El éxito tiene siempre algo de suerte o accidente. Lo saben bien Aníbal Seminario y Lorenzo Ferrero, de la Afro Peruvian Jazz Orchestra, cuya nominación a los premios Grammy 2021 llegó de una forma inesperada. “Hay un dato gracioso en eso –cuentan desde Los Ángeles y a través de Zoom–. Cuando postulamos, lo hicimos específicamente para la categoría de big band. Pero fue el propio comité del Grammy el que nos redireccionó y nos puso en Mejor Álbum de Latin Jazz”.
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Como fuese, el reconocimiento a su disco “Tradiciones” es sumamente plausible. Ya en noviembre consiguió un Grammy Latino por el arreglo de Ferrero para el tema “La flor de la canela”, pero esta vez van a la liga mayor. Lo hacen con este álbum de seis pistas que reversionan algunos temas clásicos como “María Landó” (con la voz de Eva Ayllón), “Ritmo, color y sabor” o el ya mencionado de Chabuca Granda, además de otros de autoría propia.
Ferrero y Seminario son peruanos, pero se juntaron en Estados Unidos luego de ampliar sus estudios musicales allá. “Cuando empezamos el proyecto, nosotros veníamos de un background de jazz bien fuerte. Y los temas afro en realidad nos cayeron como unas comisiones para un proyecto de escuelas en el Perú. Esto fue lo que nos impulsó y luego nos hizo apuntar hacia una sonoridad diferente”, explica Seminario.
Uno de los principales retos fue transmitirles a los músicos estadounidense que conforman su orquesta las bases rítmicas afroperuanas, a las que poco acostumbrados estaban. Explicarles, por ejemplo que una métrica como el 12/8, que allá se asocia al blues tradicional, ahora debería ser aplicada a un festejo. “Fue un proceso muy verbal porque lo que estaba escrito de una forma, se interpretaba de otra –agrega Seminario–. Entonces ya te imaginas que lo que escuchas en el disco no fue lo que sonó en el primer ensayo. Fue un pan con salsa, no cuajaba nada. Así que solo nos quedó decirles, como en los antiguos tiempos, ‘escucha esta línea e imítala’. Y así funcionó”.
NÓMINA SELECTA
La sorpresa al verse nominados se hace más grande cuando revisan los nombres de sus competidores. “Estar en esa lista es un peso adicional –comenta Ferrero–. Allí hay gente que ya tiene varias nominaciones y hasta ha ganado más de un Grammy. No podíamos creer estar al lado de Arturo O’Farrill, por ejemplo. O junto a Gonzalo Rubalcaba, a quien hemos escuchado cuando crecíamos. Todo esto le da mucha seriedad al proyecto y sobre todo es muy bonito ver algo peruano al lado de esos gigantes”.
Una contienda que, a pesar del orgullo, no los amilana. De hecho, como bien señalan, es su “Tradiciones” el único álbum que rompe con lo que se suele ver en el rubro del latin jazz, casi siempre ligado a la música cubana o brasileña. “Son unos candidatos increíbles, pero ninguno tiene un sonido distinto a lo ya conocido”, dice Seminario. A lo que Ferrero complementa: “De hecho, el concepto de latin jazz ni siquiera queda claro cómo se formó. Porque es un nombre demasiado general para las cosas tan variadas que hay. Se usa lo ‘latin’ para una masa continental con miles de ritmos, entonces a veces se generaliza mucho”.
De allí que su atrevida fusión de jazz y música afroperuano apunte a una comercialidad mucho más democrática. “Música para el oído popular y no para la elite del jazz”, según dicen. Y es por eso que la recepción del álbum ha tenido un doble sentido. “El peruano que nos escucha se siente identificado al escuchar jazz y decir ‘esta es mi cultura’. En cambio otros latinos o estadounidenses me han confesado que no tenían idea de que existía lo afro en el Perú. Muchos asocian lo peruano solo a lo andino. Entonces escuchan esto y les sale humo”, relata Ferrero.
LO QUE SE VIENE
El COVID-19 ha frenado varios planes para Afro Peruvian Jazz Orchestra. Para empezar, el no poder ir a la ceremonia de los Grammy del próximo 14 de marzo, que será enteramente virtual. Pero también su propósito de traer el disco al Perú para presentarlo en concierto. “De hecho, una de las cosas que más nos gusta es que antes de cada show ofrecemos una especie de ‘master class’ de una hora acerca de la cultura afroperuana –cuenta Seminario–. Porque sí, el grupo tiene un fin musical; pero hay también una identidad que debe relucir. Y con la vitrina que tenemos, uno debe pagar los respetos, hablar de la cultura, las familias, los bailes, de dónde viene. Muchos no tuvieron la posibilidad de hacerlo y ahora nosotros estamos en un lugar privilegiado para cumplir esa labor”.
Pero como no hay mal que por bien no venga, el freno provocado por la pandemia también les permitió enfocarse en su nuevo proyecto. Uno que inicialmente apuntaba a ser una continuación de “Tradiciones”, pero que ya comenzó a tomar un nuevo rumbo. “A raíz de cómo se han dado las cosas, la idea es no repetir la fórmula, sino expandirla más. Ver hasta dónde llega la influencia de lo afroperuano, investigar en lo andino, lo amazónico. Que sea un proyecto mucho más maduro de lo que en un momento nos propusimos”, acota Seminario. Ya habrá momento para aterrizarlo. Por ahora vuelan alto de cara a los Grammy, y claro que lo merecen.
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