No fue una visita más de Pablo Neruda, su paso en julio de 1970 tuvo un motivo especial: ayudar a sus hermanos peruanos que habían sido víctima del terremoto del 31 de mayo. Como bien dijo aquella vez: “Mis primeras palabras son para asociarme al duelo que aflige al Perú”. Durante los cuatro días que se quedó no solo se solidarizó con el pueblo peruano, también celebró sus 66 años y encandiló a sus seguidores con sus versos de amor.
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