Paul Auster en octubre del 2006, en la ciudad española de Oviedo, donde recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.
Paul Auster en octubre del 2006, en la ciudad española de Oviedo, donde recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.
/ RAFA RIVAS

Cada uno de los múltiples epitafios dedicados a (1947-2024), fallecido el último martes a los 77 años, lo destaca como el escritor del azar, lo que sea que eso signifique. Pero basta con leer el primer capítulo de “Baumgartner”, su novela final, para darse cuenta; en pocas páginas muestra a su protagonista, Sy Baumgartner, pasar de una circunstancia a otra, siendo consciente de cómo cada decisión trae una consecuencia y esta, a su vez, desata algo más. Una danza de sucesos que sin embargo está ligada más al carácter del viejo profesor, viudo y compasivo con quienes lo rodean, que al menjunje de la casualidad. La cima de un autor con 34 libros firmados.

“El Auster que se queda conmigo es el autor de su estupenda no ficción autobiográfica”, cuenta a El Comercio el escritor peruano Jeremías Gamboa, resaltando el trabajo del estadounidense más allá de las novelas. Destacó obras como “Informe del interior” (2013) sobre su infancia, “A salto de mata” (1997), sobre sus inicios literarios, y “Diario de invierno” (2012), donde habla de su vejez. “Auster ha dejado una obra autobiográfica cercana y sugerente, honesta y sensible, en la que destaca esa obra maestra ‘La invención de la soledad’ (1982), uno de los más hermosos libros escritos sobre un padre y un hijo”, sostiene.

Nacido en Nueva Jersey, adoptó a Nueva York como su ciudad y le dedicó buena parte de su obra. También escribió poesía y películas, que también dirigió, como “Blue in the Face” (1995) y “Lulu on the Bridge” (1998). El escritor Dante Trujillo menciona que la primera obra que leyó de él fue “Ciudad de cristal” (1985), que acabó en una noche, y que empalmó con las siguientes dos obras de la “Trilogía de Nueva York”; “Fantasmas” (1986) y “La habitación cerrada” (1986).

“En sus libros abundan los metatextos, las digresiones fascinantes, Brooklyn y Nueva York, la paternidad, la identidad, los materiales de la escritura, los excéntricos, la obsesión, el duelo, el amor por la familia, la soledad, la persistencia del pasado y la nostalgia (que no son lo mismo), los deslumbramientos, la presencia poderosa del azar. En Auster vence la gracia, una sencillez formal e iluminada para narrar cuestiones profundamente humanas; dicho de otro modo, es un escritor que trabaja con la complejidad a través de historias cautivantes, envolviéndolas con el lenguaje más puro posible. Con humor, con compasión por sus personajes, con una delicadísima sensibilidad”, dijo Trujillo a este Diario. ¿Cómo empezar con Auster? El autor menciona sus novelas favoritas, como “El palacio de la luna” (1989), “Leviatán” (1992), “El país de las últimas cosas” (1987), “Brooklyn Follies” (2005). Y claro, la ‘trilogía’.

En sintonía con el ambiente de pérdida Elena Ramírez, la directora de Seix Barral, que editó en España y Latinoamérica “Baumgartner”, dijo haber hablado con Auster, quien le confió haber escrito su última novela “en un extraño estado de recogimiento mientras experimentaba el duelo por la trágica pérdida de su hijo y de su nieta”, acontecida apenas en 2022 y separadas por un par de semanas. Muerte que, incluso en el caso de la bebe de 10 meses, tuvieron relación con el uso de drogas. Auster nunca comentó públicamente la tragedia. Sobreviven a Auster su esposa, la también novelista Siri Hustvedt, y su hija, la cantante y actriz Sophie Auster.

Contenido sugerido

Contenido GEC