Enrique Planas

Que Mario Vargas Llosa sea inmortal, es decir, que haya sido incorporado como miembro de la Academia Francesa, supuso un cambio revolucionario dentro de la propia institución. En efecto, la decisión exigió dos excepciones a sus normas habituales: la primera, pasar por alto que el autor de “La Casa Verde” no escriba en francés. Segundo, el escritor peruano tiene 85 años cumplidos, cuando la norma pide no incorporar a nadie mayor de 75. Tómese en cuenta que entre los cuarenta miembros elegidos por sus iguales, se encuentran autores del Líbano, de Haití o de Viet-Nam, además de los países tradicionalmente francófonos, lo que habla bien de que la institución cuidado mucho la cuestión de la diversidad. Esta dimensión cosmopolita del francés tiene mucho sentido. Se trata de la lengua oficial de 32 países, hablada por 200 millones de personas, siendo el único idioma presente en cinco continentes. La paradoja es que hay dos premios Nobel franceses vivos, Patrick Modiano y Jean Marie Le Clezio, no están en la Academia. El Nobel peruano sí.

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