Durante el gobierno del presidente de la República Manuel Pardo y Lavalle (1872 – 1876) se creó la Guardia Civil, atendiendo el clamor nacional que pedía protección adecuada en contra de la delincuencia en ciudades y centros poblados al igual que en los entonces solitarios y agrestes caminos. A la Guardia Civil se le proporcionó un minucioso Reglamento mediante decreto del 31 de diciembre de 1873, que debía tener vigencia a partir del 1° de marzo de 1874. Para ser Guardia Civil se requería tener más de 25 años y menos de 50, saber leer y escribir, gozar de buena salud, no haber desertado del ejército, tener complexión robusta y una estatura mínima de 1,65 m, si eran naturales de los departamentos costeños, y de 1,58 m si habían nacido en los de la sierra o selva.
Mariano Santos Mateo, la figura más importante entre la pléyade de héroes de nuestra Policía, reunía todos estos requisitos. Según sus biógrafos, el héroe nació el año 1859 en el poblado de Lucre, provincia de Quispicanchi, distrito de Oropeza, en el Cusco. Fueron sus padres el coronel Carlos Santos Ego, de nacionalidad argentina, quien vino al Perú en la expedición libertadora del general José de San Martín. Su madre fue doña Antonia Mateo Chara, nacida en Lucre. Poco sabemos de sus años infantiles y juveniles. En 1875 sentó plaza en la Guardia Civil del Cusco y luego de recibir la instrucción correspondiente fue destacado para prestar servicios en Arequipa. En dicha ciudad lo sorprendió la declaratoria de guerra que nos hizo Chile el 5 de abril de 1879. Era necesario que todos los hombres, sobre todo los que tenían formación militar, se prepararan para defender el territorio y el honor de la patria. Mariano Santos se incorporó a la Primera Compañía de la columna A de la Guardia Civil de Arequipa, batallón Guardias de Arequipa N°25, que partió en pos del Ejército del Sur, a órdenes del coronel Francisco Bolognesi.
Mariano Santos estuvo presente en la Batalla de San Francisco, llamada también de Dolores, librada el 19 de noviembre de 1879. Después de la infortunada acción nuestro ejército emprendió la penosísima retirada hacia Tarapacá. El Comercio, que seguía el desarrollo de la campaña, recibía información enviada por su corresponsal de guerra Benito Neto, periodista y escritor uruguayo. El 6 de diciembre, mediante telegrama, llegó la noticia del triunfo de Tarapacá lanzándose una edición extraordinaria. El día 7 se publicó la extensa correspondencia de Neto, testigo de los hechos. “A los once días cabales del desastre de Dolores -relataba-, el enemigo ha presentado a nuestro ejército la oportunidad de vindicarse de la manera más brillante y espléndida. La infantería peruana acaba de salvar denodada, heroicamente, la honra del país y nuestras armas”. En el extenso y minucioso relato, apuntó Neto: “Un soldado del batallón Guardias de Arequipa llamado Mariano Santos fue quien tomó al batallón chileno Segundo de Línea, su bandera. Este glorioso trofeo va a ser obsequiado a la ciudad del Misti. Le pertenece de derecho, un hijo suyo lo ha conquistado”. Mariano Santos combatió con valor indomable, con la voz y el ejemplo alentaba a sus camaradas para que siguieran avanzando en el ataque entre el fuego enemigo y en esas circunstancias logró la proeza mencionada. Ese día ganó el renombre de “El valiente de Tarapacá”.
Lamentablemente los vencedores tuvieron que retirarse rumbo a Arica atravesando 112 kilómetros de desierto. Al llegar al puerto, el contraalmirante Lizardo Montero, jefe de la plaza, en ceremonia especial, elogió el valor de Mariano Santos y dijo: “La nación dará, pues, a Mariano Santos la recompensa que merecen sus virtudes militares y la gloria conquistada por él en el campo regado con la sangre de sus compañeros”. Fue ascendido a la clase de Inspector de la Guardia, entregándosele 500 soles para su nuevo uniforme.
Mariano Santos se batió también en el Alto de la Alianza donde fue herido teniendo que retornar a Lucre, donde se dedicó a la agricultura. Estuvo casado con doña Juliana Herrera. Falleció el 7 de octubre de 1900. La ley 23316, del 7 de noviembre de 1971, lo declaró Héroe Nacional. El 25 de agosto del 2000, sus restos fueron trasladados a la Cripta de los Héroes y Mártires de la Policía Nacional en el Cementerio Santa Rosa de Lima. La ley 27081 del 21 de diciembre de 1998 le otorgó el grado de Alférez. Finalmente, mediante ley 29161 del 18 de diciembre de 2007, se confirió a Mariano Santos el grado honorífico de Gran General de la Policía Nacional del Perú.