El muchacho que está allí, justo allí, al lado del río, se llama Martín Chambi. Tiene 14 años y él no lo sabe todavía pero su vida está a punto de cambiar. Hace poco salió de su pueblo llamado Coasa, un lugar con casas de adobe y techos de paja que descansan sobre calles sinuosas, incrustadas en la sierra sur del Perú, específicamente en la provincia de Carabaya, Puno. Martín Chambi ha caminado mucho, se ha adentrado en la selva y ha llegado al río Inambari. Ahora está en la mina de oro de la compañía Santo Domingo y sus ojos no dejan de mirar la máquina que tres hombres ingleses manipulan. La ve como si no hubiera nada más importante alrededor. Ve, también, cómo la realidad puede ser atrapada en cristales y papeles. Él no lo sabe todavía, pero su vida acaba de cambiar.
La historia es conocida. Su mudanza a Arequipa para trabajar en el estudio fotográfico de Max T. Vargas. Sus viajes para retratar el mundo andino. Su técnica para usar la luz y conseguir imágenes llenas de personalidad. Sus retratos que han servido como memorias visuales del pasado cercano. “Me siento representante de la raza. Ella habla en mis fotografías”, dijo en 1936 Chambi.
El máximo reconocimiento
El Ministerio de Cultura declarará este 7 de noviembre el trabajo del fotógrafo puneño como Patrimonio Cultural de la Nación, por su destacable labor en el registro y la difusión del patrimonio cultural inmaterial del sur andino peruano. Cuatro son las razones por las que el ministerio otorga esta distinción. Primero, porque su arte traspasa fronteras, siendo reconocido como uno de los grandes fotógrafos del siglo XX. Segundo, porque sus fotos reflejan la esencia, la identidad y la diversidad cultural del Perú. Tercero, porque su obra es un valioso referente para la investigación científica, artística y cultural. Y cuarto, porque su trabajo contribuye a salvaguardar la memoria colectiva del Perú.
La entrega de la declaratoria será también un homenaje al fotógrafo que hoy día cumpliría 128 años y contará con la participación de María Emma Mannarelli, directora de la Biblioteca Nacional; Natalia Majluf, historiadora del arte; y Javier Lizarzaburu, representante de la oficina de Unesco en el Perú.
Para la María Emma Mannarelli, la declaración como Patrimonio Cultural de la Nación del trabajo de Chambi es muy merecido. “Estábamos esperando que esto (la declaración) ocurra. El trabajo de Chambi nos ofrece una mirada a la vida política, cotidiana, social y del poder en su entorno. Él es la modernidad y cruza los andes con su cámara registrando con su propia visión todo lo que lo rodea”, comenta.
La directora de la Biblioteca Nacional, además, resalta el trabajo de Chambi con los paisajes. “Es interesante porque es una mirada del individuo que observa su entorno. Es una naturaleza que no está muerta sino que vive y se transforma con la mirada, con el lente y la acción de las personas. El ojo de Chambi recorre varios ángulos de la condición humana.
Asimismo, Natalia Majluf, señala que el trabajo de Chambi pasó por un periodo excepcional entre las décadas de 1920 y 1930. “Es el tiempo en el que fija e instala la imagen que tenemos del Cusco en el siglo XX”, ha dicho la historiadora del arte e investigadora. Además agrega que “Chambi hoy es, sin duda, un artista más grande, más importante. No sé si es más icónico, pues ya lo era con las representaciones parciales de su obra. Lo que más se conoce es su faceta de retratista de estudio y sus imágenes de la vida urbana de Cusco, sobre todo de los años 20, pero poco se ha explorado sus fotos de época, unas que él mismo exhibía pues las sentía representativas de su trabajo”, ha asegurado
En el prólogo del libro “Chambi”, publicado por el Museo de Arte de Lima, Majluf sostiene que “Lo que distingue su obra no es solo su talento para componer imágenes dentro y fuera del estudio, sino su concepción de la fotografía como un proyecto estético y social”.
Para Roberto Chambi, nieto del fotógrafo y presidente de la asociación que lleva su nombre, con el reconocimiento del Ministerio de Cultura se ha logrado que el Estado reconozca la obra de un artista quechua que ha trascendido al mundo. “Es importante pues nos reafirma en nuestra identidad, diversidad y en el rescate de nuestra memoria colectiva. Nos da pie para que su obra sea difundida en las escuelas del país y en otros ambientes académicos, artísticos y culturales.
Roberto Chambi también reconoce que el trabajo de la asociación que lidera recién comienzo pues se han marcado objetivos claros para engrandecer el legado de su abuelo. “Queremos lograr alianzas con entidades públicas y privadas para alcanzar mejores condiciones de archivo o almacenaje de los más de 40.000 negativos producidos por Martín Chambi. Así como la digitalización y catalogación profesional que permitirá tener una fuente de consulta para investigadores, artistas y público en general”.
Asimismo, Roberto Chambi señala que tienen la misión de lograr la declaración como patrimonio universal por parte de la UNESCO y finalmente crear un museo, en Cusco, dedicado a Martín Chambi. “El museo es una gran meta para que la colección esté salvaguardada y se pueda conocer más sobre el fotógrafo en el Cusco, la ciudad donde hizo la mayor parte de su trabajo”, explica.