Para llegar a Hereford, desde Londres donde vivo, en tren se tarda unas tres horas y media, con transbordo en Newport. El día es increíble y, después de un invierno de lluvia, el verdor de los prados es espectacular. De allí, toma 40 minutos por estrechas carreteras campestres llegar al pintoresco Hay on Wye. El pequeño pueblo tiene más de 30 librerías de libro viejo, muchas ya abiertas al comercio en línea.
Tras 36 ediciones, el festival realizado este año del 25 de mayo al 4 de junio, representa una inyección de liquidez para una zona que, de noviembre a abril, casi no recibe turismo. El recinto del Hay Festival se construye desde cero en un prado rodeado de ovejas a las afueras de Hay-on-Wye. Se tardan tres meses en montarse las carpas y sus 650 metros de pasillos cubiertos, lo que ofrece un reciento de 44.500 metros cuadrados que requieren de la instalación de 2,5 kilómetros de red de fibra y otros tres de cableado de cobre. Todo esto para albergar, durante once días, 533 eventos donde conversan y actúan unos mil escritores y artistas, con una audiencia de 200 mil personas. Como lo llamó Bill Clinton al participar del Festival, es un Woodstock de la mente.
Masas recorren los pasillos entre carpa y carpa, techados para defenderse de la lluvia habitual. Este público diverso podría ser el que asiste a cualquier feria campestre, pero a la hora de las preguntas, te das cuenta que forman parte de una tribu: son inquisitivos y curiosos, nunca hacen preguntas que sobren. El escritor Ian McEwan dijo alguna vez que, cuando no sabía cómo avanzar con una novela, lo mejor era siempre preguntar a esta audiencia, la mejor de todos los festivales literarios del Reino Unido según se comenta en círculos literarios.
Después de cada evento, hay que ir a la carpa que contiene la librería del festival donde firman los autores, algunos durante tres horas, llegando a venderse 60 mil libros en 11 días de festival. Según su personal, las ventas hacen de ésta la librería más concurrida de Europa.
El pueblo de Hay-On-Wye, en plena euforia por el festival.
Bajo la carpa
El primer evento al que asisto lo protagonizan el autor bosnio-americano Aleksandar Hemon y el cantante Damir Imamović, célebre intérprete de Sevdah (una forma de blues bosnio) en una emocionante colaboración que mezcla géneros, lecturas y canciones. La siguiente charla repleta la carpa: se trata de la economista Mariana Mazzucato, quien en su nuevo libro critica la sobredependencia de los gobiernos a los consultores externos, lo que erosiona inversiones y capacidad administrativa.
El corazón del festival se encuentra en el ‘Green room’, carpa donde se encuentran y relajan los autores antes de salir a sus eventos. Allí se mezclan la actriz Helena Boham Carter, la escritora Margaret Atwood, el músico Nick Cave o el alcalde de Londres Sadiq Khan, con la multitud de participantes. Hace poco más deuna década, fui testigo en este espacio del encuentro entre VS. Naipaul y Paul Theroux, ambos invitados al festival, que públicamente se dieron la mano después de años de enemistad, surgida cuando Theroux descubrió uno de sus libros dedicado a Naipaul puesto a la venta por $1,500.
Continúan las charlas: Tim Garton Ash, conversando sobre su libro “Homelands”, una historia personal del Viejo Continente, recordó lo que dijo Philip Roth al viajar a Europa de Este: “En nuestro mundo todo funciona pero nada importa. Aquí nada funciona pero todo importa”. Otro evento muy especial convoca a la cantante Sharon Robinson, por años colaboradora muy cercana de Leonard Cohen. Cuando entro en la carpa a mitad del evento, en conversación con el escritor y abogado (y fan de Cohen) Philippe Sands, la encuentro cantando a capela con su voz privilegiada.
El sol sigue calentando en el recinto del festival y las colas se hacen más largas para comprar helados Shepards, preparados con leche de oveja, un clásico del Hay que se produce localmente.
La cantante Dua Lipa participó en el evento, donde presentó al novelista Douglas Stuart.
El cartel literario
El festival dedica el programa de sus primeros jueves y viernes a las escuelas, mientras que su segunda semana coincide con las vacaciones escolares. Es entonces que aparece mi familia: mi hijo quiere una foto con la cantante de origen albanés Dua Lipa, quién lanza aquí un nuevo podcast de entrevistas con escritores y va a conversar esa noche en público con el ganador del premio Booker 2020, Douglas Stuart. Cuál fue mi sorpresa cuando me habló en muy buen castellano, aprendido de unos amigos venezolanos. Mi hijo se fue feliz con su foto y yo con sus palabras en español.
El Hay Festival trabaja con Open Societies Foundations y el LvivBookforum de Lviv , en Ucrania, con el objetivo de acercar al público a las discusiones alrededor de las consecuencias de la guerra en ese país para las artes, las ideas y la democracia. Oleksandra Matviichuk, directora del centro del Libertades Cívicas en Ucrania, Nobel de la Paz 2023, afirmó que la invasión Rusa es el resultado de dejar impune a Putin por décadas. “Por eso somos todos cómplices”, afirma.
En ese segundo fin de semana nos visitaron autores hispanos como la colombiana Pilar Quintana, quien habló de su libro “Abismos”, la mexicana Brenda Navarro, autora de “Cenizas en la boca” y la clasicista española Irene Vallejo, que disertó por primera vez en Inglaterra de su libro “El infinito en un Junco”. Supo encandilar a la audiencia con su energía y su forma tan especial de contar historias, no importa que sean en inglés o en español.
Finalizado el festival, parto hacia Londres en el coche familiar. Estoy agotada, feliz y llena de libros, añorando este reducto rural ni bien nos incorporamos a la autopista. Qué felices hemos sido y cuán necesario es seguir contándonos historias. Repensar nuestro mundo siendo críticos, pero también optimistas.
Este año, la edición arequipeña del Hay Festival se realizará del 9 al 12 de noviembre, con su antesala, el Hay Forum, a celebrarse en Moquegua el 8 de noviembre.
Y aunque el programa se lanzará recién el 20 de setiembre, la organización adelanta que se proyecta superar las 90 actividades, con 100 invitados del mundo de la cultura, literatura e ideas a nivel nacional e internacional.
Como en ediciones anteriores, el festival girará en torno a la literatura, la ciencia, el periodismo, la democracia, la inteligencia artificial y el cambio climatico.
Asimismo, se tendrá una programación especial para jóvenes (Hay Joven) y para ninos (Hay Festivalito).
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