La empresa de lencería Victoria's Secret televisó este fin de semana su desfile casi un mes después de haberse celebrado en Nueva York, un esperado show en el que los seguidores de la marca pudieron ver la nueva propuesta, marcada por el cuadro tartán, estampados florales y diseños inspirados en el cosmos.
Una de las principales estrellas de la pasarela fue la brasileña Adriana Lima, que anunció que este año sería el último como "ángel" de Victoria's Secret, y que inicialmente lució un sensual body de encaje negro bordado con brillantes, y más tarde un look repleto de abalorios plateados y grandes plumas blancas.
"Cada minuto con Victoria's Secret ha sido de los mejores de mi vida. (...) Hicieron que mi sueño se transformara en realidad", decía la maniquí entre lágrimas en una entrevista emitida durante el desfile, en el que ha participado durante 18 años.
Poco antes de emitirse en la cadena estadounidense ABC a las 22.00 hora local, Gigi Hadid, la modelo del momento, describió a Lima hoy en las redes sociales como el "Ángel más épico", y dijo negarse aun a aceptar su retirada del show.
La sueca Elsa Hosk fue la encargada de pasear el sujetador que más miradas atrae: el "Fantasy", diseñado por Swarovski, recubierto con 2.100 diamantes y con un valor de un millón de dólares.
Pero no fue la única joya que mostró Hosk, que también llevó un conjunto inspirado en una estrella fugaz, con 125.000 cristales que se reflejarían en los espejos que rodeaban a la pasarela.
Gigi Hadid, por su parte, lució uno de los diseños de coloridos estampados florales, además de otro de la línea tartán escogida este año por Victoria's Secret, exhibido también por Kendall Jenner.
El desfile de Victoria's Secret, que se autoproclama el espectáculo de moda con mayor audiencia del mundo, generó expectación además por sus actuaciones musicales, protagonizadas en esta ocasión por Shawn Mendes, Rita Ora, Bebe Rexha, Halsey o Kelsea Ballerini, además del dúo The Chainsmokers y la banda de rock The Struts.
Como sucedió ya en años anteriores, el show de esta marca estadounidense de lencería despertó críticas por el idea de belleza que propone, poco realista y que presenta a la mujer como un objeto sexual.
Aunque comenzó con un vídeo de las modelos diciéndose sentirse "exitosas", "poderosas" o "fuertes", algunos especialistas en moda criticaron su exagerada actitud sensual que ya han mostrado otros años, contoneando sus caderas, lanzando besos, o dibujando corazones en el aire.
Después de trasladarlo el año pasado a China, donde buscaba afianzar el mercado y tuvo problemas con visados de modelos y artistas, la marca devolvió esta vez el "show" a la misma Gran Manzana de su debut en 1995.