Los tres conciertos consecutivos que ofreció el Grupo 5 el pasado fin de semana fueron una verdadera exhibición de grandeza. Con más de 40 mil asistentes en cada fecha, el Grupo 5 no escatimó en gastos para garantizar que todos los espectadores disfrutaran al máximo del espectáculo.
Tales noches tuvieron como protagonistas a los artistas, pero hubo un elemento adicional. El actor de reparto que se roba el show, podría decirse: un imponente escenario de más de 520 metros cuadrados, construido durante 13 días, que permitió a la Orquesta de Oro ser vista desde cada rincón del Estadio San Marcos.
Tres noches de nivel internacional
“La idea era diseñar un escenario que que involucre a toda la gente. Por eso diseñamos un escenario con muchas perpendiculares, que se asemeje a una ciudad, sin techo y casi sin paredes laterales. Eso permitió, primero, que la visión sea buena incluso en las tribunas laterales, que suelen ser las más afectadas”, comentó a El Comercio Sebastián Martins, productor del concierto.
Christian Yaipén lo convocó gracias a la buena experiencia que surgió de su última colaboración juntos y que le otorgó al grupo el Premio Luces 2022 a ‘Mejor Concierto del Año’. Aun así, para este 50 aniversario la apuesta fue mayor, se buscó que el público guarde el recuerdo por años. Para lograrlo, se trabajó durante cuatro meses en el diseño y producción, con técnicos experimentados en televisión, además de los colaboradores de toda la vida. “Queríamos hacer una buena convergencia, ambas disciplinas ayudaron a que el resultado tenga agilidad, altura y niveles, porque iban a ser cuatro horas de espectáculo y había la necesidad de entretener al público”.
La ambición del proyecto requirió contratar a cuatro empresas distintas para el alquiler de pantallas LED, y otras cuatro productoras para los 430 luces que requirió el armado. Aparte, se requirieron cerca de 800 metros lineales de cinta LED. “En total, llegó a haber más de 250 personas trabajando en el estadio”, sostiene. La misma consideración se tuvo desde el sonido, adquiriendo altavoces L-acustic, marca francesa de gama alta que no estaba disponible en el mercado y que se importaron al Perú para esta fecha especial. “Salió casi directamente de la aduana al concierto”, comenta.
Al no ser un escenario tradicional, se armaron torres voladas para sostener los parlantes en diversos puntos del recinto, hubo también equipos de música en cuatro espacios del complejo para que incluso las tribunas escuchen con fluidez. “Fue el propio Christian quien estuvo en la consola durante las pruebas de sonido”. Involucrado en temas de video y sonido, ellos trabajaron colaborativamente para obtener mejores resultados.
El motor estaba a tope y el motivo era claro: ofrecer la mejor experiencia al público. Esta visión fue valiosa ya que, por su parte, el grupo de cumbia se encargó del repertorio, los cortes, arreglos musicales, y más, para que finalmente suene como sonó. “Un escenario espectacular se puede hacer, pero si el grupo que sube no está al nivel, no pasa nada”, añade Martins.
Un concierto de impacto
El monto exacto que se invirtió para el evento no es claro, pero “definitivamente es alto porque el grupo se proyecta a largo plazo”, señaló Martins. La idea detrás de los conciertos por el aniversario de la banda no fue rentabilizar la fecha, sino demostrar su sello de garantía, algo que perdure, añadió el productor.
Por el momento, el veredicto de las redes sociales ha sido prositivo. La agrupación ha recibido cuantiosos elogios por atreverse a romper las estructuras clásicas de los espectáculos peruanos. Aunque poco se repara en que fue el público, a través de la compra de entradas en tres sold-outs consecutivos, quienes ayudaron que esta realidad sea posible. Son pocas las oportunidades para que un espectáculo a la altura del ofrecido por el del Grupo 5 se replique, pero el apoyo de los peruanos será fundamental en este proceso.