Lee Ranaldo. (Foto: Anna Boga)
Lee Ranaldo. (Foto: Anna Boga)
Czar Gutiérrez

Operador de cuerdas en la mítica banda Sonic Youth, cuyo revulsivo juego de texturas lo convirtió desde principios de los años 80 en la banda más influyente de los últimos 40 años –referencial ineludible de Nirvana y Pearl Jam, por ejemplo–, (62) ha desarrollado una frondosa discografía personal que pivota en torno a una guitarra acústica con objetos adheridos y afinaciones no convencionales. También artista visual y escritor, reconfiguró el ‘noise’ del rock hasta convertirlo en obra de arte.

Lo que le valió ser ubicado en el puesto 33 como el mejor guitarrista de todos los tiempos por la revista "Rolling Stone" y el número 1 por "Spin", cosa que Ranaldo deplora: “No fue correcto que una revista que nunca se preocupó mucho por Sonic Youth nos pusiera allí [junto a Thurston Moore, el otro guitarrista de Sonic Youth]. Nos pareció tonto, con todos los grandes guitarristas que hay. Hemos forjado nuestro propio estilo, claro, pero no sabían de lo que estaban hablando. Lo de 'Rolling Stone' fue más justo”.

—Acústico o con voltaje—
Ranaldo está embarcado en el tour “Electric Trim”, noveno disco solista que lo trae por segunda vez a Lima después de 7 años. “Recuerdo la buena comida y muchos momentos agradables junto al océano. Pero debo confesar que el rock peruano es todo un misterio para mí. Conozco ‘El cóndor pasa’ y exploro el charango, tan parecido a la brasileña viola caipira. Conozco la música de Yma Sumac también. Pero necesito saber mucho más y a eso voy”, dice.

Interviene sus libros con imágenes, viste sus poemas con cadencia acústica, cinematográfica y expande la guitarra tocándola con arco de violín. ¿El arte es una constante experimental? “Es una búsqueda, seguro. No tiene que ser experimental de forma forzada, pues se empobrece. Algunos artistas están destinados a refinar lo que existe y otros crean sus propios mundos. Con Sonic Youth hicimos algo muy interesante: intervenimos el pop afinando nuestras guitarras de manera diferente. Ese sonido era todo nuestro. No éramos técnicos en absoluto, pero encontramos algo único”.

—Hay guitarras Moonlander y Fender Jazzmaster hechas para ti. ¿Es eso mejor que tener una estrella en el salón de la fama?
¡Por supuesto que sí! Con Thurston tenemos un 'modelo de firma' de Fender, nuestra compañía de guitarra eléctrica favorita. Es un gran honor y placer. Hemos hecho mucho para popularizar la guitarra Jazzmaster, modificamos las guitarras para nuestras necesidades. La Moonlander de Yuri Landman es uno de los muchos instrumentos personalizados construidos para nosotros.

—¿Hay alguna modificación que no le hayas hecho a una guitarra?
¡Debe haber muchas! Hemos hecho las que eran necesarias para nosotros. Era importante reducir la cantidad de circuitos en la guitarra, entonces eliminamos elementos innecesarios en el cableado y las perillas –el control de tono, por ejemplo– y los interruptores tan susceptibles de romperse.

—Kilómetro cero—
Con un proyecto paralelo desde 1987, la disolución de Sonic Youth (1981-2011) impulsó la carrera solista de Ranaldo, cuyo “Electric Trim” (2017) combina inteligentemente lo experimental con el pop, probablemente la fórmula soñada para todo creador. “Más que encontrar la 'fórmula', este álbum busca ampliar el alcance de mi música. [El productor español] Raúl Fernández aportó un montón de nuevas técnicas para el proceso de grabación y fue muy afortunado registrarlo con Nels Cline, Sharon Van Etten y Kid Millions en vivo. Tiene muchos elementos acústicos y mucha guitarra eléctrica, estoy muy orgulloso de eso.

—¿Y el aporte del escritor Jonathan Lethem?
Interviene en seis de las nueve canciones. Es la columna vertebral emocional del álbum. Quise trabajar el idioma de las canciones de forma colaborativa en lugar de generarlo solo. Si musicalmente abrí nuevas tácticas y métodos, quería lo mismo para las letras, como hizo Grateful Dead en los 70 con Robert Hunter, que jamás subió al escenario pero escribió letras increíbles. Compartir la letra me condujo a un territorio extraño. Es un giro hacia la izquierda en una calle desconocida.

—¿Qué lees?
Primero a los modernistas de principios del siglo XX y luego a los de la beat generation, Kerouac, Ginsberg, Burroughs. Antes, Hemingway, Faulkner, Knut Hamsun, Márquez, Buñuel, Cortázar, Sylvia Plath, Anne Sexton, Anais Nin, Raymond Carver y los otros minimalistas. ¡Es una larga lista!

—¿Qué sentimiento te dejó Kurt Cobain, a quien ustedes dedicaron “Junkie's Promise”?
Compartimos muchas cosas en un período muy corto. Conocer de cerca a alguien que se quemó tan brillante y brevemente como Kurt fue muy especial. Era obviamente una persona complicada. Fue muy inspirador conocerlo.

—¿El verdadero arte consiste en comenzar de cero cada vez?
Sí, siempre debes partir de la nada antes de crear. Pero a medida que envejeces pierdes la avalancha inicial de entusiasmo y trabajas para refinar tus ideas. Pero siempre es bueno separarse y comenzar un nuevo camino. Estoy tentando nuevos comienzos y viejos refinamientos.

—Polvo en el viento—
Cambió la música de Christina Rosenvinge y frecuenta Barcelona para trabajar con su productor Raúl Fernández. Disemina sonidos de banjo, marimba, fliscorno y arco de violín. Improvisa poemas e instalaciones. ¿Con qué nos sorprenderás en Lima? “Tocaré el nuevo álbum en un formato acústico, pero con los parlantes encendidos habrá todavía un poco de electricidad en el aire. Estoy jugando con los rangos de mi voz, creando paisajes sonoros. En el taller presentaré ideas para técnicas extendidas con guitarra eléctrica. También me invitaron a pintar un mural. E improvisaré algo en el Centro de Lima [...] Sé que en español uno de los significados de ‘polvo’ es tener sexo, y eso suena bien porque rocanrol y sexo frecuentemente van de la mano”, dice. Y una sonrisa se estaciona en su rostro.

​Más información

Concierto: 15 de mayo, 9 p.m.
Entradas: boletería y Fuzzpass.com.
Lugar de ambos eventos: MAC (Av. Grau 1511, Barranco).
Clínica de guitarra: 14 de mayo, 5 p.m. Costo: S/120.

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