¿Cómo se crea una promesa musical? Hace tan solo 10 años Dayner Tafur-Díaz era un adolescente chimbotano con casi ningún conocimiento sobre la música clásica, hoy es el ganador del prestigioso Concurso Internacional de Directores de Ópera organizado por la Ópera Royal de Wallonie en Bélgica y ha sido invitado a dirigir una producción en dicho auditorio durante la temporada 2023-2024.
Con 14 años, el único acercamiento musical que tenía el joven era una flauta dulce que le exigieron comprar en el colegio. No tenía gran destreza, pero su interés bastó para ser invitado a la Orquesta Sinfónica Infantil Juvenil de Chimbote, un proyecto que busca brindar oportunidades de desarrollo musical a niños y jóvenes.
Lo que sería una experiencia corta, comenzó a transformarse en una pasión. A Tafur-Díaz le gustó la sensación de tocar en una orquesta y aprender de música clásica. Y a diferencia de la mayoría de sus compañeros que fueron retirándose a los pocos meses, él se quedó tres años en el proyecto. En ese tiempo incluso logró realizar su primer concierto llamado “Tres orquestas, dos países una pasión”, con la que recorrió tres ciudades del Perú junto a una orquesta de un colegio alemán.
Pero la experiencia decisiva que marcaría su camino llegó al mudarse a Trujillo y unirse a la Orquesta Sinfónica Infantil Juvenil de esa ciudad. Con este nuevo grupo, en 2016 realizó una nueva gira de conciertos, pero esta vez fue él quien viajó a Alemania.
“Al inicio, cuando quise entrar a la orquesta de Chimbote, mi mamá se negó, luego empezó a ceder, aunque siempre estaba atenta para que no descuide mis estudios. Después del viaje a Alemania, que fue cuando me decidí a estudiar música, me insistió a que me dedicara a otra cosa. Aunque con mi papá no tuve tantos problemas, él solo quería que sea el mejor en lo que quiera hacer”, dice Tafur-Díaz en una conversación con El Comercio. Desde Alemania, lugar donde reside actualmente, nos cuenta los retos que enfrentó para iniciar sus estudios como Director de Orquesta, sus próximas metas y su visión sobre el panorama de música clásica en el Perú.
—Después de tu primer concierto en Alemania, decides estudiar música allá. ¿Cómo lo lograste?
Yo viajo a Alemania en el 2017, dos años antes de que comience a estudiar Dirección de Orquesta. Primero inicié haciendo un voluntariado y luego me inscribo a un curso corto de trompeta. Eso lo usé como preparación para ingresar en 2019 a la Hochschule für Musik und Darstellende Kunst de Stuttgart (Escuela de Música).
—Ese viaje no debió ser precisamente barato. ¿Cómo lograste financiarlo?
No tuve el apoyo de ninguna entidad. Lo que hice fue un concierto benéfico en Chimbote para cubrir los costos del pasaje. Después, cuando ya estuve asentado, todo me pareció caro, cuatro veces más caro que en Perú por la sensación del cambio de moneda. Así que los primeros dos años fueron difíciles, pero después cuando me adentré en la cultura y fui trabajando y cobrando con la moneda local, pues me acostumbré.
—Tenías solo 21 años, ¿qué trabajos realizaste para cubrir tus gastos?
Ahora, mientras curso la universidad, doy clases de trompeta y también tengo una orquesta. En mis primeros dos años recibí dinero a través del voluntariado, pero no era mucho. Como la ciudad era chica, también trabajé en restaurantes y así.
—No suena fácil, pero parece que valió la pena. ¿Qué es lo que más te apasiona de la música?
No sabría decir algo en específico, no me he hecho bien esa pregunta. Sé que me gusta y me apasiona, pero no sé exactamente (por) qué. Disfruto el escenario, la retroalimentación que recibo es positiva y eso me hace pensar que estoy en un buen camino.
—Bueno, cambiemos la pregunta por Dirección de Orquesta.
Bueno, ahí me interesa el trabajo en equipo con la orquesta y ser responsable de un grupo de músicos que muchas veces saben más que yo. La dirección de orquesta no es solo trabajar con música, sino con personas, es importante saber comunicar lo que quieres sin imponer ideas, sino fluir con las ideas de los demás. Eso es lo más complejo y lo que más me gusta.
—¿Es posible que un joven pueda ser director de orquesta estudiando desde Perú?
Me comentaron hace poco que la carrera de Dirección de Orquesta por allá recién empieza. Cuando estaba en el Conservatorio de Trujillo existía Dirección, pero de Banda, que no es exactamente lo mismo en la práctica. Por el momento creo que es lo más difícil de estudiar en el país, hay buenos profesores de instrumentos, pero en dirección no es el mejor momento.
—¿Cuál es tu diagnóstico sobre la lírica y la música clásica en el Perú?
Yo comencé tarde, con 14 años. Antes de ingresar a la orquesta, no conocía nada de música clásica. Esto es algo que le pasa a la gran mayoría, antes pensaba que solo sucedía en Perú, pero me di cuenta que aquí, en Alemania, también hay mucha gente que nunca ha escuchado música clásica. Aunque es cierto que aquí hay muchos más conciertos, los jóvenes pueden obtener tickets baratos de hasta 7 euros, y se puede decir que Europa tiene más riqueza musical. Sin embargo, el escenario en el Perú ha mejorado mucho con proyectos como Arpegio y Sinfonía por el Perú, que últimamente ha crecido bastante.
—¿Qué tan relevante crees que es estimular en música a las personas desde temprana edad?
Pienso que es importante para el futuro, quieran dedicarse a la música o no. Y no solo en este arte, sino en todos, porque desde mi perspectiva estas prácticas generan disciplina en las personas, en mi caso con la trompeta, por ejemplo, el hecho de haber tenido que practicar por muchas semanas, meses o incluso mucho más me ha generado un hábito que puede ser usado en cualquier carrera, o aspecto de la vida.
—Volvamos a ti. ¿Cómo te sientes con el recibimiento que el público peruano te ha dado tras el premio? Muchos sienten el logro como propio.
Me he dado cuenta. En Bélgica hubo cinco días de concurso y cuando estábamos en la final, cuando aún no se sabía quién iba a ganar, aparecieron las primeras noticias. No sabía que todo se divulgaría tan rápido. Personalmente es una recompensa por todo mi esfuerzo, pero no creo que este concurso sea todo, es el inicio de una nueva etapa. Las personas en Perú me están dando una responsabilidad para que, a partir de ahora, lo haga mejor que antes. Realmente vine aquí buscando esto, mejorarme a mí mismo. Por eso no es algo que me sorprenda, pero es bonito.
—Aún continúas estudiando, ¿tienes otros concursos y proyectos en camino a la par?
Me quedan aún de 3 a 4 años de estudio, recién voy por la mitad. Quisiera estudiar más repertorio, así como también asistir a más concursos. Se viene uno grande llamado Gustav Mahler, que es un concurso de Alemania y uno de los más importantes que existen en el mundo para directores. Solamente que ahí se invita a directores con reconocimiento, antes no tenía material, pero ahora tengo más chances de ingresar. También tengo dos asistencias en Wallonie en los meses de diciembre y enero. Aún no sé muy bien los detalles, pero es seguro que será la ópera Carmen. Hasta donde tengo entendido, esta será una producción que ya fue hecha antes, el escenario queda igual pero el director cambia, en este caso entro yo. Eso pasa en Europa, donde se repite la escenificación para no tener costos extras.