"Orígenes": nuestra crítica al libro de Gregorio Martínez

En agosto del 2017, Gregorio Martínez Navarro, quien tenía varios años viviendo en Estados Unidos, abandonó el reino de los vivos de la misma manera en la que se estableció en los difíciles predios de la narrativa peruana: sin pedir permiso, súbito, con la agudeza y el ingenio siempre en ristre. Junto a otros maestros como Antonio Gálvez Ronceros, Martínez, nacido en Coyungo –un minúsculo pueblo donde las manifestaciones de las culturas andina y afrodescendiente se confunden–, les otorgó una voz a los habitantes de las comunidades de la costa y reelaboró con destreza y humor subversivo el habla de esos hombres empobrecidos y marginados. Ahí están sus primeros libros, "Tierra de caléndula" (1975) y "Canto de sirena" (1977) para corroborarlo. Martínez añadió a estas incursiones un toque personal: la sexualidad ávida, alegre, desmesurada, que invade las acciones, pensamientos y circunstancias de los actores de sus cuentos y crónicas, como el ya célebre Candelario Navarro de "Canto de sirena", quien hace de su lascivia desbordada y predadora una fuente de situaciones delirantes e imborrables para los lectores.

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En la última década de su vida, Martínez se encerró en su casa de Virginia para trabajar en un ambicioso y meditado proyecto mientras luchaba contra un cáncer pertinaz. Consiguió ganarle por puesta de mano a la enfermedad y terminarlo poco antes de su fin. Se trata de una trilogía titulada Pájaro Pinto, cuyo primer volumen, "Orígenes", apareció el año pasado y fue sin duda una de las publicaciones más destacadas del 2018. Tomando los rasgos y modos de Toribio Cutipa, un culto e inquieto poblador de Coyungo, Martínez emprende un largo y disperso monólogo en el que descarga una ácida crítica al mundo contemporáneo, atacando con detalle y filo sus mistificaciones e injusticias y contraponiéndolo con el mundo arcaico que, sirviéndose de un puñado de verdades sencillas pero macizas y principios indoblegables, logró conciliarse consigo mismo.

Es difícil catalogar en un género preciso a "Orígenes". La novela, el ensayo, la memoria intelectual y la crónica se amalgaman en su discurrir, sin que ninguna de estas vertientes alcance preeminencia sobre las otras. Esto no debería sorprendernos, pues la negativa a insertarse en un delimitado estanco ha sido una constante en la obra de Martínez desde sus inicios. Siempre se las arregló para erigir un marco eficaz donde contener discursos de variopinta naturaleza, y en ese aspecto "Orígenes" es la consumación de un arte digresivo, caudaloso, erudito y corrosivo en el que nuestro autor ejerce y dispone con pulidísimo oficio y sabiduría incontestable.

Ya en libros de ámbito inclasificable como "La gloria del piturrín" (1985) y "Embrujos" (2015) Martínez había sumado a su vasta cultura una prosa melodiosa de acentos populares que les permitían a sus textos desplegarse en olas temáticas engarzadas por giros de un ingenio incesante y vivaz.

En "Orígenes", estos recursos se magnifican y obtienen conmovedoras hazañas verbales como aquella en la que logra, en un párrafo brillante, hacer que el escarabajo de una novela de Gombrowicz se transfigure en el de Oswaldo Reynoso y en el de “El almuerzo desnudo” de Burroughs, para luego aprovechar una referencia suelta y perderse, sin corte alguno, en disquisiciones acerca de la historia de las máquinas de escribir y al mismo tiempo reflexionar sobre la ascendencia esquimal del gran Ezra Pound. Y el lector lo sigue en este divertido zigzag, fascinado y desconcertado a la vez.

Escritor quimboso al fin y al cabo, Martínez en ocasiones podía hacer una de más y extraviarse en la ligereza jubilosa, en la radiante autoindulgencia del virtuoso, y en "Orígenes" hay algo de eso. Pero también hay extensas parcelas de una inteligencia honda siempre acompañada por la palabra justa y el adjetivo inesperado, además de esa inevitable lujuria festiva que hace de cada libro de Gregorio Martínez un regalo para los sentidos.

AL DETALLE
Título: ​"Orígenes"
Puntuación: 4 /5 estrellas
​Autor: Gregorio Martínez.
Editorial: Peisa.
Año: 2018.
Páginas: 250.