La reciente publicación de Violeta (Penguin Random House, 2022), la última novela de la genial Isabel Allende, coincide con el aniversario 40 de la publicación de La casa de los espíritus, la novela que colocó su nombre dentro del canon literario latinoamericano. Digamos, entonces, que estamos frente a una escritora no solo fundamental, sino fundacional.
Isabel Allende (Lima, 1942) se atrevió a que las mujeres de sus novelas fueran protagonistas de su destino, y su magnífico estilo narrativo llevó sus libros a las vitrinas de las principales librerías. Así, lectores de todo el mundo se dieron por enterados de que en Latinoamérica las mujeres también escribían su propia historia.
Violeta es la confirmación del compromiso de Allende por contar a las mujeres. Es la historia de una mujer que nace en 1920, en medio de la crisis sanitaria causada por la gripe española, y muere en el 2020, en plena crisis mundial causada por el coronavirus. Cien años de una vida que se inspira en la propia madre de la escritora, Francisca Llona, quien falleció poco antes de que el COVID-19 se esparciera por el mundo.
En la conferencia de prensa virtual que ofreció por el lanzamiento de Violeta –que saldrá a la venta en español e inglés en todo el mundo esta semana– no escondió la motivación para escribir esta historia, y dijo: “Mi madre fue una mujer extraordinaria que no tuvo una vida extraordinaria porque nunca pudo mantenerse sola. Vivió sometida primero a su padre, luego a su marido y finalmente fui yo quien le pagó las cuentas. Yo siempre quise que ella sea una mujer independiente, no pude lograrlo. Le di esa independencia a Violeta”. Para la escritora, decididamente feminista, no hay feminismo sin independencia económica.
El dónde y el cuándo
Violeta ve, en sus cien años de vida, todo tipo de acontecimientos: el crack de 1929, la lucha por la reivindicación de los derechos de las mujeres, el auge y caída de dictaduras y otras tiranías, una guerra mundial y una serie de momentos personales donde se alternan la prosperidad y la pobreza, el amor y el desamor. Y todo esto Violeta lo relata escribiendo una carta dirigida a una persona a la que ama por encima de todas las demás.
En ese sentido, Allende se reconoce en su nueva creación. Ella, que guarda las cartas que su madre le escribía a diario, nos entrega parte de su propia historia, de los hechos que marcaron su vida en los 79 años que lleva en este mundo. “Me reconozco en algunos pasajes de la vida de Violeta. Es natural que quienes escribimos echemos mano de nuestras propias experiencias para construir historias”, dice.
Empezó a escribir la novela en enero del 2020, y cuando el COVID se convirtió en pandemia, se inspiró a enmarcar la historia entre las dos pandemias. “Aquel 8 de enero me senté a escribir sin tener muy claro lo que iba a salir de ahí. Nunca tengo claro qué va a salir de mis historias. En estos 40 años de escritura he aprendido a tener confianza, a tener flexibilidad y no meter a la historia en una camisa de fuerza”, cuenta.
Pero Violeta es también, como otros libros de la escritora, una historia de amor. Porque ella tiene claro que el mundo no se mueve sin ambición, codicia o poder, pero tampoco sin amor. “El amor puede corregir un poco lo que va por el camino equivocado. En mi propia vida, lo que me ha movilizado a hacer las brutalidades más grandes y también los hechos heroicos ha sido el amor. Los hechos, los acontecimientos, cuándo y dónde ocurren las cosas, siempre es importante, pero lo que más me interesa contar son las relaciones humanas, las emociones, y de todas ellas la más poderosa es el amor”, afirma.
En ese sentido, es importante destacar que buena parte del libro trata también sobre la relación larga, apasionada pero problemática de Violeta con el padre de su hijo después de un matrimonio breve y poco satisfactorio. En ello no hay coincidencias con la vida de la autora, quien se ha casado cuatro veces. “Creo mucho en el amor. La última vez que me casé fue a los 75 años, y si mi vida se alarga mucho, es probable que lo vuelva a hacer”, dijo mientras reía.
Un nuevo Chile
El lanzamiento de Violeta casi coincide con la presentación del nuevo gobierno chileno, que hace pocos días dio a conocer el Gabinete Ministerial que acompañará al nuevo presidente electo, Gabriel Boric, cuando este asuma el cargo, en marzo de este año. Isabel Allende, a pedido de la prensa, dijo sobre ello: “Es una nueva generación que asciende al poder. Ya es hora que los viejos carcamanes se vayan a su casa a jugar al bingo”.
La escritora, sobrina del expresidente Salvador Allende, dijo sentirse encantada por la lista de futuros ministros y ministras presentada, haciendo notar que al nombrar 14 mujeres y 10 hombres hay una intención sólida de que haya paridad de género. Destacó, por supuesto, el nombramiento de la diputada socialista Maya Fernández. “No solo será ministra de Chile, será ministra de Defensa. O sea, es una mujer joven, que se crio en Cuba, nieta de Salvador Allende, en una posición muy especial, en la que tendrá que entenderse con las fuerzas armadas y no nos olvidemos del pasado de las fuerzas armadas en Chile”, señaló la autora.
Considerada la autora en español más leída del mundo, su punto de vista político siempre ha sido tomado en cuenta. No es poca cosa.
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