Belle and Sebastian arranca corazones en concierto [CRÓNICA]
Jimena Salas

Poco antes de cumplirse 20 años del lanzamiento de su primer disco, presenta su novena producción, “Girls in peacetime want to dance”, con una propuesta que incorpora elementos electro-disco-dance. Difícil definir su estilo, pues el indie pop hace algún tiempo empezó a quedarles chico. Para demostrarlo, anoche, en el Parque de la Exposición, el grupo de Glasgow regaló un concierto durante el cual, ante una audiencia cuando menos embelesada, comprobó que su sonido evoluciona, mas no envejece.

Kanaku y el Tigre dio inicio a la velada. Con un sonido limpio –cualidad destacable, pues es algo a lo que no estamos acostumbrados cuando de teloneros se trata–, los nacionales interpretaron un buen puñado de sus temas, con un ritmo pegajoso que linda entre lo reflexivo y lo bailable, preciso para introducir a la banda principal.

A las 10:30 de la noche, los escoceses Belle and Sebastian entran en el escenario con un aire relajado, sin ningún aspaviento, y toman posición. Todos llevan atuendos más bien discretos, excepto por el líder de la banda, Stuart Murdoch, quien se distingue apenas por un pantalón gris plata ceñido.

Murdoch se sienta al piano y empieza de inmediato con la melodía agridulce de “Nobody’s empire”, la primera canción de su último disco, para luego entusiasmar con el sonido vivaz y aires naif de “I’m a cuckoo”. Justo después llega el tan esperado saludo, con el vocalista retando al público en un español bien aprendido: “Es sábado en la noche en Lima. ¿Tienen ganas de fiesta?”. Tras el rugido de afirmación general, estalla con potencia “The party line”, que deshace la timidez y entrega el primer momento discotequero de la noche.

Le siguieron las tonadas folk de coqueteos country de “Expectations”, sencillo de Tigermilk, su primer álbum, y la onda sesentera de “Write about love”. A estas alturas, ya están completamente conectados con los asistentes, pero, de todas formas, el tecladista Chris Geddes introduce un largo saludo en español y termina de meterse al público limeño en el bolsillo. Los Belle and Sebastian prometen hacer un repaso por toda su discografía, por ser la primera vez que tocan en nuestra ciudad. A continuación, el piano anuncia “Seeing other people” –del disco “If you’re feeling sinister”, para algunos, el más notable de la banda–. Esto prepara el terreno para la segunda explosión de baile, la pegajosa y sarcástica “Perfect couples”, con el guitarrista Stevie Jackson en la voz: una hipnótica pieza pop que pone a todos a mover el esqueleto.

Antes de continuar, Murdoch hace referencia a la llovizna limeña, apuntando que el clima local les hace sentir como en casa. Luego de ello, sigue el momento más emotivo de la noche, al evocar la relación de algunos miembros del grupo con el Perú (fotos del padre de Sarah Martin, quien vivió una temporada en nuestro país, usando un poncho, y recuerdos del mismo Murdoch, quien dice haber aprendido a tocar quena y zampoña durante la escuela). Pero además, cuenta, fue un peruano quien alguna vez les arrancó lágrimas: el nene Cubillas, cuando en 1978 volteó el marcador a Escocia durante las eliminatorias del mundial de fútbol. Con la masa encantada, enamorada, inicia la dulce melodía de “Piazza, New York catcher” con Murdoch sentado en el borde del escenario. Poco después, baja y se mezcla con el público, pasea entre los fanáticos cantando, hasta finalizar el tema. Incluso se toma unos momentos para hacerse uno que otro selfie con admiradores que se salen de su propia piel por la emoción.

De vuelta en el “Tigermilk”, suena “Electronic Renaissance”, que reactiva la energía colectiva. Le siguen “The Wrong Girl” y “We rule the school”. A continuación, inicia “Another sunny day”, uno de sus temas más populares, lo que sacude al público sin imaginar lo que vendrá. Steven Murdoch invita a un grupo de fanáticos de la primera zona a subir al escenario junto con ellos para bailar “The boy with the arab strap” y luego “Legal man”, y toda la audiencia se vuelve adolescente por un instante.

Tras una recopilación de momentos inolvidables –y de lo mejor de su repertorio a lo largo del tiempo–, los Belle and Sebastian se despiden con “The state I am in”, pieza de su primera producción que ilustra esa combinación pop de lo dulce con lo perverso. Pero como Lima no estaba lista para despedirlos, el encore llega con dos temas de impacto: “I didn’t see it coming” y “Get me away from here, I’m dying”, que con sus toques folk redondean una noche de encanto con esta banda de culto, que se llevó una parte de nosotros. Para los pedidos musicales pendientes, dijo Murdoch, volverán. Ya estamos esperándolos de nuevo.

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