¿Quién si no Alanis Morissette (Ontario, 1974) para llevar al público a una época tranquila, pero presente? Con su música que le habla directamente a las personas se convirtió en uno de los íconos del rock alternativo. Precisamente ella con sus diez álbumes de estudio y tantos otros recopilatorios y en vivos, anunció su gira mundial para el 2025. Y por primera vez en 22 años pisará Lima, capital del Perú.
Fue el domingo 21 de septiembre del 2003 cuando ella se hizo presente en la explanada del Estadio Monumental de Ate (cuando todavía se realizaban conciertos allí). Antes del recital, la artista había ofrecido una conferencia de prensa. También se supo que habría visitado la ciudadela inca de Machu Picchu en Cusco. De igual modo, pasó por tiendas de recuerdos en Miraflores, donde compró las típicas artesanías.
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La conferencia de prensa
Así informó Luces la interacción de Alanis con la prensa peruana:
Tardó en aparecer frente a una prensa que, como nunca, dijo presente faltando a ese oscuro estigma de la ‘hora peruana’. Dijeron que la rockera estaba esperando el arribo de una de sus maletas. Como sea, Alanis Morissette le puso aún más suspenso al asunto antes de aparecer de manera muy tranquila, repartiendo sonrisas y con toda la disponibilidad abierta para recibir preguntas.
Lucía una camiseta verde claro sin mangas y un pantalón gris. Ya no más el cabello largo; ahora se parece mucho a Sigourney Weaver. ¿Por qué el cambio de ‘look’? “Al principio, tenía demasiada energía, era muy activa, ahora no solo he cambiado de ‘look’, pienso que es un cambio total en este punto de mi vida -afirma-. Ahora estoy más tranquila, más estable”. La vida la trae a Lima, Perú, por primera vez y, aunque no ha escuchado música nuestra, dice estar abierta para aprender y recoger experiencias de cada lugar que visita. “Me gustaría conocer Machu Picchu”, dice. Y si es con su novio, mejor.
Por ahí le preguntaron por Shakira y si sentía que la colombiana copiaba su estilo de canto. “No estoy familiarizada con la música de Shakira, pero hay gente que me ha dicho lo parecida que es su forma de cantar a la mía. Me parece excitante que yo pueda haber influenciado en otras cantantes”.
La Alanis Morissette que llega a Lima es muy distinta a la explosiva muchacha del “Jagged Little Pill”, su álbum más exitoso. Ahora luce más calmada y reflexiva. El viaje que hizo a India, terminada la vorágine del estrellato, contribuyó a responderse algunas preguntas interiores. “Aclaré muchas cosas acerca de lo que era mi vida. Cuanto más viajaba, más me daba cuenta del camino espiritual que debía seguir. Por eso me encanta subir al avión y viajar”.
Y es que después de habervendido 16 millones de copias en Estados Unidos y 32 millones en todo el mundo, Alanis perdió el control. Ahora no le importa mucho vender millones. Le basta con expresarse de manera honesta, “es así como puedo sentirme feliz”. Morissette viene de cantar en países como Colombia y Panamá. ¿Se animaría a interpretar en español? “Respeto mucho la cultura de ustedes y su lenguaje, pero yo solo hablo bien el inglés y el francés”, dijo con cautelosa franqueza.
Alanis, sencilla, simpática, risueña, no hace poses megalómanas y solo espera que llegue el momento de pararse frente a un ávido público limeño que la verá por vez primera. Ya lo saben, mañana a las 8.30 p.m. en la explanada del Estadio Monumental de Ate. Se pasará lista.
El concierto
Así reportó del show Rafo Valdizán periodista de Luces:
No exageramos si decimos que hizo falta su larga cabellera. Parece increíble que algo tan banal pueda de pronto adquirir cierta relevancia en la conceptualización de una imagen. En el caso de Alanis Morissette se hizo evidente. Y es que antes la rockera canadiense barría el pavimento con su generoso pelambre oscuro. Y esa era una de sus marcas registradas. Hoy, con el cabello encima de los hombros, perdió parte de su sello identificador.
Sin embargo, tampoco estamos ante una versión moderna de Sansón. Nada que ver. Alanis no ha perdido su fuerza interpretativa. Anoche, en la explanada del Estadio Monumental de Ate, selló un paso tremendo por nuestro país, se entregó completamente en efervescente actuación. Arrancó todo el poder que una mujer como ella puede tener e hizo suya la noche limeña.
Alanis paseó su figura con exóticos pasos sobre el escenario. A veces, con estilo hip hop, otras como si caminara en la sala de su casa. Siempre en confianza. Su concierto fue un entero tributo a la música. Nada de aditamentos espectaculares ni estratagemas escénicas, solo ella y el rock and roll. Música honesta que el Perú tuvo a bien agradecerle con sonora ovación.
Ella resulta peligrosamente adictiva, desde el primer segundo que aparece en escena. Es condenadamente magnética. Imposible dejar de mirarla. Cada gesto, cada movimiento, es emoción pura al rojo vivo. Ella construye su propio guion, según lo que quiere transmitir en cada tema. Y vive su papel desde el alma, con total identificación, mientras suelta férrea fuerza interior
El rock que hace es una íntegra proclama de sensualidad dividida en capítulos. Algunos rabiosos. Otros tenues. Desde un inicio, a las 9.20 p.m., atrapó a las 13 mil almas en las afueras del Monumental. Era la magia de “All I Really Want”. En adelante, haría de la armónica y las guitarras, compañeras de la noche.
Alanis dio gasolina suficiente para que la gente explotara con estruendosa ovación. Sea a través de canciones -desfilaron “Hand In My Pocket”, “Hands Clean”, “Spineless”, “The Grudge” (las dos ultimas, inéditas), “So Pure”- o a través de lúdicos movimientos escénicos, extraños y envolventes. El primer éxtasis llegó con la clásica “You Oughta Know”, y fue más dramático aún con ese portento de canción llamado “Uninvited”, tema que apareció en el soundtrack de “City Of Angels”.
Espectacular. En ese momento, Alanis entró en catarsis total, sacudió su cabeza (esta vez desprotegida de cabellos), giró su cuerpo en tirabuzón -una y otra vez-, agitó los brazos con electricidad... No nos quedó más que sentirla a rabiar.
Llegó “You Learn”, en la cual Morissette, poseída por algún espíritu urgente, sintió irrefrenables ganas de correr... correr... correr... rodeó el escenario con tres vueltas a toda velocidad. Explosión previa al primer adiós.
La vuelta llegó con un pendiente obligado: “Ironic”. Una vez más, se despidió para luego regresary entregar dos más: la preciosa “That ParticularTime” y “Thank U”, el final definitivo faltando cinco minutos para las 11 p.m. Fueron 18 temas en total y nuestra devoción eterna como saldo.
El error garrafal
¿Qué tan posible es confundir un país como Perú con Brasil? Eso es lo que le pasó a Alanis en su paso por el Perú. Al acabar su show en el Monumental, la cantante dijo “thank you Brazil” (”gracias, Brasil”). Un error de cientos de kilómetros.
Ya en Sao Paulo, una de sus siguientes paradas, la cantante fue consultada por su error. “No recuerdo haber dicho eso. Creo que estaba borracha”, dijo, tal y como citó el medio BBC Mundo. “Normalmente suelo balbucear y el domingo se me debe haber escapado ese ‘gracias, Brasil’. Pero, en realidad, estoy muy feliz de estar aquí de nuevo”, agregó.
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Alanis Morissette en Lima - 2025