Riber Oré aún conserva grabaciones del día en que lo invitaron a presentarse en el programa “El heraldo musical”, de Radio Nacional. Tenía 7 años y el instrumento que usaba en aquella época lucía cómicamente desproporcionado para sus pequeñas manos. Aun así, el joven músico logró deslumbrar a sus anfitriones al interpretar en vivo el popular huaino “Valicha” en un virtuoso arreglo para guitarra solista. Ese mismo año, Oré dio su primer concierto, al que asistió nada menos que el maestro ayacuchano Raúl García Zárate, una de las glorias de la música nacional.
Algo de premonitorio tuvo la ocasión: hoy, a sus 30 años, Oré es considerado el sucesor natural de García Zárate en la ejecución de la guitarra andina. En el interín, la vida del intérprete se transformó por completo: pasó de ser una joven promesa a convertirse en un concertista de prestigio internacional que divide su tiempo entre escenarios de Asia, Europa y Estados Unidos.
Cuando se le pregunta de dónde viene su fascinación por la guitarra, Oré confiesa que es la herramienta que estructura su memoria, pues lo conecta, esté donde esté, con su país, su familia y entrañables recuerdos de su niñez y adolescencia: “Cuando viajo, a menudo agarro la guitarra y me pongo a tocar algo bonito en el hotel o frente al mar. Entonces me veo asaltado de recuerdos imborrables”.
Oré será el invitado especial de la edición 27 del Festival Internacional de Guitarra que organiza el Icpna, y que este año recibirá a músicos de Brasil, Colombia, Chile, Estados Unidos, Italia, México, Uruguay y Cuba. Cada recital incluirá, además, la presentación de uno de los cinco jóvenes valores seleccionados para la ocasión por medio de audiciones y que, como Riber Oré, aguardan encuentros de esta naturaleza para dar a conocer su talento. “Para nosotros los jóvenes guitarristas es muy importante tener una vitrina de esta calidad”, reconoce Oré, quien debutó en el festival en el 2004 y regresa esta vez encabezando el grupo de guitarristas que representarán al Perú, y que incluye también a Hugo Castillo, el director del festival, y a la maestra Sonia Hernández.
Jon Yerby, uno de los guitarristas participantes del festival:
ESTILOS NACIONALES
Castillo advierte que una de las fortalezas del certamen es la variedad de estilos que convoca cada año: “Nos movemos principalmente en el ámbito de la guitarra clásica, pero el festival no se limita a eso. Cada invitado también toca música tradicional de su país. Lo interesante es que todos estos géneros se presentan con arreglos especiales para guitarra solista que el público normalmente no tiene la oportunidad de escuchar en otros lados”.
El propio García Zárate, quien es miembro del comité organizador del festival y ha participado en él como intérprete desde su primera edición en 1989, valora especialmente el hecho de que, en esta dinámica de intercambio, los participantes nacionales se vean motivados a tocar temas del repertorio peruano. “Ese es un estímulo muy valioso para que ese repertorio se siga cultivando y no desaparezca”, reflexiona.
El certamen se cerrará con la tradicional Noche de Guitarras del Mundo, que contará con la participación de todos los artistas invitados. Uno de los temas programados es una composición de Riber Oré, “Raúl de la guitarra”, dedicada al maestro García Zárate. En ella, Oré vuelca con auténtica maestría todo lo aprendido sobre la guitarra andina durante su larga etapa de formación. El círculo se cierra y el futuro de esta música, en sus manos, parece asegurado.
Riber Oré interpreta un popurrí de valses: