu carrera de antropóloga en tu formación como escritora?
Creo que mucho. A veces me pregunto si debí tener una formación más específica en literatura pero hay dos elementos que son fundamentales: en la narrativa tú tienes la situación general pero es importante la descripción de los detalles. En la antropología, la mirada sobre los detalles es algo imprescindible. No solo te tienes que fijar en lo que dice la gente, sino también en lo que calla. El ver qué cosa habita tras ese silencio. Esa mirada ayuda mucho. Y en segundo lugar, el análisis antropológico te permite ponerte en los zapatos de otro. Ser conscientes de que estamos cargados de nuestro propio subjetivismo. Estos factores ayudan a la hora de construir personajes que no sean caricaturas de cómo tú las proyectes.

-¿Cómo manejas tu tiempo de escritora si a la vez eres antropóloga y tienes a cargo la editorial
Como pasa con la gran mayoría de escritores, no vivo de la literatura. Ese factor determina mucho la selección de mi tiempo. Cuando hice la revisión final de  la novela “El bosque de tu nombre”, que es la novela más extensa que he escrito, necesitaba tiempo para ello y decidí que no podía comprometerme más a empleos de horario fijo. Desde entonces me dedico a hacer consultorías y eso me permite manejar más mis tiempos. Aunque si durante un día cualquiera surge una situación, apunto la idea en un cuadernito. Además, trato de leer mucho y estar enterada de lo que ocurre en mi país y afuera también.

-¿Qué impresión te dejó la Feria Internacional del Libro de Lima?
Me genera mucho orgullo ver cómo la feria, que es la más importante del país, se supera cada año. Hay que felicitar el esfuerzo que hay detrás y que permite a los lectores encontrar una enorme oferta de libros en espacios amables, que permiten circular. Me parece una gran respuesta decir “esto es la cultura”. Y todo en un ambiente adecuado. Ojalá hubiera instalaciones de forma permanente, pero en general la feria me produjo orgullo y esperanza. Ver tanta gente de todas las edades, es algo sumamente estimulante. 

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