John Grisham, uno de los escritores estadounidenses que más novelas ha vendido en el mundo, pidió disculpas por sus polémicas declaraciones que criticaban las duras penas de cárcel dadas a las personas que ven pornografía infantil.
En una entrevista con un diario había dicho que muchos de los hombres que fueron sido encarcelados probablemente habían bebido demasiado y apretado los botones equivocados.
Sin embargo, en un comunicado, el autor de "best-sellers" de intriga legal aseguró que de ninguna manera intentaba expresar simpatía por aquellos condenados de crímenes sexuales.
Añadió que cualquiera que haya participado en pornografía infantil "debería ser castigado con el mayor peso de la ley".