Lucha Libro pelea contra el plagio

Ayer por la noche el espacio cultural MINI Hub, ubicado en Madrid, recibió a ocho escritores amateur que llegaron al lugar para participar en una lucha literaria y definir al mejor de todos. La consigna fue enfrentarse de par en par y escribir, en cinco minutos, el mejor relato a partir de una imagen proporcionada por la organización. 

Pero no se trató de Lucha Libro, iniciativa cultural que, con las mismas reglas, lleva más de seis años en nuestra capital y otras ciudades del mundo, sino de "Batallas Literarias", organizado por MINI Hub en asociación con la revista madrileña "Eñe". Un calco directo de la idea que en el 2013 registró en Indecopi el publicista y animador cultural Christopher Vásquez. "Le han puesto un nombre distinto para no pagarnos por nuestra idea. Se están haciendo los vivos", afirma indignado Vásquez.

Aunque parezca inverosímil, no es la primera vez que la mencionada publicación española actúa de manera similar. Ya en el 2013, Luis Posada, subdirector de Festivales y Exposiciones de La Fábrica, empresa dueña de la "Eñe", tras realizar performances de Lucha Libro sin autorización, accedió a pagar 200 euros (160 con descuentos) por el uso de la franquicia, tras haber sido acusado por el peruano a lo largo de siete meses. "Al año siguiente volvieron a hacer lo mismo y los obligamos nuevamente a pagar", añade Vásquez. 

Al consultar a la parte española involucrada, tanto Agnieszka Lifowfka, coordinadora de Actividades de MINI Hub, e Isabel Cisneros, jefa de Prensa de La Fábrica, negaron tener conocimiento de Lucha Libro y de la extraña similitud de su evento "Batallas Literarias".
"Nos tenemos que avivar", reflexiona Vásquez, mientras se pone en contacto con Indecopi antes de evaluar qué camino seguirá. Sin embargo, al parecer el panorama parece más complicado, pues al utilizar la institución española un nombre distinto, en un país donde la patente parece no haber sido registrada, Vásquez tiene complicado vencer en su batalla legal. 

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