En su primer día de trabajo, el Ministro de Cultura Alejandro Neyra visitó Cantagallo. No se trató de un gesto para las cámaras: su diálogo con los artistas de la Comunidad Shipibo Conibo no fue fácil. En redes sociales circula un video donde la artista shipiba Olinda Silvano, faltándole el aire, le reclamaba por el abandono en el que viven. “Acuérdense de nosotros no solo cuando haya urgencias”, le dice. En ese momento, ella representaba a todos los sectores que han sentido del Mincul indiferencia e incluso indolencia por la lentitud en su toma de decisiones.
El encargo del presidente Vizcarra ha sido puntual: recuperar la confianza de los pueblos originarios y de la comunidad artística. Con urgencia y eficacia. Por ello, en su primera semana ha viajado a Loreto y Madre de Dios, se ha reunido con las poblaciones afroperuanas, ha participado de mesas de trabajo con los diferentes gremios del sector. En su vuelta como ministro luego de poco más de dos años, Neyra nos dice que siente haberse subido al caballo sobre la marcha.
Es el ministro número 15 en poco más de nueve años, lo que da cuenta del desinterés que tiene la clase política por las políticas culturales. ¿Cómo cambiar esa penosa tradición?
Hay una tarea importante que hacer en el ministerio: la institucionalidad. Para ello necesita convertirse en un referente para todos los que trabajan en la cultura y para todos los pueblos indígenas. Esas han sido las dos prioridades que me ha confiado el presidente. ¿Cómo generar confianza desde el Estado con los actores culturales? Para mí se trata de tener una orientación clara del trabajo del ministerio. Y eso se traduce en una Política Nacional de Cultura, un documento que todos esperamos con ansias. Así, por más cambios que existan de personas, finalmente tendremos una orientación clara de hacia dónde va la cultura en el Perú.
Llega al Ministerio en medio de un incendio, cuando se debate la misma existencia de la institución. Demostradas las limitaciones que ha tenido en Mincul con la pandemia, ¿tiene sentido un Ministerio de Cultura?
Sin duda. Especialmente por las personas que han estado esperando una respuesta del Ministerio. La fortaleza del Ministerio de Cultura es la gente a la que tratamos de representar. Ha habido momentos en los que, probablemente, la gente no ha encontrado un diálogo con nosotros. Y lo que trato de hacer es generar confianza, encontrar los espacios para dialogar con la gente. Hay una esperanza grande por lo que puede llegar a convertirse el Ministerio de Cultura. Para un país como el Perú, es impensable no tenerlo. La institucionalidad del ministerio y los vínculos de confianza con la gente es algo que tenemos que fortalecer.
¿Tiene una respuesta que explique por qué el ministerio mostró tanta lentitud para reaccionar a la crisis?
Nadie estaba preparado para una pandemia como esta. Nadie ha sabido bien cómo reaccionar. Y algo que estoy viendo en el ministerio es que, en realidad, sí se empezó a trabajar, probablemente no con la velocidad necesaria, pero sí se ha trabajado en los ámbitos prioritarios: las industrias creativas y los pueblos indígenas. En ambos casos, me he dado cuenta de que hay un problema de comunicación y de falta de confianza con la gente. Ya salió el decreto de urgencia para mitigar los efectos económicos que ha tenido la pandemia en el sector Cultura (los famosos 50 millones), y por el otro lado, el decreto legislativo 1489 para la atención de los pueblos Indígenas en esta situación de pandemia, lo que nos permite trabajar con otros sectores, coordinando con el Minsa para la llegada de medicinas o con el MIDIS para que Qali Warma acuda con alimentos. Es lo que me ha tocado hacer esta semana, viajando a Iquitos el martes y hoy (viernes) a Madre de Dios con el Presidente. Tenemos que recuperar la confianza y reconstruir los canales de diálogo. Eso es fundamental. Yo me he montado sobre el caballo de inmediato.
En su primer día de trabajo visitó Cantagallo. Hay un video que muestra un diálogo con la artista shipiba Olinda Silvano, que conmueve porque revela la imagen de indiferencia e indolencia que el Mincul había ofrecido por la lentitud en su toma de decisiones.
El encuentro con Olinda me conmovió mucho. La conozco porque ha participado en muestras coordinadas por Cancillería en el exterior. Ella representa a la cultura peruana que necesita apoyo, no solo para seguir creando, sino para encontrar canales para comercializar el arte que ellos producen. Para mí, lo que me quedó claro conversando con ella y con los jóvenes artistas, es que ellos representan la fortaleza de nuestra cultura, completamente original, a la cual necesitamos apoyar. Olinda es un símbolo de lo que me gustaría desarrollar en el Ministerio: un trabajo muy coordinado entre los dos viceministerios, con un horizonte claro.
El pintor Rember Yahuarcani, muy representativo del arte amazónico, ha cuestionado duramente a la viceministra de interculturalidad Ángela Acevedo por su falta de liderazgo. ¿Cuáles deben ser los cambios urgentes en la relación del ministerio con las comunidades indígenas?
Leí la entrevista de Rember hoy (viernes) en El Comercio. Y he recibido muchas comunicaciones de diferentes asociaciones. Sé que ha habido una sensación de que la alta dirección del ministerio no estuvo cerca de los pueblos indígenas. Pero te puedo decir que sí hay un esfuerzo del Viceministerio de Interculturalidad en varias líneas de acción. Por eso podemos hacer el esfuerzo, en el que está comprometido el presidente, para romper esta distancia percibida por los representantes indígenas. Por eso visité Cantagallo, he ido a Iquitos el martes, y con el Presidente viajamos hoy a Madre de Dios. Hemos estado en una comunidad nativa en El Pilar, conversando con representantes indígenas y de la región y el mensaje que les hemos transmitido es que el Estado está allí. El Estado realmente está haciendo esfuerzos increíbles para estirarse al máximo, algo que yo no había visto antes, y tengo bastantes años trabajando en el Estado. Para mí, lo de hoy en El Pilar fue muy representativo. Una muestra de que el Ministerio y el viceministerio de Interculturalidad pueden llegar con un mensaje directo a las comunidades. Decir estamos aquí, pese a las dificultades propias de la pandemia, tratando de que la acción del Estado sea efectiva. Lo que te puedo decir es que hay un esfuerzo notable que no se ha visto reflejado. Rember (Yahuarcani), un creador indígena, participó ayer en la mesa que tuvimos ayer con las industrias culturales. Nos hizo una serie de propuestas las cuales hemos tomado nota. Seguramente estará participando con nosotros en la creación de las mesas de trabajo que desarrollemos. Insisto, si existía esta sensación de lejanía y desconfianza, nuestra tarea es recomponer esa relación.
La ex ministra Guillén, hace una semana, me dijo que esperó a tener el presupuesto de 50 millones que prevé el decreto de urgencia 058 para sentirse segura al hablar con los medios. ¿Cree que le faltaron gestos políticos en la gestión anterior?
Faltó un acompañamiento, probablemente. En estas circunstancias, es fundamental estar al lado, contándole a la gente las dificultades que existen y lo que estamos haciendo. Si hay una autocrítica que hacer, es que nos ha faltado estar al lado de la gente que espera cosas de nosotros. Lo que hay que hacer es retomar la confianza. Necesitamos que las industrias culturales puedan reactivarse. Y para ello necesitamos conversar desde el principio con ellas. Y ya ha habido mucho diálogo. Me consta que ha habido mucho trabajo, a cargo de Félix Lossio antes, con Santiago Alfaro ahora, desde la Dirección General de Industrias Culturales. Hoy, por ejemplo, salió el protocolo para la atención de las librerías, y estamos insistiendo que se haga efectiva la transferencia de 16 millones de soles para el fomento del libro y la lectura pendiente del año pasado.
Se tenía hasta el 10 de junio como plazo para definir el reglamento del D.U. 058. ¿Cuándo el gremio cultural verá ya operativas estas ayudas?
Lo que tenemos que hacer es reglamentar los procedimientos especiales que se están diseñando tanto para Patrimonio Inmaterial como para Industrias Culturales en el D.U. 058. Hoy hemos tenido dos mesas viendo artes escénicas. Yo espero tener la reglamentación lista cumplidos los plazos. De allí, viene un trabajo que espero muy rápido para poder difundirlo a través de nuestras direcciones desconcentradas y empezar a dialogar con los actores culturales a nivel nacional. Habiendo definido cuáles son las condiciones para otorgar estas subvenciones, se tratará de hacerlo en el más breve plazo. Todas son urgencias en el sector, pero para nosotros es fundamental trabajar con los creadores en eso y al mismo tiempo definir protocolos que permitan que, una vez que entremos a una nueva normalidad, podamos volver a desarrollar las actividades culturales. Esperamos que estas puedan reactivarse hacia el último trimestre del año, cuando podamos tener protocolos para que se desarrollen con total seguridad.
¿Hay que esperar a la Fase Cuatro o ya se puede imaginar soluciones para una actividad teatral que respete la distancia social?
Justamente para eso es importante el diálogo. Mucha gente de teatro ha empezado a realizar actividades vía streaming, buscando formas creativas de actuación sin interactuar con el público. En eso la respuesta la tienen los creadores. Lo que puede hacer el ministerio es conversar con ellos para que nos cuenten sus necesidades, para encontrar la manera para que las salas se reconviertan, como viene sucediendo en Europa, con la respectiva distancia social para poder retomar las actividades lo antes posible.
¿Hay institucionalidad en los gremios artísticos que respalden ese diálogo?
Ayer, justamente, en la conversación con los líderes de las industrias creativas, nos dijeron que ellos querían esa institucionalidad. Hace poco salió una resolución ministerial que, de alguna manera, oficializaba estos espacios de diálogo. Pero ellos lo que quieren es que se instituyan oficialmente las mesas de trabajo. Y por supuesto que lo haremos.
EL CASO SWING
El domingo pasado, en un programa periodístico, el cantante Richard Cisneros, aparecía diciendo: “Hoy he botado a la ministra por atrevida”. Más allá de nuestra solidaridad con la ex ministra Guillén por esta falta de respeto, quería saber cuán atrevido va a ser usted para investigar los casos de corrupción en el Ministerio…
Desde mi punto de vista, la transparencia y la integridad son fundamentales. Además, la lucha contra la corrupción es un lineamiento de este gobierno. Lo que yo tengo que hacer es ser completamente firme en tomar las decisiones que sean necesarias para combatirlo.
Uno escucha las palabras huecas de Richard Swing en sus conferencias y lo que más preocupa es, ya no las limitaciones del conferencista, sino la pasividad de que los funcionarios hayan aceptado estos discursos. ¿Por qué no se reportó antes?
No te lo puedo decir, pues no sé quiénes fueron los que recibieron esa charla. Pero seguramente hubo una evaluación posterior. Habrá que ver qué opinaba la gente sobre esas presentaciones.
¿Puede un ministro no alcanzar a percibir estas contrataciones de servicios? ¿O habrán preferido mirar a otro lado?
En circunstancias tan difíciles como la pandemia que vivimos, lo que hay que hacer es revisar absolutamente todos los procesos de contratación. No podemos desperdiciar un sol. Y es lo que pienso hacer en mi gestión.
¿Podemos confiar en que no hay más de este tipo de personajes extraños que utilizan el Ministerio de Cultura como botín?
Te respondo como servidor público: a mí lo que me gustaría es que tuviéramos más institucionalidad en el servicio del Estado. Esa es la única forma en que podamos evitar que exista cualquier tipo de corrupción. Vengo de una tradición de servicio en mi trabajo en la cancillería. Y creo que con servidores públicos más comprometidos, bien remunerados, que pongan todo su esfuerzo en los objetivos del país, permiten combatir más eficientemente la corrupción.
¿Cómo sigue la investigación del Ministerio Público?
Hay total transparencia. El lunes llegó el Ministerio Público al ministerio y se llevó toda la información con relación al caso de Richard Cisneros. Se les ha dado toda la información. Y si necesitan más, estamos dispuestos a entregar.
Circula en los medios una lista de nombres de funcionarios comprometidos en la investigación. ¿Siguen en sus cargos?
Hay una investigación preliminar dentro del ministerio, ya iniciada por la ex ministra Guillén. Del mismo modo, está la instancia del Ministerio Público. Respetando el debido proceso, no puedo decir mucho más.
Para terminar, ayer (jueves) el gobierno boliviano disolvió su ministerio de Cultura. ¿Qué reflexión te genera este cierre de una institución hermana?
Lo que podría decir es que, en este momento, debemos pensar cuál es la relevancia de una institución dedicada a la cultura en el Perú. Un país como el nuestro no se puede dar el lujo de no tener un Ministerio de Cultura. Si ganamos la confianza de la gente, y con una política nacional que nos dé una orientación clara, no tendremos que pensar siquiera en por qué existe este ministerio. .
VEA EL VIDEO
Así fue la conferencia de Richard Swing en el Ministerio de Cultura
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