La obligada pausa en la vida cultural y de espectáculos producida por la pandemia ha sido, paradójicamente, también la más larga en los casi 20 años de historia musical de Bareto, al menos en lo que a presentaciones en vivo se refiere. Tras las salidas, hace unos años, de Joaquín Mariátegui o, más recientemente, de su vocalista Mauricio Mesones, el grupo ha tenido que reconfigurarse, plantearse nuevos retos y alimentarse de energías que refresquen su sonido y su convivencia. Parte de ello lo han logrado con la inclusión de La Mamba y Jair Montaño, a quienes ya se les puede ver en las presentaciones en vivo como nuevas voces de la banda. Todo parece indicar que se trata de los primeros pasos de una relación que puede ser fructífera y extensa.
Después de una larga espera, Bareto lanza “El amor no es para los débiles”, su nuevo disco de estudio tras 7 años. Se terminó de grabar el 2018 con un sonido que es, en parte, fiel a sus últimos años, pero que también toma novedosos riesgos sonoros, apuestas para viajar musicalmente por el mundo más que para quedarse solo en la selva. El disco representa, sin embargo, más aquel momento del grupo que el que viven actualmente. Después de todo, han pasado 4 años. Tras la salida de Mauricio Mesones, la partida temporal de Jorge Olazo –viajó a Londres para estudiar un posgrado, después de lo cual se reintegrará-, la llegada de la pandemia, y el hecho de que volvieron a grabar varias canciones, esta vez con la ayuda de un nuevo vocalista, Javier Arias –quien, tras su participación en el disco, dejó la banda-, el lanzamiento del disco se retrasó hasta este año. Esta circunstancia fue aprovechada con creatividad: Bareto decidió contar con voces invitadas para varios temas. Así, Rossy War comparte con ellos en “Ay Ay Ay”, Bartola canta en “Te sigo” y Melcochita sonea en “Los Marcianos”. A propósito de la nueva configuración del grupo, este nuevo proyecto musical y sus planes más inmediatos, El Comercio conversó con Rolo Gallardo, Sergio Sarria y Jorge ‘Bambán’ Giraldo, mientras preparan sus próximas presentaciones en lugares como Ilo, Moquegua o Santiago de Chile.
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—Bareto ha experimentado cambios muy notorios en los últimos años. ¿Qué ha significado este proceso para ustedes?
Rolo: Todo cambio es complicado. Eso, sumado a la pandemia, fue más difícil. Ha sido como un reto para nosotros hacer que se perciba a Bareto ya no solo como un cantante, sino como un grupo. La energía de grupo es lo que manda en los shows y eso es lo que se mantiene en el disco también y en vivo.
¿Esto puede ser, de algún modo, un volver al origen? Porque, en sus inicios, ustedes eran un grupo eminentemente instrumental…
Rolo: Sí, solo que en esa época hacíamos ska, reggae, temas instrumentales. Y el mood, si bien era también de fiesta en esa época, era otro tipo de fiesta, porque el ritmo jamaiquino te lleva a una fiesta distinta. Ahora hacemos prácticamente un 100% del show a ritmo de cumbia. Y sí, ha sido confuso, lo sabemos, estamos conscientes de que ha sido así para la gente, al ver a una y otra persona cantar con nosotros en tan poco tiempo, pero, lamentablemente, así es. Preferimos hacer cambios para poder trabajar cómodamente y tener un planeamiento a mediano o largo plazo. Creemos que la única forma real de probar a alguien es en los shows en vivo, porque lo puede hacer quizás muy bien en los ensayos, pero en los shows no tanto. Tres elementos son importantes para mí: la técnica del vocalista; su energía y carisma con el público y la energía que tenga con nosotros, con la banda. Es necesario ver qué tal convive, porque entre nosotros hay una convivencia bien pendeja en las giras y todo esto, entonces hay que ver qué tanto esa energía conjuga con nosotros. Conseguir esos tres elementos no es fácil. Dos de esos se prueban en shows en vivo. Hemos probado así y la gente los ha visto en vivo y hemos continuado con la vida de la banda. Creo que, finalmente, de alguna manera estamos aterrizado sobre un terreno más sólido. Creo que con los cantantes que estamos ahora estamos bastante cómodos y en esta comodidad se pueden hacer planes.
Sergio: Jair y La Mamba han entrado con una energía renovada, con unas ganas de hacerla y, en general, con unas ganas de vivir distintas que nosotros, que estamos en otra etapa de la vida. Y eso es muy bueno. Ellos, definitivamente, le han metido al grupo una energía recontra renovada.
Rolo: Yo creo que Bareto hace tiempo es como una maquinaria de hacer fiesta, de hacer shows, que funciona con o sin alguna pieza. Si alguna pieza de esa maquinaria sale, se reacomoda rápidamente, pero la maquinaria continúa su camino, aunque haya momentos que puedan ser más difíciles. En general, la gente que ha salido del grupo lo hizo porque sus intereses personales ya no combinaban con los del grupo. Optan por salir algunos de buena manera, otros de mala manera…
—¿Cómo ha repercutido esto en su sonido?
Rolo: Ha repercutido, claro, por eso nosotros no tratamos de que solo el cantante se acople a nosotros, sino acoplarnos también a él. Javier (Arias, quien grabó las voces del disco en lugar de las de Mauricio Mesones antes de dejar el grupo) venia de una onda pop o baladas que era su fuerte. Hicimos con él un single de una canción de Gianmarco y la pasamos a cumbia. Y tratamos de poner de nuestra parte. Ahora, por ejemplo, como Jair viene de Chiclayo, él le da un sabor diferente y, con La Mamba, hacen una combinación bacán.
Sergio: Jair tiene 21 años, viene de Ferreñafe con esa influencia. La Mamba, que es una limeña de 33, fuerte, empoderada, da un espectro nuevo de canciones de mujer a un repertorio que antes era solo la voz de hombres. Solo voz y perspectiva de hombre. Ahora, en el show, hemos incluido unos temas más femeninos que son unos hitazos y le van muy bien al espectáculo.
Bambán: Aparte, ella tiene una energía súper positiva y contagia a la gente. Nuestro público también ha crecido por ella, porque hay gente que la admira y la sigue. De hecho, cada cantante tiene su aporte dentro de la banda. Eso hace bien rica la realidad del día a día. Para mí, como comentaban Sergio y Rolo, ellos están en otro momento, tienen otra energía y eso también nos contagia de alguna manera, nos renueva.
—En la nota de prensa de este nuevo disco hablan de “Salir de la zona de confort”. ¿Cuál era y qué implicaba para ustedes? ¿Cómo se abandona para dar el siguiente paso?
Rolo: Cuando hacemos los discos nos damos muchas más licencias. Trabajamos con un productor musical que no es tan pop, a diferencia de los singles que trabajamos en paralelo. Por ejemplo, “Quiero amanecer” es una canción que está trabajada para entrar en el circuito de “Cariñito” y otros hits que teníamos pegados antes. Es como una bala mucho mejor dirigida. En este disco son canciones propias. Para empezar, sabemos que una canción nueva es muy difícil de escuchar. Y la producción es mucho más volada, hay sicodelia y efectos y sintetizadores que nos arriesgamos más a usar en el disco, porque sabemos también que ese tipo de sonido es un poco más valorado en Europa.
—Como el caso de “Cumbia circular”.
Rolo: Por ejemplo. Es una canción que en Europa ha gustado muchísimo y la gente aquí no le ha dado pelota, casi ni un poquito…
Sergio: Una cosa que pasa también es que las radios, cuando nosotros vamos, no identifican al disco como un sonido de cumbia habitual para ellos. Entonces dicen: “Esto no es para las radios. Puede ser cumbia, pero es otra cosa”. Por eso no entra en el circuito.
—Pero para el oído del mercado europeo sí va mejor…
Rolo: Exacto. Dentro del circuito más World Music, como la disquera con la que estamos trabajando, A Go-Go Records. Saca discos de jazz, de afrobeat, que le parece pastrulazo y bacán, porque eso nos permite linkear con futuras giras que podríamos hacer por allá. Es un mercado que también nos gusta explorar bastante.
—¿Cómo pasar al siguiente nivel, musicalmente hablando, sobre todo con el riesgo de lo que me cuentan que pasa con las radios?
Rolo: Éramos conscientes de cómo iba a ser con el lanzamiento de un disco. En ningún programa nos han dejado tocar alguna canción nueva. Si vamos a un programa, es “Cariñito” y ya.
Bambán: Es un poco más de lo mismo, porque los mismos medios se suben a la espiral de escuchar lo mismo. Tenemos nuevo material y quieren que siempre toquemos “Cariñito”. Ya sabemos a qué vamos, es lo de siempre, pero eso no hará que nos detengamos para sacar mejor material cada vez. También es cuestión de la gente el educarse musicalmente.
Rolo: Sabemos que discos más volados, como “El impredecible”, van a pasar bastante más desapercibidos que un single de un cover. Estas versiones que hacemos y que, de alguna manera loca, revientan. El termómetro un poco son los shows. Las canciones que vemos que funcionan las grabamos y terminan reventando. Es como trabajar los dos mercados: el peruano, acostumbrado a singles y hits y el otro, que también es mostro, nos permite girar y tiene la oreja un poco más abierta.
Sergio: Igual hay que aprovechar el canal de promoción. No se puede ir contra la corriente. Así funcionan las cosas acá e ir en contra de eso es ponerte de mal humor por las puras. Igual lo promocionamos, le decimos a los medios que está ahí, le decimos a la gente que tenemos música propia, pero a veces a la gente le importa un carajo (risas, con ironía). Solo quieren “Cariñito”, “Quiero amanecer”, “Se ha muerto mi abuelo” y se acabó.
—¿No es un poco frustrante?
Rolo: En algún momento, hace muchos años. “Ves lo que quieres ver” tenía la intención de que funcionara como un disco nuestro con el poder de nuestra propia música. Y nos dimos cuenta de que no iba a ser así, porque todo depende de factores culturales, factores de difusión y otros que hacen que muy poca gente tenga la oreja o las ganas o la curiosidad de descubrir nuevas cosas.
—¿Ustedes consideran este nuevo disco una progresión, un avance?
Rolo: Indudablemente. Y tienes que adaptarte a lo que hay, pero sin quedarte con las ganas de hacer cosas más voladas que puedan ser apreciadas también en otros sitios.
—Han pasado 7 años desde “Impredecible”, su último álbum de estudio. ¿Cómo ha sido preparar este nuevo trabajo en un lapso de tiempo que, como ya hemos comentado, ha significado cambios en la estructura el grupo, y con los hándicaps?
Rolo: Este disco estaba casi terminado a fines del 2018. Lo presentamos en Womex, que fue en Islas Canarias, para conseguir una disquera, un booker y trabajo para el año siguiente. Lo logramos, todo muy bien. Pero el 2019 se dio la salida de Mauricio. A mitad de año entró Javier y tuvimos que regrabar las voces. Y ahí se nos ocurrió incluir artistas invitados. Rossy War y Bartola han aportado muchísimo a sus canciones. Y la voz en la maqueta de Los Marcianos ya era media como de Melcochita, así que lo invitamos. Y fue un cague de risa con el tío Melcocha, que es una máquina de meter chongo (risas).
Bambán: Y ya estamos con ganas de cosas nuevas, porque estamos en otro momento, los muchachos también tienen la inquietud por cosas nuevas. Por eso no descartamos un lanzamiento de este disco, pero, al mismo tiempo (queremos) renovar más el show, con nuevos temas. En concierto me da gusto porque veo la reacción de las personas y ya me lo han dicho: ven a la banda más sólida y refrescada.
—¿Me equivoco o sienten que un disco siguiente los representaría mejor en el momento actual que el disco del que hablamos ahora?
Rolo: No, no te equivocas. Definitivamente es así, porque el disco es como una fotografía del momento de la banda y con un disco que se ha tardado tanto en salir la foto cambia. Si bien es cierto que sumamos a La Mamba porque en el disco hay otras colaboraciones femeninas y nos abre un espectro de posibilidades, es una foto de otro momento, son canciones que compuse el 2017, que todo bien, pero ha pasado un tiempo. Las tocamos con ellos ahora en los conciertos, pero sí tenemos ganas de hacer otro disco. Ha pasado un huevo de tiempo y estamos tan a gusto con la nueva agrupación y la nueva energía que tenemos ganas de grabar cosas. Seguro que vamos a entrar pronto en el estudio.
—Ustedes ya tienen 20 años en la escena nacional, desde aquellos primeros días en que nos conocimos cuando tocaban en Wahio´s Bar. Aunque han trabajado con el jazz, el reggae o el ska, últimamente se les identifica, sobre todo, con la cumbia. ¿Se han proyectado a ser, en unos años, como Los Destellos o Los Mirlos, referentes en un ritmo específico, o seguirán sus búsquedas rítmicas en distintos géneros?
Rolo: Lo que a mí me gustaría es que, en algún momento de la historia, se haga un crossover entre estas dos personalidades que ha tenido o tiene Bareto y que la gente en el Perú aprecie nuestro lado más loco, algo que quizás suceda cuando ya nos volvamos leyendas (risas). Ahí quizás revalorarán otras cosas y dirán también: “¡Manya, los Bareto hicieron esto!, ¡Manya! ¡Esto también!”. Esto me gustaría que suceda en un futuro. Me gustaría vivir para verlo.
Sergio: Mientras que la vida siga, la música va a seguir y ahí estaremos.
Bambán: Como dice Rolo, esta máquina todavía no va a parar. Si no nos paró la pandemia, no nos va a parar nada.
Con las colaboraciones de:
Bartola, Rossy War, Melcochita, María del Rossario, Chongo o Janio Coronado.
Grabado entre Lima y Bogotá por Humberto Chaparro, la producción estuvo a cargo de Felipe Álvarez y Kike Purizaga realizó la producción vocal de algunos temas. El disco fue editado en vinilo con arte conceptual de Amadeo Gonzáles “Carboncito”.