La noche del domingo 11 de agosto del 2019, Lima era una fiesta. Ese día se celebraba la ceremonia de clausura de los Juegos Panamericanos y el Estadio Nacional desbordaba en luces, música y color. En medio de la algarabía, Gisella Giurfa aportaba su magistral percusión, pero detrás de la sonrisa que enfocaban las cámaras, algo se rompía.

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