Empecemos con una verdad como un roble: en el Perú la derecha conservadora ha cedido la iniciativa a la izquierda en el campo cultural. Las razones de dicha circunstancia exceden el objetivo de esta columna, pero es palmaria la ausencia de nombres y obras provenientes de aquel sector ideológico en el debate intelectual. Una de las pocas excepciones a esa situación es el trabajo de Fernán Altuve-Febres (Lima, 1968), político, académico y escritor cuya pródiga trayectoria incluye libros historiográficos y de análisis literario confeccionados con rigurosidad y amparados en un amplio bagaje. Podemos discrepar de las ideas de Altuve; sin embargo, eso no debe ser motivo para mezquinar su silenciosa y constante labor enfrascada en el rescate del acervo tradicionalista nacional, como atestigua, por ejemplo, el reciente estudio sobre José Pancorvo, “Poeta y místico del Incarrey” (2022).
Reafirmando este rumbo, Altuve-Febres acaba de publicar “Los conservadores”, volumen que reúne las semblanzas de siete figuras decisivas para entender la evolución del pensamiento ultramontano en nuestro país. En su excelente prólogo, el autor justifica con mucha destreza dos aspectos primordiales de su proyecto: el primero es la elección de la biografía intelectual como método que facilita “exponer estas ideas en un conjunto cronológico, pero de manera que cada pensador conserve la riqueza de cada ideario”. El segundo es el arco histórico que se aborda, el cual abarca los años comprendidos entre la decadencia del Reino del Perú y el establecimiento de la República como la conocemos: cuatro décadas que sirven de preciso marco para “comenzar el estudio desde los primeros postulados doctrinarios del Perú independiente”. Ambas opciones otorgan a este libro una mirada integral del periodo que se ausculta, además de una visión coherente del corpus conservador peruano que –bien lo señala Altuve-Febres– carece de organicidad; su pretensión de darle forma y continuidad funciona dentro del esquema que ha propuesto.
En cuanto a las biografías que conforman “Los conservadores”, reconocemos en ellas una prosa ágil y fina, clásica, así como un esfuerzo bibliográfico destacado. También la inocultable admiración de Altuve-Febres por sus referentes, lo que es absolutamente legítimo; no obstante, algunas de sus valoraciones pueden resultar polémicas. Sostiene que el eclesiástico Blas de Ostolaza era un “brillante orador” y un hombre caracterizado por la templanza, pese a que otras fuentes, como Julio Caro Baroja, no dudaron en calificar sus discursos de “pobres” y Javier Lasarte menciona que eran “conocidas sus malas costumbres y sus arterías para elevarse”.
Pero estas objeciones palidecen frente al logro investigativo y multidisciplinar que nuestro autor redondea. Hay apuntes fascinantes, como aquel donde Altuve-Febres especula con base que José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete, primer presidente del país, pudo ser ese general peruano que aparece en “Rojo y negro” de Stendhal. Más allá de esta propensión por la anécdota sabrosa, quizá la virtud mayor de “Los conservadores” sea el reflote de personajes cuyos avatares vitales e intelectuales han caído en un olvido ominoso: José María de Pando, José Ignacio Moreno, Juan
García del Río o José Joaquín de Mora. Supondría un error tomar este libro como una obra perentoria sobre esas personalidades. Más bien es un plausible punto de partida para revalorar sus aportes y por fin comenzar a discutir seriamente acerca del legado del pensamiento conservador en el Perú y su incierto futuro.
Autor: Fernán Altuve-Febres
Editorial: Taurus
Año: 2022
Páginas: 207
Relación con el autor: cordial
Valoración: 4 estrellas de 5 posibles