"Mi misión hoy es tocar temas que van más allá de las noticias"
José Silva

Lejos de complicarse la vida por dejar una de las cadenas de noticias más importantes del mundo, la CNN en Español, el periodista cubano luce satisfecho por la decisión tomada. A él no lo echaron, él se fue y por la puerta grande.

Admirado y seguido por miles en Latinoamérica y Estados Unidos, el también orador y escritor visitó nuevamente el Perú en una etapa que lo tiene concentrado al 100% en proyectos personales de la mano de su compañía Cala Enterprises.

Ismael Cala estuvo en la Feria Internacional del Libro de Lima 2016 con una novedad editorial: “El analfabeto emocional: Una guía práctica para usar nuestras emociones hacia el éxito” (V&R)”. Fue fácil determinar por qué stand se movía el periodista pues un gran número de fans lo seguía en busca de selfies, autógrafos, o simplemente para pedirle una frase positiva que le ayude a enfrentar los problemas de la vida diaria.

Conversamos brevemente con uno de los conferencistas aspiracionales más solicitados del continente sobre “El analfabeto emocional”, libro que puede encontrarse en el stand de la editorial Océano en la FIL Lima 2016.

-¿Qué se va a encontrar la gente en “El analfabeto emocional”?

Es un ‘reality check’. ¿Te va tan bien con tu vida que tienes todas las emociones bajo control? Nadie puede dar una respuesta totalmente afirmativa para esto. De niños no nos educaron a identificar nuestras emociones, a gerenciarlas, a saber cuáles dejar fluir y a (conocer) las que debemos cultivar y potenciar para vivir en plenitud y armonía. Esta es una guía práctica, muy sencilla, con conceptos muy digeridos para entenderlos en nuestra vida cotidiana y usemos las emociones a nuestro favor para lograr el éxito. ¿Qué es el éxito? Vivir bajo nuestros propios términos. Porque cuando vivimos de nuestros impulsos nos la pasamos pidiendo perdón a otros por el daño ocasionado, o arrepintiéndonos de las cosas que hicimos y pudimos haber decidido de mejor manera. Este libro es una guía para tomarle el pulso a tus impulsos y no dejar que estos te arrastren.

-¿Fuiste en algún momento un analfabeto emocional?

Aún lo soy.

-¿Cómo has intentado salir de eso?

Intento desde el estado de conciencia. Cuando identificas un problema cualquiera sea este, por ejemplo, la persona que tiene una dependencia a las drogas o que es alcohólico. Todos pueden decirle que tiene un inconveniente, pero si esa persona no llega a entender que su situación de vida es un problema, pues ni siquiera buscará solución, porque no lo asume. El título de mi libro es algo fuerte, ofensivo e irreverente, porque es decirle al lector qué tanta inteligencia emocional está acumulando en su vida. No importa si tienes 15,30, 40 o 60 años de edad. Yo fui un analfabeto emocional. Viví en el estado de víctima. Toda mi historia personal: herencia de suicidios, de esquizofrenia. Una autoestima totalmente frágil cuando niño. Todo eso me lo creí. Y viví desde el que no puede hacer nada recitando problemas. Hoy soy un líder, veo mi historia del pasado y pienso ‘todo lo que me sucedió era una prueba que yo debí pasar para ser más fuerte’. Hoy valoro e invierto más mi inteligencia emocional que en mis conocimientos prácticos/profesionales.

-Tú escribiste “El secreto del bambú” que tuvo también mucho éxito en ventas en este país. ¿Cómo es que eliges los temas de los cuales escribir?

Los temas llegan a mí, yo no llego a ellos. Ese libro llegó con una frase que fue una crítica de Bruno Torres, quien fundó conmigo hace cinco años Cala Enterprises. Él me decía ‘relájate, tienes que ser flexible como el bambú, que el viento lo dobla pero no lo rompe’. De esa crítica a mi intransigencia o poca flexibilidad ante ideas nuevas de otros, me dediqué a estudiar el origen de la frase. Ahí surgió el libro “El secreto del bambú”. Mi próxima obra titulada “La vida es una piñata” –que sale a finales de agosto--  es también un reproche o una especie de crítica que me hizo el vicepresidente de CNN en Español, Eduardo Suárez. Me dijo “Oye tú quieres todo, quieres que te caiga una piñata y todo lo que esté adentro te caiga de una vez”. Entonces estudié la imagen de la piñata y la convertí en una metáfora de vida, en una analogía a cómo nosotros los seres humanos nos comportamos no solo en las fiestas de cumpleaños, sino que en realidad muchos vivimos en ‘modo piñata’, inertes, sin tomar control de nuestras responsabilidades.

-Se te acerca gente de Perú, México, Argentina y varios inmigrantes latinos en Estados Unidos. ¿Son comunes los problemas que te comentan o varían de acuerdo a la situación de sus países?

Nuestras necesidades son universales y nuestros problemas también. Creo que el gran tema hoy en la humanidad es nuestra poca conciencia colectiva. Las sociedades capitalistas nos han despertado un sentimiento individualista muy profundo. El socialismo era todo el extremo, y cualquier extremo es malo. Se decía “todos somos iguales” y eso es mentira. No todos somos iguales ni se le puede regalar lo mismo a quien se esfuerza que a quien no lo hace. Hay que encontrar un punto medio de sistemas sociopolíticos y económicos que activen el emprendimiento individual, pero que al mismo tiempo nos hagan entender que todos somos seres de espíritu, que somos uno. No podemos estar en la supremacía de que ‘yo soy mejor que tú’, ‘tengo una mejor religión’, más dinero, o vengo de una mejor familia. Todas esas cosas que nos separan son terribles. Porque al final el ser humano viene de la misma materia prima no importa lo que tenga. Venimos del polvo de estrellas y cuando nos vamos, pues nos vamos a la nada. En una transmutación de cuerpos pero que sigue existiendo como energía. Y esa es mi misión hoy: tratar estos temas que van mucho más profundo que los titulares de noticias y que tiene que ver con la esencia de nuestro ADN como seres humanos.

-Hablando de titulares de noticias. Hubo algunos despidos en CNN. En tu caso, renunciaste por voluntad propia para emprender proyectos netamente personales. ¿Hay vida después de CNN?

¿No me ves vivo aquí? Estoy vivo, feliz, contento, trabajando, lleno de proyectos. Hay mucha vida después de CNN, pero con mucha gratitud por todo lo que me sucedió estando allí. La plataforma que CNN me dio fue increíble. Soy extremadamente agradecido con las oportunidades que tengo. Dejé las puertas abiertas. Ojalá en algún momento futuro podamos hacer algún tipo de colaboración en otro tipo de formatos. Amo la marca, la gente que trabaja ahí, y respeto mucho su labor. Pero era tiempo de explorar estos otros temas: viajes, libros, conferencias, entrenamientos, capacitaciones. El próximo año quiero hacer cosas en inglés. Cerrar un ciclo cuando estás en tu mejor momento, es el gran regalo que nos podemos entregar, tanto mis fans en la TV como mi equipo y como para mi propia familia de Cala Enterprises.

-Eres cubano. Se ha dado un acercamiento entre tu país natal y los Estados Unidos. ¿Eres optimista hacia el futuro de los cubanos? ¿Cómo ves a la Isla dentro de 20 años?

Soy muy optimista con los cambios que se vienen produciendo en Cuba. Cambios desde adentro. Porque siempre digo que ya no hacen falta más revoluciones. Lo que falta en Cuba es una evolución de mentalidad, de actitud, de procedimientos, para que se vuelva más competitiva ante el mundo. Talento y materia prima para lograrlo tiene. En diciembre voy a ir a Cuba. Quiero que sea un viaje con algunos de mis amigos más cercanos porque será un viaje histórico. Hace 15 años no entro. Hace 18 salí. No me dejaron entrar en 2002. No vi morir a mi abuelita ni a mi padre en Cuba. ¿Cuánto no ha pasado en ese tiempo? Será un viaje emotivo. Pero ese dolor y ese resentimiento lo dejo atrás.  Voy a Cuba con una sonrisa, abrazando el cambio, con fe, con optimismo, con la perspectiva de lo que viene, no de lo que pasó. Y eso le aconsejo a los cubanos. Y también a los colombianos que están en pleno proceso de paz, donde hay que perdonar y saber olvidar no en tu mente pero sí desde el corazón. Cuba es un país que tiene que reconciliarse. Demasiadas familias separadas y divididas por tantos años. Gente que perdió propiedades hace 57 años. Ya no es momento de pensar en eso. Ahora miremos hacia adelante.

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