Daniel Hope: "Hay que animar a la gente a ir a los conciertos"
Daniel Hope: "Hay que animar a la gente a ir a los conciertos"

FRANCISCO MELGAR WONG

es considerado por la crítica especializada como uno de los más grandes virtuosos del violín. El músico, que se encuentra en nuestra ciudad invitado por la , presentará mañana  el “Concierto en re menor para dos violines” de J.S. Bach y “Las cuatro estaciones” de Vivaldi.
 
¿Por qué eligió interpretar estas dos obras?
“Las cuatro estaciones” es una de las mejores piezas para violín que se han escrito. Y el “Concierto para dos violines” de Bach debe ser una de las mejores obras musicales de todos los tiempos. Personalmente, las dos están entre mis obras preferidas.
 
Tiene una preferencia por el período barroco...
Bueno, antes del barroco el violín era un instrumento de acompañamiento. Vivaldi llegó para hacer del violín un instrumento lírico. Él creó un nuevo sonido y por eso los conciertos del período barroco son tan importantes. Después se escribieron los conciertos de Mozart, Brahms y Beethoven, pero no creo que hubiera sido posible escribir estos conciertos sin Vivaldi o Bach. Ellos fueron los primeros que tomaron el instrumento y lo convirtieron en algo nuevo.
 
¿Recuerda cuál fue la obra que lo hizo desear ser músico?
Sí. El “Concierto para violín” de Mendelssohn. Cuando lo escuché en vivo por primera vez, en Londres, a los 4 años, me sorprendieron su belleza, su virtuosismo y su lirismo. Después llegarían otros, como los conciertos de Brahms y de Beethoven. Pero el primero que disparó mi imaginación fue el  “Concierto para violín” de Mendelssohn.
 
Hace unos años escribió un libro titulado “Cuándo aplaudir”. ¿Cree que la audiencia de la música clásica debería aprender cuándo aplaudir y cuándo no?
No creo que haya un momento adecuado para aplaudir o no. En el tiempo de Mozart o Beethoven no se aplaudía solo entre los movimientos, sino durante el concierto. Si había algo que gustaba, la gente aplaudía como loca. Y los músicos se daban cuenta de esto y repetían lo que le había gustado a la gente. Era una cultura distinta, los conciertos de música clásica parecían conciertos de jazz. Pero en el siglo XX todo eso cambió y surgió esa aura de ceremonia religiosa que obligó a la audiencia a permanecer en silencio absoluto.
 
Creo que Mahler fue uno de los primeros en poner reglas estrictas para el público durante los conciertos.
Ciertamente él fue uno de ellos, pero creo que el fenómeno empezó incluso antes que él. En el siglo XIX la música tenía que ver con el placer. Luego, cuando aparecieron Liszt y Paganini, surgió un aura alrededor del virtuoso y el músico se volvió una especie de semidiós, y eso cambió las cosas. Yo creo que lo importante es animar a la gente a ir a los conciertos y que vean cómo se sienten. Personalmente, si toco una pieza intensa, llena de bravura, y el público quiere aplaudir, a mí me parece maravilloso. Es una expresión natural.

MÁS INFORMACIÓN

Lugar: Gran Teatro Nacional.

Día y hora: 8 de mayo a las 7:45 p.m.

Boletos: Tu Entrada.

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