Pocos saben que la vastedad de la obra de Chabuca Granda desborda los límites de la música peruana. Al centenar de temas grabados que dejó se suman otros que aún permanecen inéditos o que en su momento no gozaron de la popularidad que merecían. ¿Cuántos compatriotas conocen aquellas canciones que la cantautora apurimeña le dedicó a Argentina, Chile, Venezuela, México o España? Ese vacío es el que el productor Jean Carlo Rivera ha querido llenar con “Chabuca Granda: Geografías”, álbum que recopila diez composiciones unidas bajo un mismo concepto: el vínculo de Chabuca con diferentes lugares del mundo, reflejado en temas que, en su mayoría, fueron creados con ritmos del país al que le rinden homenaje. A ellos se suma, como bonus track, la estrofa que en 1959 la autora de “La flor de la canela” escribió para el Himno Nacional del Perú a pedido de Raúl Porras Barrenechea.
El deseo de querer mostrar esta faceta casi desconocida de Chabuca llevó a Rivera a diseñar este proyecto durante los últimos 12 años. “Siempre me llamó la atención los intentos por querer encasillarla o reducir su legado a la música costeña del Perú. Chabuca no solo compuso temas peruanos sino que incursionó en diferentes géneros e idiomas. En Cuba compone un son o guajira, se va a Chile y escribe una tonada chilena. En Argentina crea una baguala, en México un huapango”, señala con autoridad.
"La versatilidad de Chabuca, evidenciada en estos temas que les compone a otros países, no viene al final de su carrera como algunos podrían creer sino que se da desde su primera etapa”.
Versatilidad hecha canción
La primera vez que el productor de “Geografías” supo de la existencia de estos temas fue a través del programa radial que Teresa Füller tenía en Telestéreo y que él escuchaba religiosamente. Allí, la hija de Chabuca solía leer fragmentos de temas poco conocidos de su madre y al mismo tiempo contaba la historia de estos. “Yo los grababa todos desde más o menos el 2003, desde que doña Teresa estaba en Telestéreo hasta que pasó a Radio Nacional con ‘Déjame que te cuente’”. Poco a poco Rivera se fue alimentando de todo este bagaje musical hasta que conoció a Füller, le contó sobre el proyecto y obtuvo su venia para materializarlo. “En 2015 me reúno con ella y le cuento en líneas generales lo que tenía en mente. Pero es recién durante la pandemia cuando le explico a detalle lo que queríamos hacer y me dedicó puntualmente a hacer el trabajo. Hicimos un pequeño teaser que le mostramos. Lo que ella me dijo textualmente fue: este es el proyecto que yo estaba esperando que se hiciera de mi madre. Esas palabras me impulsaron a concretar el proyecto”, cuenta.
Juntos coincidieron en que era necesario sacar a la luz este conjunto de canciones para desterrar la idea de que la cantautora solo tuvo tres etapas musicales. “Se suele hablar mucho de este trío de fases, la tradicional, la de protesta-homenaje a Violeta Parra y de la afro, género que abordó en sus últimos años. Pero sucede que la versatilidad de Chabuca, evidenciada en estos temas que les compone a otros países, no viene al final de su carrera como algunos podrían creer sino que se da desde su primera etapa”, precisa Rivera. Es cierto, la decena de temas que recopila “Geografías” abarca las tres etapas mencionadas. Compuestos a partir de 1958 hasta 1982, contienen letras escritas no solo en español sino también en inglés y francés, además del ‘spanglish’ de “Mañana Will be Tomorrow”.
Tocando puertas
Con la ilusión de aportar un granito de arena a la difusión del legado de Chabuca y con la venia de Teresa Füller, Rivera decide poner manos a la obra y hacer realidad este anhelo. La primera de las puertas que tocó, en 2020 y 2021, fue las del Estado a través de los Estímulos Económicos del Ministerio de Cultura (Mincul). “En pandemia postulé a esta línea de ayuda pero no tuve suerte. Luego probé con otras instituciones y empresas, pero ninguna se animó a revisar el proyecto. Fue muy difícil conseguir apoyo monetario hasta que el año pasado fuimos seleccionados en el Proyecto de Ayuda al Sector Musical en la Modalidad Virtual de Ibermúsicas. A partir de ese momento las cosas cambiaron”, cuenta.
Con este apoyo se inició la grabación del disco que reúne a seis intérpretes. Los peruanos Sara Van, Pilar de la Hoz, Martín ‘Coti’ Loyola, Larissa Sánchez, María del Carmen Padilla y el músico venezolano Richard Alzualde son los encargados de hacer llegar estas canciones al mundo, pero sobre todo a las nuevas generaciones de peruanos. “A Chabuca se le ha acusado de ser rebuscada en sus palabras y hasta de estar alejada del pueblo. Por eso para hacer más digerible sus composiciones hemos tratado de hacerlas en cierto sentido más popera, más simple. La mayoría están escritas en tres cuartos y a algunas les hemos cambiado la métrica, como es el caso de ‘El sereno y la almudena’, dedicada a España y que ha sido reimaginada”.
Con el disco prácticamente listo, y con el lanzamiento de “El no sé qué de Cuba” como primer single, el próximo objetivo de Rivera es realizar un gran concierto y contar la historia del disco y los temas que lo conforman. Para lograrlo ha postulado nuevamente a los estímulos del Mincul y a las convocatorias de diversos centros culturales. La música de Chabuca, una adelantada para su época, lo merece. “Tomando en cuenta que en los 60 y 70 ella, musicalmente hablando, ya estaba en los 90, me pregunto: ¿qué clase de música estaría haciendo ahora? Seguramente la que vendrá en el 2050. Yo me la imagino experimentando con los sintetizadores, creando atmósferas y paisajes sonoros”.
Los 10 temas de “Geografías”
“El no sé qué de Cuba”. En 1958, por recomendación de su amigo y médico de cabecera Pancho Graña, Chabuca viaja a Nueva York para someterse a una nueva operación para tratar un nódulo en la tiroides que cambio la voz de soprano que tenía por la que ahora conocemos a través de sus discos. En ese mismo viaje Chabuca visita La Habana y queda hechizada por la ciudad. Ese encanto quedó plasmado en un son mitad guajira y mitad montuno. El tema ha sido grabado en la voz de Martín ‘Coti’ Loyola con aires de bolero y cha cha chá, en su primera mitad, para continuar con salsa en las siguientes estrofas.
“Libertador”. Data también de 1958 y su enigmática letra juega con las identidades de dos venezolanos: el Libertador Simón Bolívar y ese “conquistador” a quien Chabuca amó. El tema se puede emparentar con el vals “Mi ofrenda” (1957), donde le exige a la “Lima de sus amores” ponerse su “color moreno y guirnaldas de flores” para ofrendarla a un “guapo llanero de tierra extraña”, con “Ha de llegar, mi dueño” (1957) y con la inédita “Tiene un siglo mi amor” (1970) escrita en un menú de avión durante un vuelo camino a Caracas. El cantante Richard Alzualde entona un vals llanero que luego se convierte en un vals peruano que termina en fuga de marinera limeña.
“Mañana Will be Tomorrow”. Inspirada en “Qué será, será”, de Doris Day, cuyo estribillo utilizaba una frase en español, en 1958 Chabuca compone un texto que mezcla el inglés y el español, como muestra de su innovadora versatilidad musical para esa época y en cuyos versos pareciera consolar sus propios dolores con la esperanza de que estos terminen mañana: “Your sorrows will end / forever mañana, mañana, / tomorrow, tomorrow / will be mañana”. Este tema, homenaje a Estados Unidos, se ha convertido de vals a jazz, con muchos recursos de big band.
“La valse creole”. Mientras se encontraba en París, en 1960, la cantautora escribió su primera y única canción en francés. La historia de la canción parte del pedido de un concursante del programa de televisión de Pablo de Madalengoitia “Las tareas de Scala”, en el cual se pedía que alguien consiguiese que Chabuca escribiera un vals criollo en esa lengua. En la versión del disco se quiso devolver el tema al lugar donde nació y rodearla de aires franceses utilizando instrumentos como el acordeón, contrabajo, guitarra y batería ambiental. La intérprete elegida es Pilar de la Hoz
“Guayaquil, puerto abrigado”. En octubre de 1964 Chabuca es invitada a Guayaquil para ser parte del festival por el décimo sexto aniversario de la Fundación de Aerovías Ecuatorianas. En noviembre de ese mismo año escribe en casa de su amigo Eloy Avilés Alfaro este tema que es musicalizado, a su pedido, por el aclamado compositor de pasillos Pedro Rubira Infante. Chabuca solía decir que le debía a la ‘Perla del Pacifico’ su corazón, haciendo referencia de aquella ocasión en que su amiga la cantante ecuatoriana Patricia Gonzales organizó conciertos para recaudar fondos y así pueda operarse en Estados Unidos. Este pasillo coquetea con la balada para darle un aire más moderno, pero se suma un chelo para que no pierda el aire sofisticado de la compositora.
“Dónde estás… Adelita”. Escrito en 1972, las propias palabras de Chabuca explican el porqué de esta canción: “Es mi homenaje a la más valiosa mujer anónima de América, la revolucionaria mexicana de 1910, nadie osaría llamarla hoy rabona o cantinera... a ella, la soldadera mexicana, van estas coplas con mi mayor admiración y respeto, tratando de estrecharla, dentro en mi corazón, cuando me la encuentre en cualquier calle, almacén o fábrica, a cualquier hora; o sencillamente en cualquier vuelta de esquina, en alguna nieta, también anónima, aquí... en este México, siempre tan luz, tan hermano, tan musical eterno y colorido; en donde en constante milagro, me ha dado por morir y vivir últimamente, recuperando el corazón”. El tema se grabó a ritmo de huapango.
“Mi nave cautiva”. María del Carmen Padilla le da voz a esta composición creada en 1977. Contaba la propia Chabuca que viajó a Chile por dos semanas, pero se quedó cuatro meses cautivada por “la hermosura de las gentes y paisajes chilenos”. Para el vecino del sur ella escribió también el vals “Para soñar con Chiñigüe”. Durante sus conciertos en Chile la única petición de Chabuca era que al finalizar la dejaran cantar esta canción, que era aplaudida a rabiar por sus fans. En la musicalización de esta tonada chilena destaca el acordeón y corno francés sumados a una batería que va tornándose más poderosa con cada coro.
“El sereno y la almudena”. A España le escribió en 1978 este tema en clave de landó. En ese año cumplió uno de sus ansiados sueños: grabar un álbum nuevo en los Estudios Sonoland de Madrid, con el gran arreglista catalán Ricard Miralles. El músico había colaborado en numerosas ocasiones con Joan Manuel Serrat, cuyo disco “Mediterráneo” era profundamente querido por Chabuca desde la primera vez que lo escuchó. Cantado por Larissa Sánchez la canción ha sido reimaginada y ha tomado aires de rumba y tango flamenco, con palmas, jaleos y siempre con un cajón peruano.
“Tickertape”. En clave de balada, fue escrito en 1980, tres años antes de la muerte de la autora de “Fina estampa”. Se dice que Chabuca tuvo la ilusión de que en algún momento Frank Sinatra la cantaría en alguno de sus repertorios. Junto a Sara Van, la encargada de interpretarlo, el tema se reimaginó de muchas formas, desde la más tradicional a la más experimental. Al final prevaleció la simpleza y se quiso mantener la maqueta que Chabuca dejó, respetando la sobriedad de la misma. Para darle vida, a Sara Van se une la prodigiosa guitarra de Eric Kurimski.
“La Argentina agredida”. Cuenta Teresa Füller que “la primera vez que viajé con mi mami fue a la Argentina, a Buenos Aires. Caminábamos por las calles y la gente corría hacia ella para verla, hablarle o tan solo abrazarla. Era increíble. Fue así, ante ese despliegue de amor, respeto y admiración, que conocí su dimensión y comencé a darme cuenta de quién era”. Argentina estuvo entre los primeros países que acogieron a Chabuca y cuando estalla la guerra de las Malvinas, ella presenta esta baguala marcial que contiene memorables versos como “solo pido a mi memoria / que no me ayude a olvidar / traición de la Norteamérica / a la Argentina y al TIAR”. La propuesta del disco toma la voz de Pilar de la Hoz para interpretar el tema ‘in crescendo’.
Por el momento se ha lanzado el primer single del disco, "El no sé qué de Cuba". El videoclip se puede ver en el canal You Tube Chabuca Granda; además, el tema está disponible en Spotify y Apple Music.