La cantante, compositora y modelo angloalbanesa presentó recientemente su nuevo álbum "Radical Optimism"
La cantante, compositora y modelo angloalbanesa presentó recientemente su nuevo álbum "Radical Optimism"
Francisco Melgar Wong

El comediante John Mulaney cuenta la siguiente anécdota: “Todo el mundo quiere saber si la gente famosa es amable. Como Mick Jagger. Él vino a animar el show y mis amigos querían saber: ¿es amable? ¡No lo es! O quizás sí, para su propia versión de la vida. Porque él tiene una vida muy diferente: ¡es Mick Jagger! ¡Ese es su nombre! Ha cantado en estadios para veinte mil personas que lo han tratado como un dios durante cincuenta años. ¡Eso debe cambiarte como persona!”

Ayer escuchaba el álbum más reciente de Dua Lipa, Radical Optimism, y no pude evitar recordar la historia de Mulaney porque Lipa se presenta en él de un modo muy diferente a su anterior álbum, Future Nostalgia, y muy diferente de un modo en el que sólo puede serlo una artista que en el transcurso de cuatro años se ha convertido en una de las mayores estrellas de pop de nuestro tiempo.

Las canciones de Future Nostalgia, el exitoso álbum de dance pop que a mediados de 2020 convirtió a Dua Lipa en la diva que es hoy, fueron enunciadas con una voz que –a pesar de traslucir una alta cuota de autoconfianza– buscaba amar a los personajes de las historias que narraba. En uno de sus mayores hits, “Levitating”, Lipa intenta convencer a su objeto de deseo de huir con ella: “Si quieres huir conmigo/conozco una galaxia/y puedo darte un paseo…Si sientes que necesitas un poco de compañía/me encontraste en el momento perfecto”. En “Hallucinate” hay un pedido similar: “No, no tengo dinero/pero te prometo que te amaré como una tonta”. Luego, en sus momentos de mayor fragilidad, Future Nostalgia muestra a Lipa con la guardia baja ante el amor, como en “Cool”, donde la cantante admite: “Has hecho que pierda toda mi actitud/porque me tienes ardiendo por ti”.

En Radical Optimism, publicado cuatro años después de Future Nostalgia, este personaje ya no existe. La nueva Dua Lipa, adorada por multitudes alrededor del planeta, es cualquier cosa menos frágil, no necesita convencer a nadie de huir con ella y no está dispuesta a mover un dedo en nombre del amor. Quizás, como Mulaney dijo de Mick Jagger, ser tratada como una diosa por millones de personas alrededor del mundo puede cambiarte como persona.

Ahora bien, aunque el tono general de la música de Radical Optimism no ha cambiado mucho si lo comparamos con el del disco que lo precedió –seguimos en un territorio de dance pop, uno donde convergen la música disco, el house y la electrónica bailable–, la voz que enuncia estas canciones se ha vuelto más exigente, cínica y segura de sí misma que la que encontrábamos en Future Nostalgia. En “Houdini” –un single cuya portada muestra a Lipa besándose en un espejo como Narciso– la cantante advierte a uno de sus pretendientes: “Si eres lo suficientemente bueno encontrarás el camino”. En “Training Season” las exigencias se tornan aún más duras: “Traté de ver a mis amantes bajo una luz amable/no voy a hacerlo más/¿Puedes competir?/ Esta es tu oportunidad/Corre cuando escuches el silbido”. La pregunta que Lipa se hace en “Anything For Love” resume con cinismo el estado mental que domina el álbum: “¿Recuerdas cuando solíamos hacer cualquier cosa por amor?”

¿Quién podría culpar a Dua Lipa por exigir las cosas que exige? Convertirse en una de las mayores estrellas de pop del mundo y en una de las mujeres más deseadas de nuestro tiempo la exime de la necesidad de ser amable, o, al menos, de ser amable en nuestra versión terrenal de la vida. En todo caso, no deja de tener valor el hecho de que use su propia música para explorar los dilemas que se le presentan. Nada de eso quiere decir que, bien miradas las cosas, una yuxtaposición de portadas no venga al caso. En la de Future Nostalgia vemos a la Lipa del pasado, conduciendo un automóvil futurista, puro candor y pura fantasía, invitándonos a huir con ella a otra galaxia. En la de Radical Optimism la vemos flotando en el mar, calmada y desafiante, rodeada de tiburones. Tras escuchar el álbum uno se pregunta si Lipa está ahí mostrándonos cómo sobrevivir en un mundo salvaje, dispuesto a devorarnos al menor descuido, o si ella, como esos tiburones, forma parte de ese mundo, invitándonos a nadar en él sólo para ver si sobrevivimos o no.

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