“Me pasó una anécdota muy curiosa el primer año que llegué a Lima”, nos confiesa la afamada soprano española Milagros Martín, quien se encuentra en nuestro país por séptima vez para participar en el acontecimiento que celebrará los diez años de la Asociación Cultural Romanza: el estreno de una nueva producción de la zarzuela “Doña Francisquita”.
“Salgo a dar una vuelta por el hotel –recuerda la intérprete– y luego de caminar unos cuantos pasos veo mi rostro en una pancarta enorme anunciando una proyección de ‘La chulapona’. Digo: ‘¿Pero qué está pasando?’, nunca antes había estado en Lima”.
Eran mediados de los 2000. Considerada una de las personalidades centrales en la escena internacional de la zarzuela, Martín no esperaba, sin embargo, encontrarse en el Perú con un público tan fiel y conocedor de este género. Después de todo, como ella misma reconoce, la tradición de la zarzuela, que alguna vez fue extremadamente popular en Lima, se había empezado a diluir localmente a fines de los sesenta.
“Antes, las compañías españolas venían a las Américas en barco y hacían grandes giras por todo el continente”, refiere la artista. Pero no solo eso: el siglo XIX y la primera mitad del XX fueron épocas de intensa producción de zarzuelas en Hispanoamérica. Obras destacadas como “El cumpleaños de Leonor” del compositor venezolano Jorge Ángel Montero, “María la O” del cubano Ernesto Lecuona o “La media naranja” del íbero-argentino Antonio Reynoso dan fe de la vitalidad que alcanzó el género en la región. No olvidemos que “El cóndor pasa” de Daniel Alomía Robles, quizá la obra musical peruana más reconocida en el mundo, es de hecho una zarzuela.
“Y es curioso –admite Martín–, porque luego ha habido un vacío tremendo, un lapso de unos treinta o cuarenta años en los que las giras se paralizaron, se dejaron de escribir nuevas obras, y la tradición de la zarzuela en el Perú, en Venezuela, en Cuba, se perdió por completo”.
Esto es hasta que apareció Romanza. Fundada en el 2005 por el prestigioso abogado y político peruano Enrique Bernales, esta asociación ha logrado convertirse en una importante productora de temporadas de ópera –llegando a rivalizar con la asociación Granda y el Ministerio de Cultura– y una entidad que rescata del olvido la conexión que alguna vez tuvo el público peruano con el repertorio de la zarzuela. Así lo ve Martín: “Uno de los grandes méritos de Romanza es que se han preocupado de recuperar esta tradición. Viajaron a España y se dedicaron a explorar la actualidad del género, se pusieron en contacto con las personas indicadas, y no me caben dudas de que saben perfectamente a qué solistas traer y a qué directores de escena confiarles sus producciones”.
Espectáculo total
Con un libreto basado en la comedia “La discreta enamorada” de Félix Lope de Vega y una música inolvidable compuesta por Amadeo Vives, “Doña Francisquita” se convirtió, desde su estreno en el teatro Apolo en 1923, en una de las piezas más populares del género.
Para Francisco Matilla, el director de la Ópera Cómica de Madrid, se trata de “una obra que tiene un libreto bien construido, con un enredo que funciona. Tiene además personajes muy definidos y que, por lo tanto, comparten el protagonismo. Eso hace que la comedia en sí misma funcione bien desde el punto de vista teatral”.
Ampliamente reconocido en el medio, Matilla ha sido convocado por Romanza para hacerse cargo de la dirección escénica de la producción. Más allá de los aspectos teatrales, el regista reconoce, sin embargo, que lo esencial del atractivo de la obra está en la música, “por la extensión de los números, por la variedad de la partitura”. “ ‘Doña Francisquita’ tiene muchas melodías pegadizas, notables números de conjuntos, posibilidades de ballet, de rondalla, de coros. Es una zarzuela espectacular”. Eso es lo que hace que, en su opinión, “la obra, que no es fácil de montar por la cantidad de componentes en juego, sea una de las pocas zarzuelas de gran formato que han permanecido en el repertorio”.
Sobre su puesta en escena, Matilla observa: “‘Doña Francisquita’ no se hace aquí hace 10 años y yo creo que el público quiere reencontrarse con esta obra en una puesta en escena fiel al libreto y a la música. Ofreceremos, por lo tanto, una visión clásica, aunque con un decorado sugerente. Me parece que situada en otro contexto, en otra época, la acción perdería sentido por las circunstancias, por las relaciones entre los personajes, por la temática costumbrista que tiene”.
Trabajada en simultáneo en Lima y Madrid, esta nueva producción se presentará en el Gran Teatro Nacional y contará con un elenco impecable. Milagros Martín cantará el rol de Beltrana. En el papel de Doña Francisquita figurará la soprano peruana Ximena Agurto, quien realiza actualmente una importante carrera en España. Interpretando a Fernando alternarán dos tenores: Andrés Veramendi y el chileno Leonardo Navarro. Como Carmona veremos al tenor argentino Santiago Bürgi, y en el rol de Don Matías al español Ricardo Muñiz.
La dirección musical, entretanto, estará a cargo del prestigioso maestro español Oliver Díaz, el actual director musical del Teatro de la Zarzuela. También participarán la Orquesta Sinfónica y el coro Ciudad de Lima, la Tuna de la Universidad de San Martín de Porres y el Ballet Flamenco de las Hermanas Cuéllar. Un espectáculo total, en suma, que ningún amante de la zarzuela debería perderse.
MÁS INFORMACIÓN
Lugar: Gran Teatro Nacional (Av. Javier Prado Este 2225, San Borja). Funciones: 25 y 27 de noviembre a las 8 p.m. / 29 de noviembre a las 6 p.m. Entradas: en Teleticket.