"Augusto soberano de la melancolía, señor de la tristeza, monarca del dolor...", así fue descrito el compositor en el vals "Su última elegía".
"Augusto soberano de la melancolía, señor de la tristeza, monarca del dolor...", así fue descrito el compositor en el vals "Su última elegía".
Alfredo Kato

nació el 18 de julio de 1899, a las 18:00 horas. Tal como se estilaba en aquella época, lo hizo en el hogar de sus padres que, como señala su partida de nacimiento, estaba ubicado en "el distrito quinto, cuadra décimotercia de Junín antes Prado número quinientos", que se mantiene en pie en el jirón Junín 1454, en los Barrios Altos.

La casona donde nació Felipe Pinglo en el Centro Histórico de Lima. (Foto: El Comercio)
La casona donde nació Felipe Pinglo en el Centro Histórico de Lima. (Foto: El Comercio)

Su madre, María Florinda Alva, que tenía 36 años de edad, tuvo un parto difícil, al extremo que le dieron los santos óleos. Entre las complicaciones figuraron una peritonitis y un fuerte ataque de asma que padecía desde hacía varios años.

Sin embargo, como suele suceder, ella mostró una mejoría que muchas veces es presagio de un fatal desenlace y fue entonces que acostaron en su brazo derecho a su bebé al que, tras besar dos veces en la frente, le dijo: "Ay, hijo, cuánto me cuestas". A los siete días de haber dado a luz, doña María Florinda murió.


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Fue el propio padre del compositor, el profesor sullanense Felipe Pinglo Meneses, quien muchos años después, en una carta que le dejó poco antes de morir en 1930, le contó el dramático episodio de su nacimiento y de la muerte de su madre. Es muy posible que el hecho de conocer esta historia lo hiciera sentirse culpable y por eso fuese un hombre triste y melancólico. Según afirmó alguna vez el desaparecido Aurelio Collantes, la "Voz de la Tradición", Pinglo era "un hombre magro y melancólico que no conoció ni buscó otros halagos que los de la música, la noche y el amor". Por su parte, Serafina Quinteras en el vals "Su última elegía", que le dedicó conjuntamente con el desaparecido compositor Eduardo Márquez Talledo, lo describe de esta manera: "Augusto soberano de la melancolía, señor de la tristeza, monarca del dolor...".

En todas las fotografías que existen, Pinglo aparece siempre serio y parecen confirmar lo que dicen Collantes, Serafina y muchos otros. Pero, entonces, cómo se explica que le gustaran las jaranas, que tocara el rondín y la guitarra, cantara, interpretara 'fox trots' y escribiera alegres polcas como "Querubín" o "Las Limeñas".

(Foto: Archivo de El Comercio)
(Foto: Archivo de El Comercio)

Tal vez no siempre fue sombrío, ya que tenía 31 años y hacía cuatro que se había casado con Hermelinda Rivera Urrutia, quien le dio dos hijos: Carmen y Felipe cuando su padre le contó cómo murió su madre aquel 25 de julio de 1899. Antes de tener conocimiento de esta historia, Felipe Pinglo Alva fue un joven como cualquier otro.

Criado por su tía Ventura, aprendió las primeras letras en la escuelita de su tío Alejandro en 1905, siguió en la escuela fiscal Los Naranjos y concluyó su primaria en el colegio Sancho Dávila del Carmen Bajo. A los 12 años ingresó al colegio Guadalupe, donde cursó la secundaria. Le encantaba el fútbol y formó parte de los equipos Sportivo Uruguay, Atlético Lusitania, Sport Gráfico, Los Naranjos, hasta que sufrió una grave lesión en una rodilla que lo mortificó toda la vida. Felipe era hincha del Alianza Lima. Era un adolescente cuando comenzó a frecuentar las jaranas y a los 17 años escribió su primer vals, "Amelia", y al que siguieron muchos otros inspirados en las mujeres que lo admiraban aunque, según Collantes, era malo como cantante y peor como guitarrista zurdo. Surgieron así temas como "El huerto de mi amada", "Pasión y odio", "Tu nombre y el mío", "Amor traidor", etc.

Pero, con la madurez y los golpes de la vida, ya no sólo el amor le sirvió de inspiración, porque también le cantó a "El canillita", a "Jacobo, el leñador", a la "Pobre obrerita", etc. y, como una muestra de su variada temática, escribió "El plebeyo", en 1930. Este vals es considerado lo mejor de su copiosa producción musical. En 1939, cuando se cumplían tres años de la muerte del compositor (falleció el 13 de mayo de 1936), el gobierno de turno prohibió la difusión de "El plebeyo", argumentando que no era de Pinglo sino de Víctor Raúl Haya de la Torre.

Pinglo, cuyos restos mortales descansan en el cementerio Presbítero Maestro, murió por una anemia perniciosa causada por la gran cantidad de Finaspirina que consumió durante años, para mitigar el dolor de una lesión a la rodilla que sufrió cuando era un adolescente que jugaba fútbol.

La tumba del compositor en el cementerio Presbítero Maestro. (Foto: Andina)
La tumba del compositor en el cementerio Presbítero Maestro. (Foto: Andina)

(Texto de Alfredo Kato originalmente publicado el 17 de julio de 1999 en la edición impresa de El Comercio)

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