Cuando empezó a hacerse famosa no cumplía aún los 20 años. Era una joven delgada y menudita a quien unos productores recomendaron que se convierta en la primera voz de Mecano. De este modo comenzó en el canto, pero también en la orfebrería: convertía las letras de José María y Nacho Cano en finas piezas de colección. Así, todos los hits que sean capaces de recordar de aquel trío español llevan el sello de su voz. Hoy, a los 62 años, es notorio que conserva la misma chispa y la misma energía de sus años más locos. También las mismas ganas de cantar “hasta que me manden pal otro mundo”. Por eso ha emprendido “Volver”, la gira que la está llevando de regreso a los escenarios tras la pandemia, además, con un disco nuevo, “Mil razones”, en el que destaca su retorno a lo electrónico y el dúo que hace con una contemporánea suya: Alaska. Ciudades como Caracas o San José de Puerto Rico ya la vieron. Dentro de poco estará también en Bogotá, Lima, Marbella, Valencia o Alicante.
Con ustedes, Ana Torroja.
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—Ana, ¿Cómo te sientes en estos días? ¿Cómo han sido estas primeras semanas de gira nuevamente, el reencuentro con el público?
La verdad es que después de estos dos años de estar prácticamente parados y no pisar un escenario, el momento del reencuentro con el público ha sido muy emocionante. Volver a lugares que hacía mucho no pisaba, como Puerto Rico, o ahora como Lima o Bogotá, la verdad es que me hace una ilusión tremenda. Estoy muy feliz, muy emocionada y con muchas ganas de que llegue ya el día 14 de mayo para verlos.
—Regresas después de varios años al Perú. ¿Qué recuerdos tienes de nuestro país?
Pues, normalmente, los recuerdos de los países tienen mucho que ver con la gente, porque los artistas tenemos un problema y es que siempre pisamos el país, nos vamos al hotel, luego al lugar donde se hace el show y al día siguiente volvemos al avión y nos vamos a otro lugar. Entonces, casi nunca tiene uno tiempo de recorrer el país como le gustaría. Yo, por ejemplo, todavía tengo pendiente, porque no va a poder ser en esta ocasión, pero será, ir como turista al Machu Picchu y a la Montaña de colores. Pero, generalmente, sé que un país lo hace la gente y, por lo menos, con eso siempre nos quedamos: con el cariño, con el amor, con la pasión que siempre recuerdo de la gente de Perú cuando va a los conciertos, la emoción, la entrega absoluta en cada show. Para mí ese es el mayor regalo que te puede hacer un país. Aunque bueno, la gastronomía… (risas) Esta vez me voy a quedar un día más solo para ir a comer. Perú es un país riquísimo y maravilloso.
—En algunas entrevistas has mencionado tu timidez. ¿Cómo se convierte una persona tímida como Ana Torroja en una de las vocalistas más famosas de la música hispanoamericana? ¿Cómo afrontas esa realidad?
(Risas) Bueno, pues mira, Ricardo, yo creo que la timidez también se trabaja. Yo sigo siendo tímida, porque lo soy y, de hecho, en mi día a día, como Ana de a pie, Ana de la calle que sale a hacer compras, pues sigo siendo bastante, bastante tímida cuando alguien se me acerca. Pero es verdad que ya lo gestiono mejor. Antes, sobre todo en la primera época de Mecano, me violentaba mucho, no lo gestionaba bien. Pero ahora lo gestiono muchísimo mejor. Y, además, con el agradecimiento desde lo más profundo del corazón, porque realmente la gente que se acerca a ti es porque te admira, porque formas parte de su vida, musicalmente hablando, se acercan como si te conocieran. Es algo que me gusta mucho. Porque has visitado casas, has cambiado vidas, has tocado corazones a través de la música. Entonces formas parte de la vida de ellos, lo que es muy bonito, pero es verdad que sí se trabaja. Al principio me costaba muchísimo y, a medida que ha pasado el tiempo, pues ya que le diga a alguien que soy tímida se extrañaría (risas). Pero también es verdad que hay algo ahí de Dr. Jeckyll y Mr. Hyde. Nunca me ha dado vergüenza salir a un escenario. En el escenario me siento muy segura siempre, desde el primer día. Es cuando bajo de él cuando me pongo tímida. Es muy curioso. Hay muchos días que uno tiene así, más débiles, más vulnerables, en los que me sitúo en el escenario y digo “Ah, bueno, venga, vamos pa´lante, que tú puedes”. Me doy ánimo yo misma.
—¿Cuánto te costó encontrar tu propia huella, tu propio perfil en el escenario como artista solista?
Pues años. La verdad es que no los he contado, pero bastantes. Porque en Mecano realmente éramos tres, entonces lo que daba la personalidad al grupo eran precisamente las tres personalidades diferentes, no había ninguno que destacara más o menos. Cada uno tenía su papel en el grupo. Pero hay que ir aprendiendo sobre la marcha, realmente. Es como cuando eres bebé y primero empiezas a arrastrarte en el suelo, luego a gatear, luego te pones de pie y te vas agarrando de cualquier cosa que encuentres por el camino y al final corres y saltas y es un proceso que se va aprendiendo a la vez que vas caminando y vas agarrando seguridad cada día que pasa, en cada show que haces, en cada disco que grabas, en cada canción que cantas. Hay cosas que, a lo mejor, no repetirías, porque sabes que no funcionan. Vas haciendo tu propio camino, pero sí que es una cuestión de tiempo, de años, realmente. Puedo decir que sigo aprendiendo porque ningún día es igual que otro, ningún show es igual que otro o un público igual que otro. Hay que ir improvisando también y eso forma parte de la magia de los conciertos. Cada show es un momento único e irrepetible. Por eso tienen que ir a ver mi show, porque no va a haber más como el del día 14… habrá otros (risas).
—El 2021 lanzaste “Mil razones”, un disco que, a causa de la pandemia, recién estás presentando ante el público. Es el primero en estudio en 11 años. ¿Cuáles son esas mil razones? ¿Adónde apuntan?
(Risas) ¡Wow! ¡Qué difícil! Seguramente haya más de mil, pero la razón te la da el estar vivo. El estar vivo, para mí, es la razón más importante. Y ya no me refiero a vivo de que tu corazón lata, de que estemos en este mundo, sino de que existamos. Y no es tanto el existir, sino el seguir teniendo ilusión, ganas de aprender, no sentir que ya lo sabes todo, y hacer felices, en la medida de lo posible, a los que tengo alrededor, incluida yo. (risas)
—Para empezar tú…
Sí. La vida está llena de razones para disfrutarla. Uf, cada día. El simple hecho de levantarse cada día ya es una de esas mil razones para agradecer y seguir caminando.
—El sonido de “Mil razones” te ha acercado al pop y, nuevamente, a la electrónica, a la que llamas “el lugar donde yo nací”. Pensé que esto también se vinculaba con “Volver”, el nombre de tu gira. ¿Es un poco también “volver” al pasado? ¿Cómo se hizo este nuevo trabajo?
Bueno, más que volver al pasado, el pasado siempre viene en el equipaje, siempre viene con uno, uno va añadiendo experiencias, pero no va soltándolas, sino que se van sumando unas tras otras. Entonces, realmente, para mí, el pasado –y, además, con más intención- es presente hoy en día, porque hay canciones que siguen vivas igual que hoy en día. Y volver al sonido electrónico es volver a recuperar lo que has dicho tú, “el lugar musical donde nací”, donde también aprendí y me desarrollé, pero traído al 2022, y de la mano de gente muy joven, muy diferente. Es un disco muy ecléctico, con muchos colores y sabores y eso es algo que me motiva muchísimo. El hecho de poder seguir haciendo cosas que no he hecho todavía me motiva y me inspira. Entonces, Mil razones, para mí, ha sido como un soplo de aire fresco dentro de mi carrera, ha sido “volver”, como dices tú, Ricardo. Y esta gira sí que se llama Volver precisamente por eso, es el recuperar mi origen musical y traerlo al hoy, pero también, después de la pandemia, ha sido volver a pisar un escenario, volver a encontrarse con el público, con la gente. Entonces, la palabra volver tiene un significado muy poderoso y muy potente hoy en día, más del que tenía inicialmente con el disco.
—¿Cómo sientes este momento de tu carrera? Han pasado 25 años del inicio de tu carrera solista, vas ya 6 discos grabados. ¿En qué etapa sientes que estás?
Pues muy satisfecha. Yo, como niña con zapatos nuevos (risas). Realmente me siento así con cada disco que saco. Pero fíjate, el otro día también me recordaban que eran 11 años sin sacar un disco de estudio. No sabía que había tardado tanto. Una disculpa a los que lo esperaban… pero realmente, es que… a ver cómo te lo diría: yo me guío por lo que siento en cada momento, no por la moda, ni por lo que se lleva, ni por lo que debería de hacer, ni por lo que los demás hacen, sino por lo que yo siento en cada momento. Y si en 11 años no he sentido que podía ofrecer algo nuevo que no hubiera hecho ya o que podía volver a sorprender… No lo he sentido. Pero cuando ha llegado el momento, cuando ha surgido esa mancuerna entre estos productores de música electrónica y yo, es cuando he visto la luz y el camino. Y por eso decía que era un aire fresco, porque es un nuevo camino a explorar y yo necesito seguir viviendo aventuras.
—Iniciaste tu carrera en un momento en el que, aunque había mujeres muy talentosas, no parecían empoderadas según los conceptos o estándares actuales. Tu actitud, las canciones que interpretabas y toda tu onda fueron un paso adelante. ¿Qué opinas del papel de las mujeres en el momento actual de la música?
Yo creo que es muy importante lo que está pasando. Creo que la mujer siempre ha tenido un papel importante en la música, pero ahora la música también refleja el papel importante que debería de haber tenido y que tiene la mujer, que está en su derecho de tener en la vida. Lo que está ocurriendo en la música debería ser un reflejo de lo que ocurre en la vida. Aun no lo es, pero yo espero que lo sea. Para eso estamos trabajando en ello muchos y luchando por ello. Yo nací en una familia en la que me criaron en la igualdad de derechos y de deberes también. Y por eso para mí siempre fue algo natural el que la mujer pueda defenderse y vivir una vida de derechos similar a la del hombre. Y de igualdad, aunque no seamos iguales, que no lo somos. Pero en derechos sí deberíamos de ser iguales. Hay todavía lugares del mundo en los que no se ha ni empezado, por cultura, por religión, están a años luz. Hay otros lugares que están más avanzados y hacia ahí vamos. A mí me gusta mucho cómo está despertando Latinoamérica a todo eso. Creo que vamos por el buen camino y hay que seguir en él.
—Hablando de empoderamiento femenino a inicios de los 80, justo en este reciente álbum cantas “Hora y cuarto”, tu primera colaboración con una contemporánea tuya, relevante y pionera también en estos temas, como Alaska. ¿Cómo fue trabajar juntas?
Fue increíble, increíble. Era algo que estaba en el aire siempre y nunca había llegado el momento. Es muy curioso, porque a pesar de que nuestro bagaje es diferente, cuando nos juntamos nos damos cuenta de la cantidad de cosas en común que tenemos, incluso como personalidad. Es como cuando escuché por primera vez Hora y cuarto, la canción, realmente visualicé a Alaska. Dije “Esta es la canción que estaba esperando que tenemos que hacer juntas”. Obviamente, tenía que coincidir ella también en lo mismo, y así fue. Cuando la escuchó lo vio también clarísimo y ha sido un regalo increíble que me ha hecho Alaska, porque lo hemos disfrutado mucho y, a raíz de eso, hemos como reconectado, porque a veces la distancia, pues cada uno tiene su vida, te hace como que te olvides, pero hay una frase que escuché una vez y que realmente es así: “No sabía lo que te echaba de menos hasta que no te he visto”. Es un poco así. Realmente, cuando nos volvimos a encontrar cantamos, hicimos el video y nos hemos visto más veces. Nos hemos dado cuenta de la admiración, el cariño y el respeto que nos tenemos y lo hemos disfrutado mucho.
—Justo hace poco se cumplieron 40 años del disco del reloj, el primero con Mecano. Esta es, para terminar, una pregunta con doble respuesta: ¿Qué es lo que más extrañas de Mecano? y, a partir de lo ya logrado, ¿Qué expectativas tienes hacia el futuro con tu propia carrera?
Pues mira, Ricardo, no extraño nada porque viaja conmigo. Es lo que te decía antes sobre el pasado. Mecano viaja en mi equipaje y en cada concierto siempre, desde que arranqué mi carrera como solista, siempre, he seguido cantando esas canciones porque forman parte de mi historia musical. Sería como traicionarme a mí misma no seguir cantando muchas de esas canciones. Y, en función de mi futuro, es verdad que he trabajado mucho durante toda mi vida, porque realmente esta es una profesión en la que hay que luchar mucho y trabajar mucho. Para mí lo más difícil –puede serlo en cualquier profesión, pero quiero hablar específicamente-, hay tanta oferta, que el hecho de que alguien se pare a escuchar una canción tuya ya es un regalo, ¿no? Entonces, para mí lo más importante y esa seria quizás la única perspectiva que tengo, es mantenerme, seguir haciendo lo que quiero. No hace falta estar en el número 1 o en el 200, me da igual, con tal de poder seguir haciendo lo que me gusta que es música, con tal de poder seguir viviendo aventuras, sorprendiéndome, conociendo gente que me enseñe cosas, con tal de seguir aprendiendo y haciendo música, hasta que me manden pal otro mundo (risas). Para mí, es más que suficiente.
Ana Torroja en Lima: Gira "Volver"
Día: sábado 14 de mayo
Hora: 9 p.m.
Lugar: Huaca Pucllana
Dirección: General Borgoño, cuadra 8, S/N., Miraflores.
Entradas: Teleticket.