TE PUEDE INTERESAR
Desde hace aproximadamente un año la figura del chaski se ha convertido en embajadora de la cultura Inca entre los niños de Estados Unidos. La responsable de este insólito acercamiento al Perú a través de su historia y el idioma quechua es Mariana Llanos, escritora peruana radicada en Oklahoma desde hace dos décadas y que lleva poco más de la mitad de ese tiempo inmersa en la literatura infantil. “Corre, Pequeño Chaski” es un relato sobre un niño que tiene una importante misión: llevar un mensaje al gobernante del Tahuantinsuyo antes de que anochezca. Pero en su recorrido vivirá una serie de aventuras que pondrán a prueba su valor, fuerza, astucia y bondad. “El objetivo de mis libros es, además de contar una buena historia que inspire y dé curiosidad, utilizar elementos peruanos. Esto para mí es primordial porque es mi forma de querer al Perú de lejos, de hacer patria”, precisa Llanos. Al mismo tiempo comenta que para escribir el libro tuvo que realizar una amplia investigación que la ayude a presentar detalles precisos. Concluido en el 2017, el cuento fue vendido poco antes de la llegada de la pandemia y publicado en el 2021. Desde entonces la autora ha visitado escuelas de todo Estados Unidos, en forma virtual y presencial, para difundir el legado cultural de la tierra que la vio nacer. Los premios y reconocimientos que este trabajo ha merecido se suman a los que ya ostenta por varias de sus otras doce obras. Con el éxito conseguido en Norteamérica, la escritora se prepara para presentarlo en la Feria del Libro de Lima bajo el sello de Polifonía Editora y con ilustraciones de Mariana Ruiz Johnson.
"[El chaski] es un personaje que todos los peruanos conocemos pero del que se sabe muy poco en el mundo. Por eso me interesaba abrir las puertas hacia nuestra historia y cultura".
—¿Cómo han evolucionado los temas que tocas en tus libros en estos últimos 10 años?
Cuando recién empecé, en “Tristan Wolf” y los primeros que escribí, no había tanto el lado ni de inmigrante ni peruano. Era yo tratando de adecuarme al mercado estadounidense. Y conforme me iba sintiendo más a gusto con mis escritos he explorado más estos temas. Empecé con “Navidad lejos de casa”, en el que los dos personajes viajan de Estados Unidos a Perú y notan las diferencias entre una y otra cultura. Luego ya con “Kutu, la ñusta diminuta” es que me meto de lleno en el Perú porque nos acerca al país y es sobre una princesa que en plena sequía tiene la misión de traer el agua a su pueblo. Luego he continuado con el tema de la migración en el siguiente libro, “El puente de Luca”, que es sobre un niño norteamericano cuyos padres son indocumentados y son expulsados a México, explora un poco el lado de la deportación. Con “Corre, pequeño Chaski” regreso a mis orígenes.
—Eres una escritora autodidacta, ¿Cuándo te das cuenta de que te quieres dedicar a la literatura?
Siempre supe que quería escribir y lo hacía bien, esa habilidad siempre estuvo ahí. Pero creo que fue recién cuando estuve en EE.UU. que me di cuenta de que me quería dedicar por completo a esto. Cuando uno sale de su propio país entra como en una etapa de sobrevivencia, estás solo, hay que empezar de nuevo, reinventarse, no tienes lo que tenías en tu país. Yo estaba muy absorbida con eso, con mis hijos, trabajo, casa; hasta dejé de leer. Me di cuenta de que había dejado de ser yo porque ni siquiera tenía una biblioteca en casa cuando yo he crecido entre libros. Fue un momento clave en el que pensé qué quiero que mis hijos recuerden de su mamá. Y mi respuesta fue quiero que sepan que su madre fue una mujer que luchó por lo quería ser.
—Dentro del espectro literario hay mucho géneros, ¿por qué decides dedicarte a la literatura infantil?
Creo que sin saberlo siempre he escrito para los niños. Es un género en el que siempre me he sentido cómoda porque todavía hay un niño dentro de mí que quiere contar historias y pretende ser diversos personajes. Cuando escribía el primer borrador de “Tristan Wolf” le mostré mis textos a una amiga estadounidense que me dijo “a mis hijos les encantaría este cuento”. Algo me hizo clic y entonces empecé a desarrollar ese lado. Hay algo especial en hacer literatura infantil, yo creo que como los maestros, los escritores formamos la imaginación de los futuros ciudadanos y por qué no de los próximos líderes, científicos, pensadores. Lo que un escritor espera es que nuestros libros toquen la imaginación y el corazón de quienes nos están leyendo.
—¿Cómo se cuela la figura del chaski en este último libro?
Lo único que sabía antes de escribir era que quería narrar una historia basada en la cultura inca y en Perú. Sabía en dónde se iba a centrar, pero no el protagonista. Me puse a explorar un poco y se me vino a la mente el chaski, que me parece un personaje super interesante para los niños porque su misión es como hacer una carrera de relevos para llevar mensajes. Es además un personaje que todos los peruanos conocemos pero del que se sabe muy poco en el mundo. Por eso me interesaba abrir las puertas hacia nuestra historia y cultura. Aunque está basada en el incanato, es en realidad una historia universal que tiene como tema principal la bondad. En ella los niños de Oklahoma (donde yo vivo), de África o Perú pueden verse reflejados. Eso es importante en la literatura, que pueda tocar a las personas en diferentes lugares. La literatura es una oportunidad para despertar la curiosidad en los niños. Este libro ha sido un vehículo para poder llegar a muchas escuelas.
—¿La inclusión de vocablos quechuas ha sido bien recibida en EE.UU.?
A la gente le parece interesante, es algo exótico para ellos. No soy quechua hablante pero este libro ha alimentado mi interés por aprenderlo, solo conozco algunas palabras del segundo idioma oficial de mi país. Antes de publicar el libro fue difícil venderlo a una casa editorial porque pensaban que el tema y el quechua no podrían causar interés, pero encontramos la editorial Barefoot Books que promueve la multiculturalidad. A ellos les pareció maravilloso este libro que acerca el quechua y el imperio inca a los niños.
—Precisamente, por estos atributos es que ha ganado más de un reconocimiento.
“Chaski” es mi libro más galardonado tanto en inglés como en español. Hace unos meses ganó el Oklahoma Book Awards, importante premio del estado donde vivo. El libro también fue seleccionado por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos en un programa que se llama “Grandes lecturas de grandes lugares”. Además, voy a estar presente en el National Book Festival que se realiza en Washington y firmaré libros en el stand de Oklahoma, estado al que represento. Adicionalmente, este libro ha recibido menciones importantes en listas muy prestigiosas como la del Bank Street College of Education, la de los mejores libros de la Biblioteca Pública de Chicago y la de los 100 libros recomendados por la Fundación Cuatro Gatos. Pero lo que más me interesa de estos premios es que puedo compartir mis escritos con mucha más gente.
—Eres fundadora del LatinxPitch, evento anual que promueve la literatura latina. ¿Qué nos puedes contar de esta iniciativa?
Lo que hacemos es conectar autores latinos, artistas, escritores e ilustradores, con diversas editoriales para que se puedan publicar más cuentos con personajes latinos en la literatura infantil. En Estados Unidos hay muchas colonias de Hispanoamérica, pero la representación de nuestra gente es aún muy baja. Allá conocen más de la cultura de México, pero es necesario que sepan que no es la única, somos muchas más.
"Corre, pequeño Chaski" se presentará en la Feria Internacional del Libro de Lima - FIL 2022, el viernes 29 de julio a las 5 p.m. Estará presente la autora y se podrá disfrutar de un cuentacuentos, un taller de quipus y de la canción inspirada en el libro.