Hay decisiones que pueden cambiar por completo el rumbo de la vida. Jessyca Sarango tenía catorce años cuando intentó ingresar a un concurso de música para mayores de edad organizado por “Enhorabuena”. Las estrictas reglas obstaculizaron su participación, pero no fueron impedimento para que el productor del programa aprecie su talento y la lleve a la televisión. Desde ese día, la cantautora peruana dedica su vida a la música. Es responsable de grandes éxitos de telenovelas. Representó al Perú en tres ediciones de Viña del Mar y ha sido nominada una vez a los Grammy Latino. En 2004, cuando estaba en un importante momento de su carrera, llenó su maleta de sueños y partió para no regresar.
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“Me fui porque sentía que ya había hecho todo lo que tenía que hacer, podía seguir haciendo éxitos como “El milagro de amar” (tema principal de la telenovela “Milagros”), “Aún vale la pena soñar” o los que escribí para “Torbellino”, pero ya no se podía hacer más, ya había alcanzado un techo. En mi época, el Perú era un país limitado para los artistas, así que decidí arriesgar, ir por más, ser feliz”, destaca la cantautora peruana, radicada actualmente en Miami, Estados Unidos.
-Dejaste todo, en Estados Unidos muy poca gente te conocía...
Y eso fue lo más bonito que me pudo haber pasado porque la fama nunca me ha gustado. Me parece algo muy pesado de llevar. Muchas veces la misma situación te obliga a dejar de ser quien eres para complacer a otras personas, y a mí nunca me ha gustado dejar de ser yo misma. Ser famoso tiene más desventajas que ventajas.
-¿Cuáles son las desventajas?
Que la gente reconozca tu trabajo y te quiera es muy bonito, pero cuando empezaron a salir esos programas de chismes que lucraban ensuciando la vida de otras personas, persiguiendo, diciendo cosas falsas; la situación se tornó fea, insostenible. Creo que si tienes algo que mostrar, lo muestras, nadie debe hacerlo por ti.
-¿Artistas que han triunfado afuera, aseguran que abrirse camino en un país que no es el tuyo es demasiado difícil. ¿Es verdad?
Tuve la suerte de entrar a Estados Unidos por la puerta grande, firmé para Sony Publishing como autora de “El milagro de amar”, que estaba número uno en ese país. Los primeros dos años estuve yendo y viniendo, luego me di cuenta que de seguir así, no me iba a ir bien porque todo se enfriaba muy rápido, así que me lancé como artista independiente, iba con mi guitarra a todos lados, la gente empezó a conocer mi trabajo y recomendarme. Ahora puedo decir con orgullo que he compuesto temas para Jon Secada, Patricia Manterola, Julio Iglesias Jr. (”Te extraño”) y al grupo Menudo le escribí tres canciones (”Solo intenta”, “De Don Juan a Romeo” y “Tú y yo”). También he compuesto canciones para telenovelas de Univisión y Televisa. Y aquí sigo creciendo, haciendo patria en silencio, diciendo que soy peruana y soy feliz, haciendo lo que me gusta, lo que más quiero en la vida.
-Si tendrías que elegir entre escribir canciones o interpretar, ¿con qué faceta te quedas?
Yo prefiero que me digan qué bonito escribes, a que me digan qué bonita voz o qué bonito cantas.
-¿Cuáles han sido tus mayores influencias como compositora y cantante?
Como letrista mis mayores influencias han sido los boleros, valses, tangos. Como músico es bossa nova, el flamenco, los valses, el jazz. Eso es lo que escucho siempre, lo que me identifica, lo que llevo en la sangre.
-¿Has pensado incluir lo urbano en tus próximos trabajos?
Gracias a que me he desarrollado en muchos aspectos, me puedo dar el lujo de vivir haciendo lo que me gusta, antes de sucumbir en ese género preferiría cambiarme de profesión. Sé que muchos lo hacen por necesidad, porque tienen que pagar una renta, un cuarto, pero ese no es mi caso. Lo único que rescato de ese género es la parte rítmica porque es sabrosa, todo lo demás: la melodía, la letra, el contenido de las canciones y los cantantes; lo desecho, no sirve. No puedes considerarte artista porque haces eso, eso no es arte, esa gente no canta, no toca instrumentos, no baila, encima la mayoría tiene un aspecto bien desagradable.
-Leslie Shaw, quien hace algunas semanas ganó un Premio Heat a Mejor artista sur, dijo que cambió de género porque con el rock no iba a poder vivir de la música.
¿Cómo se llama? No he escuchado de ella. Imagínate, es como si te dijeran que tienes que robar para sobrevivir, o tienes que matar a alguien para sobrevivir, yo soy un poco drástica con ese tema por todo lo que está pasando ahora con la música: en el mismo premio ponen a competir a Juan Luis Guerra y a un reggaetonero. Cómo es posible, Juan Luis escribe poemas.
¿Por qué crees que Enrique Iglesias y Ricky Martin sí han sucumbido a lo urbano siendo artistas consagrados?
Porque necesitan hacer algo que la gente siga, mantener popularidad, ellos compiten. Yo solo compito conmigo misma, a mí no me interesa que me comparan, estar de moda o ser popular, yo prefiero que me escuchen diez personas, que realmente valoren mi trabajo, a que me escuchen cien mil. Tengo canciones que son íconos, he sido nominada al Grammy Latino (en 2011 en la categoría Mejor Álbum de Música Latina para Niños con “Henry el camioncito verde”) por un proyecto creado por mi compañía Musilosofía, y he estado tres veces en Viña del Mar. En el Perú lamentablemente no tienen idea de lo que he venido desarrollando, yo afuera sigo dejando el nombre del Perú en alto.
-¿Qué lección te dejó lo ocurrido en Viña del Mar el 2005?
Me enseñó a no ser tan confiada, a veces parezco tonta, y no es que he dejado de confiar, pero aprendí.
-¿A partir de qué compones tus temas?
Tengo un proceso muy interesante, todo el día estoy haciendo música y por lo general estoy con algún instrumento en mi mano: con mi bajo, mi acordeón, mi cajón, mi piano, y de repente hago un acorde y sale una canción. Por lo general, primero comienzo con los acordes. Y eso lo hago desde siempre, desde que tenía catorce años y aparecí por primera vez en televisión, en “Enhorabuena”, el programa de Jorge Henderson.
-¿Te presentaste como artista invitada?
Fue algo del destino. Ese año, el programa estaba organizando un festival para descubrir nuevos talentos, recorrían todo el Perú haciendo cásting, yo me presenté cuando llegaron a Piura, mi mamá me llevó. Me dijeron que no podía competir porque era solo para mayores de edad y yo tenía 14 años. Para mi buena suerte, cerca de la cola estaba el productor general del programa, que al verme con mi guitarra me llamó para preguntarme si tocaba guitarra. Le dije: ‘Toco y también compongo canciones’. Entonces me llevó a hacer una prueba, luego me invitaron a participar en el concierto del programa.
-Con “Desafinado”, tu última producción, reactivaste tu faceta de cantautora. ¿Qué proyectos tienes para el 2021?
Así es, me puse un poquito en los zapatos de intérprete, y he estado sacando sencillos después. El 2021 comienzo con una nueva canción: “Caminos”, una balada muy fuerte, muy íntima, con un proceso interesante. Hace algunos años conocí en España, en Valencia, a la escritora peruana Elga Reátegui, ella es muy reconocida en el mundo literario. Nos hicimos muy amigas y un día, durante la pandemia, me envió un poema que acababa de escribir, era hermoso, me inspiró muchísimo, y decidí desarrollar una canción. Apenas la terminé se la mandé, se puso muy contenta, le encanté, es más, tengo entendido que la utilizarán en el homenaje que el círculo de escritores de España le hará a Elga muy pronto. Llevo más de 35 años en la música y cosas como esta me llenan mucho, me incentivan a seguir, me hacen muy feliz. La música es mi oxigeno, no podría vivir sin ella.
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