La nostalgia no está entre sus pensamientos cuando recuerdan sus inicios musicales. De hecho, Kudai observa su regreso a la industria como una nueva meta cumplida en su carrera. Han pasado diez años desde que el cuarteto chileno lanzó su último disco ("Nadha") y, ahora, para marcar su retorno, trabajan en los detalles finales de lo que será su cuarto disco de estudio. Conversamos con Pablo Holman y Tomás Cañas, dos de los integrantes de la agrupación, sobre los retos de esta nueva etapa.
— ¿Por cuál camino están apostando hoy en día?
Pablo Holman: Cuando vienes de un grupo que funcionó durante tanto tiempo, la duda es cómo hacer nueva música. Hay dos opciones: apuestas por conceptos que te hayan funcionado o te vas por la reinvención. Tanto en nuestro primer sencillo "Piensa" como este ["Lluvia de fuego"] no queríamos dejar de tocar los mismos temas que nos interesaron en el pasado, pero al mismo tiempo buscábamos sonar actuales. El disco [que ya fue grabado] va a tener temas muy parecidos a los que hemos lanzado antes, pero en este caso usamos como carta de presentación estos dos temas que van por un camino distinto en lo musical. Estamos en contacto constante con los fans, y ahora que tenemos las redes sociales nos dicen que les atrae el camino que estamos eligiendo. Eso se ve reflejado en el millón y medio de visitas que tuvo el último videoclip.
— Además del tema de las redes sociales, ¿qué otro aspecto les chocó al momento de reinsertarse en la industria musical?
Tomás Cañas: El tema de las edades. En nuestros inicios, al ser más chicos, por supuesto que teníamos todo más armado, un mánager y equipo que andaba detrás. Nuestro trabajo era subir a los escenarios y cantar. Ahora es un desarrollo en conjunto, en el que hemos aprendido a trabajar en equipo. El reinsertarnos a la industria no es un problema, es un logro.
— Se tiende a asociar a los grupos juveniles con la idea de producto prefabricado y manejado por altos mandos. Diez años después, ¿sienten más libertad en ese sentido?
PH: Por supuesto que sí. Un grupo no solo son las caras bonitas, sino que hay un equipo detrás. Hace un tiempo, nosotros intentamos hacer una gira de Kudai de manera independiente y después empezamos a trabajar de la mano de un sello discográfico que nos ayudó a llegar al lugar en el que estamos hoy. Es rico ser independiente pero, al mismo tiempo, es necesario contar con un equipo que te ayude a pensar las estrategias para pegar en esta industria.
— Cuando las bandas se separan para desarrollar proyectos personales, los medios tienden a enfrentar a sus integrantes para ver quién será el más exitoso.
TC: Los medios siempre pueden hablar cosas, pero a nosotros lo que nos interesaba era vivir una etapa que, de cierta manera, habíamos perdido. Vivir de una forma más convencional, si es que así se le podría decir. Tuvimos nuestro tiempo para desarrollarnos en los ámbitos que a cada uno le interesaba, por el lado de la producción musical, por ejemplo. Cada uno estudió lo suyo, por eso ahora nos estamos complementando muchísimo y consideramos que estamos viviendo una etapa mucho más completa.
— ¿Qué hacía falta para empezar a valorar más el talento latinoamericano? Lo digo por ese furor que los artistas latinos causan actualmente. De cierta manera, hemos dejado de ser una sombra.
PH: Desde mi punto de vista, uno es libre de expresarse con el género que quiera, pero siempre tratando de buscar una identidad, algo que tenga un buen contenido y que no resulte como una copia de otro artista. Hoy en día hay tanta gente para escuchar, y es a través de estas nuevas plataformas [como Spotify] que los latinos estamos acabando con esas adversidades musicales.