El keniano Ngugi Wa Thiong’o, la guadalupeña Maryse Condé, la rusa Liudmila Ulítskaya y la estadounidense Margaret Atwood son algunos de los escritores que más suenan en las quinielas previas al Nobel de Literatura, que mañana fallará en Estocolmo la Academia Sueca.
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Pese a las restricciones impuestas por el coronavirus, que limitarán el número de personas presentes en el antiguo edificio de la Bolsa, el anuncio recuperará su formato habitual tras repartirse el año pasado dos premios, uno para 2018 y otro para 2019, algo que no ocurría en casi seis décadas, debido al aplazamiento provocado en su día por un escándalo sexual y de filtraciones.
Las denuncias en noviembre de 2017 de 18 mujeres por abusos y vejaciones contra el artista francés Jean-Claude Arnault, muy vinculado a la Academia y casado con una de sus miembros, colocó a la institución en la mayor crisis de su historia, saldada con una renovación de sus integrantes, reforma de estatutos y procedimientos y la inclusión de figuras externas en el comité que elige al ganador.
Tras un proceso de meses lleno de críticas y polémicas, en el que hasta intervino el rey Carlos XVI Gustavo en su condición de protector de la institución, la Academia salvó una crisis que pareció amenazar incluso su propia existencia y la credibilidad del premio, aunque la controversia no ha desaparecido del todo.
Dos de los cinco miembros del comité elector lo abandonaron hace meses, y uno de ellos, el escritor y crítico Kristoffer Leandoer, aseguró hace una semana que el Nobel al austríaco Peter Handke, criticado desde algunos foros no por sus cualidades literarias sino por su posición política sobre la guerra en la antigua Yugoslavia, fue una venganza de la Academia contra sus críticos.
Tanto Handke, ganador en 2019, como la polaca Olga Tokarczuk (2018) eran nombres que aparecían bien situados hace un año en los pronósticos previos en Estocolmo y en las quinielas de las casas de apuestas, sobre todo la segunda, mientras que el autor de “El miedo del portero ante el penalti” era un clásico desde hacía décadas.
Carson, Ko Un, Kincaid y Houllebecq, entre los candidatos
La canadiense Anne Carson, el surcoreano Ko Un, los chinos Yan Lianke, Yu Hua y Can Xue, la antiguana Jamaica Kincaid, los franceses Annie Ernaux y Michel Houllebecq, el serbio-estadounidense Charles Simic y los noruegos Jon Fosse y Karl Ove Knausgård también suenan como supuestos candidatos en una lista de la que solo se conoce que hay 187 nominados, pero no su identidad.
Si la Academia Sueca opta por premiar a algún clásico, nombres como los estadounidenses Don De Lillo y Joyce Carol Oates, el húngaro Peter Nadas, el sirio Adonis, el italiano Claudio Magris, el albanés Ismail Kadaré y el australiano Gerald Murnane podrían ser serias opciones.
Los estadounidenses Cormac McCarthy y Marilynne Robinson, la ruandesa Scholastique Mukasonga, la croata Dubravka Ugrešic y la inglesa Hilary Mantel también aparecen en los pronósticos, como el japonés Haruki Murakami, favorito otros años, pero cuya candidatura parece más avalada por sus ventas que por sus méritos literarios.
En los 120 años de historia del premio, la Academia Sueca -que lo ha dejado exento en varias ocasiones y en otras ha premiado a más de un autor- ha distinguido a 116 escritores, solo 15 de ellos mujeres y el 80 % originario de Europa o América del Norte, con un claro dominio de la lengua inglesa (29 galardonados), por delante de la francesa y alemana (14) y española (11).
Javier Marías, el autor en castellano mejor colocado
El español José Echegaray abrió en 1904 la lista de autores hispanos, que incluye a compatriotas suyos como Jacinto Benavente (1922), Juan Ramón Jiménez (1956), Vicente Aleixandre (1977) y Camilo José Cela (1989).
La lista de premiados en castellano la completan los chilenos Gabriela Mistral (1945) y Pablo Neruda (1971), el guatemalteco Miguel Ángel Asturias (1967), el colombiano Gabriel García Márquez (1982), el mexicano Octavio Paz (1990) y el peruano Mario Vargas Llosa (2010).
En las quinielas de este año vuelve a aparecer bien situado el español Javier Marías, un clásico en los pronósticos desde hace una década, mientras que otros autores como su compatriota Eduardo Mendoza o el argentino César Aira han sonado más en años anteriores.
Que haya pasado más de una década desde la elección de Vargas Llosa podría jugar a favor de las letras hispanas, aunque la Academia insiste siempre que no premian ni literaturas ni países, sino autores, aunque a veces sus decisiones parezcan seguir un criterio de rotación de continentes y de lenguas.
La Academia ha alternado también entre premiar a candidatos cantados, como ocurrió con el turco Orham Pamuk en 2006; recuperar a clásicos que parecían olvidados, como el propio Vargas Llosa o Doris Lessing (2007); y sorprender con autores como la austríaca Elfriede Jelinek (2004) o con elecciones controvertidas como la del cantautor estadounidense Bob Dylan (2016).
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