Charlie Parker:  29 de agosto de 1920 al 12 de marzo de 1955. Fotos: AFP sin crédito/ Eric Feferberg para AFP.
Charlie Parker: 29 de agosto de 1920 al 12 de marzo de 1955. Fotos: AFP sin crédito/ Eric Feferberg para AFP.

Parado en el medio del lugar, como si fuera el centro gravitacional del planeta, se aferra a un saxofón alto, el único contacto con este mundo mientras toca, flotante. Solo necesita cerrar los ojos y soplar, cerrar los ojos y volar, cerrar los ojos y vivir. A su alrededor se sucede una noche humeante y subterránea, un misterio insomne que se desnuda ante esa música que va descubriéndose, inventándose, encendiéndose mientras se toca. Charlie Parker tiene para siempre 34 años, un genio inextinguible, una imaginación vertiginosa y una peligrosa inestabilidad, consecuencia de su habitual consumo de whisky y heroína. Pero qué estable parecía el planeta mientras tocaba ese muchacho nacido en Kansas un 29 de agosto de 1920, el hálito musical que cambiaría para siempre la historia del jazz gracias a su capacidad para improvisar, modificar acordes y crear novedosas variaciones. Como esta noche de 1953 en que está parado en el centro de todo y es núcleo, aliento y sonido. A su lado, Sonny Rollins lo observa con los ojos incendiados tras retarlo musicalmente en una anécdota que recuerdan muchos aficionados al jazz: acaba de tocar la melodía de “Anything You Can Do (I Can Do Better) - “Cualquier cosa que puedas hacer (La puedo hacer mejor)”-, de Irving Berlin, mientras interpretaban The Serpent’s Tooth, de Miles Davis, que parecía haberse quedado en suspenso a un lado de la escena.

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