Luces, horrores y poesía chalaca: “Amor y sangre en el Callao”, de Aarón Ormeño Hurtado

No ha visto “Llauca”, pero él se les adelantó. Aarón Ormeño Hurtado (Lima, 1983) creció y se formó en las calles del Callao, y formó un vínculo especial con el puerto del que han salido los versos que conforman su más reciente libro: un poemario que retrata al primer puerto con sus matices, su historia, sus paisajes, su gente.

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Se llama “Amor y sangre en el Callao” (Caja Negra, 2021) y ha sido un trabajo de cinco años de escritura, pero muchos más de inspiración en su mente y corazón. “Escribí algo de 120 poemas y decidí publicar 60 en el libro –cuenta Ormeño Hurtado–. Este poemario es literatura de ciudad. Hablo de las luces y los horrores de la existencia humana a través del Callao. Todo es ficción, salvo los poemas que tienen dedicatoria”.

Y es cierto que en sus páginas el ambiente chalaco parece impregnado. Como cuando escribe: “Las calles huelen fuerte esta mañana/ Dicen que ‘el mar está enfermo’”. Así se suceden una serie de estampas, a veces sentimentales y oníricas, a veces más trepidantes en su acción. Pero siempre bien arraigadas en su lugar de origen.

“Amor y sangre en el Callao” lleva en la portada el color de su querido Sport Boys (“soy rosado en las malas y en las buenas”, dice el autor) y funciona al mismo tiempo como una respuesta a los prejuicios y estereotipos tan extendido. “Los políticos dicen que el Callao está terrible./ La prensa es inexacta./ Ponen otros nombres y otras calles en su cuento”, dicen sus versos.

“El Callao es un lugar alegre y hay gente muy buena –dice al respecto Ormeño–. Se dicen muchas cosas negativas por desconocimiento. En el Callao he conocido personas que me han enseñado mucho y estoy muy agradecido. Quien tenga miedo de ir al Callao, lo invito a dar una vuelta. Van a querer regresar.

LA CALLE Y LA PÁGINA

Justamente sobre ese aspecto, consultamos a Ormeño si la idea del barrio y la calle no empieza a esfumarse en tiempos tan replegados y virtualizados. Pero él es optimista: “Creo que los momentos más complicados, como la pandemia, hacen que los barrios sean más sólidos. Hay mucha solidaridad entre las personas. Los barrios existen desde antes que aparezcan los celulares y el internet. Ahora tenemos grupos de chat en varias aplicaciones. Esa modernidad ha reforzado el sentimiento tribal de los amigos de un barrio”.

Aparte de la cuadra 3 de Tacna Norte –su bastión–, Ormeño destaca algunos lugares que resultan particularmente especiales del Callao: el estadio Miguel Grau (“lo conozco desde que lo empezaron a construir, cuando recién era un inmenso hueco en la tierra”), el cementerio Baquíjano (“un sitio imponente y melancólico), las comidas en la avenida Sáenz Peña, en el Mercado Central y en La Punta, así como la playa Cantolao (”sobre todo en otoño”, señala).

Y así como bebió de sus calles para escribir estos poemas, ahora busca devolver sus versos a esas calles. “Hace poco estrené un formato de recital de poesía con música –cuenta–. Me acompaña el guitarrista Nicolás Jaúregui. La idea es llevarlo a todos los lugares que se pueda, sobre todo en el Callao. En algún momento quisiera hacer poesía con una banda completa de rock and roll, pero sería para otro libro”.

“Amor y sangre en el Callao”

Autor: Aarón Ormeño Hurtado

Páginas: 98

Editorial: Caja Negra

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