(Foto: ALFREDO ESTRELLA / AFP)
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Agencia AFP

A finales del siglo XIX, México exportaba con éxito su a Estados Unidos, mediante bandas de origen militar que protagonizaron innumerables giras, al punto de contribuir al nacimiento del jazz, según un estudioso francés.

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México acababa de perder más de la mitad de su territorio a manos de Estados Unidos (guerra de 1846-48), y apenas se reponía de la invasión francesa de 1864-67. “México no tiene una imagen positiva en el mundo. Y Porfirio Diaz quiere cambiar eso”, explica a AFP Dan Vernhettes, exmúsico y estudioso de los orígenes del jazz, en alusión al presidente mexicano.

En 1884, Porfirio Díaz (1830-1915) envía la orquesta del Octavo de Caballería mexicana a Nueva Orleans, explica Vernhettes. “Llegan en diciembre de 1884 y es una locura. Es tal el triunfo que se quedan hasta junio” del año siguiente, añade este historiador autodidacta, cuyo libro “Visiting Mexican Bands”, acaba de ser editado por Jazz’Edit.

Es el inicio de toda una epopeya musical desconocida, asegura Vernhettes, que dedicó seis años a investigarla.

Desde la “Habanera” hasta los danzones

Hasta los años 1950, centenares de bandas, primero militares y luego folclóricas (como los conocidos mariachis) cruzaron todo Estados Unidos para dar a conocer la música del país.

Bien pagadas, esas bandas tocaban en ocasiones antes miles de espectadores, que adoraban tanto sus interpretaciones clásicas, desde aires de la zarzuela española a la “Habanera” de la ópera “Carmen”, como los danzones o los boleros.

En 1893 se celebra la Feria Internacional de Chicago. “Muy importante, porque es un momento de transición en la música norteamericana. Empieza a surgir el ragtime”, antecesor directo del jazz, explica Vernhettes.

Y a esa feria llegan entre otros la Orquesta Típica mexicana de Juventino Rosas, un violinista y compositor de más de un centenar de obras, entre ellas “Sobre las olas”, una tonada que tuvo un enorme éxito en Estados Unidos.

“‘Sobre las olas’ es una de las primeras melodías cuyos acordes se basa en lo que actualmente se conoce en Europa como el ‘rag’ de 32 compases, del jazz tradicional”, asegura Vernhettes en su libro.

A Chicago también acudió Scott Joplin, pianista estadounidense y uno de los creadores del ragtime. “Vernhettes sigue las investigaciones del italiano Marcello Piras, y se pregunta: ¿la música de Rosas influenció a Joplin?”, explica Antonio Saborit, director del Museo Nacional de Antropología mexicano, en el prefacio del libro.

Estamos en los albores del jazz, que nace a orillas del Mississippi.

Un “gumbo” musical

“Al escuchar las grabaciones de Jerry (Roll) Morton, que es el primer gran genio surgido de Nueva Orleans, cuando él toca un blues, lo hace imitando la Habanera (de la ópera “Carmen”) pero de forma descompasada”, asegura Vernhettes.

A Nueva Orleans por su parte siguen llegando otros músicos, como un curioso aventurero italiano, Carlo Curti, que había fundado una imitación de las bandas de estudiantes españolas bautizada Estudiantina Figaro.

Un italiano afincado en México, que recicla música española, con enorme éxito, en una ciudad norteamericana sometida a la influencia de los ritmos caribeños y músicas tradicionales europeas (Francia, Gran Bretaña...)

Todos los ingredientes estaban reunidos para una mezcla explosiva, explica con una sonrisa Vernhettes. “Es una especie de gumbo musical (plato típico del sureste de Estados Unidos)”, indica. “Pero no es todo”, añade con una sonrisa.

Una foto de la época muestra a la orgullosa orquesta del Octavo de Caballería mexicana con cuatro o cinco saxofonistas. Hasta entonces “nadie había visto un saxófono en Nueva Orleans”, asegura Vernhettes. “Y eso fue un shock”, enfatiza el historiador, que precisa sin embargo que ese instrumento musical también llegó a Estados Unidos a través del norte del país, gracias a bandas musicales europeas.

Pero su importancia en el jazz, que nació en el sur, no se puede obviar, explica. “El saxófono empezó por ser adoptado por los músicos ‘creoles’ de Nueva Orleans en los años 1890. A partir de 1925, todas las orquestas de Nueva Orleans tienen un saxófono”, agrega.

El jazz había nacido, pero esa es otra historia.

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