Erick Ramírez nos atiende por Zoom desde México, apenas unos minutos después de que su selección debutara en el Mundial frente a Polonia. Fue 0 a 0, pero su histórico portero Guillermo ‘Memo’ Ochoa le atajó un penal a Robert Lewandowski, hazaña que sabe a gol. “Aquí estamos. Nerviosos, pero salió el juego”, dice el saxofonista de la banda mexicana La Garfield, que se prepara para visitar el Perú.
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Porque, más allá del fútbol, es la música la que nos convoca para esta entrevista. La agrupación proveniente de Guadalajara, con su propuesta fusión de sonidos tropicales, de soul y de funk, ha sabido ganarse una buena cantidad de adeptos en su país y toda la región. Y de eso hablamos: del nuevo disco que preparan, de los 10 años de su primer álbum, del reciente cambio de vocalista, de su frustrada visita al accidentado Festival Perú Central, y más.
–Llegan en un momento en que preparan su nuevo disco. ¿Qué podemos esperar de este? ¿Continuidad en el sonido o nuevo rumbo?
Sí, el primer sencillo se va a lanzar este viernes. Tiene mucha continuidad respecto al último álbum, que fue “Todo lo rico” (2018), porque lo produjo Cheo Pardo, exguitarrista de Los Amigos Invisibles. Es la misma idea Funky, disco, pop, aunque sí trae un cambio importante, pues vamos a meter un jazz más clavado. Es un lado interesante con ese toque más jazzístico.
–El 2023 celebran también los 10 años de su primer álbum, “Sin miedo”. ¿Cómo imaginaban a la banda por ese entonces? ¿Han cambiado muchas cosas?
Estos 10 años han sido de una superación total. Porque cuando iniciamos la banda e hicimos “Sin miedo” éramos simplemente unos amigos de la preparatoria que se juntaban a tocar. En ningún momento la banda se planteó una proyección respecto a lograr algo, hacer tantos álbumes, girar por todo México, Latinoamérica o Europa. Solo se trataba de hacer música y que la música guiara todo. Pero desde ese disco se dieron tocadas muy importantes, hemos estado en grandes festivales, hemos hecho grandes giras. Entonces las expectativas fueron más que superadas. De hecho, no había ni siquiera expectativa. Por supuesto, ha habido cambios en el proceso, mejoras, profesionalización de la música. Y ha sido muy lindo, disfrutable y muy gratificante.
–¿Sienten algún tipo de afinidad musical con otras bandas mexicanas? ¿Cómo se sienten ubicados en la escena musical de su país?
Realmente nos sentimos un poco fuera de lo común en relación a lo que se está haciendo en México. Nos identificamos más con bandas latinoamericanas como Bándalos Chinos o Los Amigos Invisibles, por ese sonido tropical, pop, Funky, disco. A nivel local quizá haya afinidades con artistas como Caloncho, pero en general creo que estamos un poco fuera de lo que comúnmente se experimenta. Porque también tenemos algo de soul, un poco de R&B, un poco de jazz… así que no encuentro tanta relación con la propuesta mexicana habitual.
–Recientemente cambiaron de cantante, que ahora es Valentina Marentes. ¿Cómo influye eso en la propuesta musical de la banda?
Como agrupación, estamos los mismos elementos. Pero Valentina es la tercera vocalista con la que trabajos. El primer álbum lo hicimos con María Centeno, el segundo y tercero con Sofía Stainer, y este cuarto será con Valentina. Ella es una persona muy estudiada del jazz, ha sido corista de Natalia Lafourcade, y tiene sus proyectos propios bien de jazz clásico. Ella se adapta a nuestras ideas, pero con sus propuestas. Entonces sí hay un cambio realmente importante. Se van a escuchar muchos solos de voz, por ejemplo, algo que no habíamos hecho. Pero la esencia va a seguir sonando a La Garfield. Nosotros buscamos a alguien ad hoc a nuestro proyecto, y creo que lo encontramos en Valentina, que tiene una musicalidad muy linda.
–Ustedes fueron una de las bandas que debió presentarse en julio en el Festival Perú Central, de Huancayo. Pero todo fue un fiasco. ¿Qué pasó?
Yo tenía el contacto con un socio de Janet [Amaya]. A una semana del evento, no teníamos vuelos programados. Entonces les digo que los necesitaba ya mismo, porque además de los músicos, yo tengo que agendar las fechas para el stage manager, el ingeniero de sonido, y todo el equipo de producción. En ese momento es que comenzaron a darme largas y más largas, hasta que tuve que sacar el comunicado de que nos retirábamos del festival. Nosotros fuimos la primera banda internacional en retirarnos. Al final nos dejaron tiradas las fechas, no cumplieron el contrato de cancelación según el cual debían pagar el 50% del ‘fee’, y la gente un poco que nos empezó a reclamar a nosotros. Luego se dan cuenta de que no éramos solo nosotros, sino también otras bandas. Hubo una desorganización increíble, comunicados de mal gusto por parte de ellos. De verdad que si al menos hubiésemos tenidos los pasajes, incluso sin el pago del ‘fee’ habríamos buscado la forma de tocar. Pero ni eso. Nosotros quedamos súper molestos, nos trataron realmente mal, pero preferimos alejarnos del tema, dejarlo por las buenas.
--Imagino que este show en Lima tiene sabor a revancha. ¿Qué podemos esperar del concierto?
Sí, después de lo de Perú Central, este concierto sabe a revancha, con el gusto de volver con más ganas. Y estamos felices de que ahora nos inviten como se debe. Vamos a volver después del 2019, son tres años con nueva música, con un crecimiento de la banda. Y además será un show solo, completo, no de festival. Estamos retomando un ‘setlist’ con lo mejor de los primeros álbumes. Será un show super ‘upbeat’, todo el tiempo va para arriba, con lo que caracteriza a La Garfield: 90 minutos echando fiesta y mucho baile.
La banda mexicana se presentará el sábado 3 de diciembre, a las 9 p.m., en Yield Rock Bar (Jr. Carabaya 815, Cercado de Lima). Entradas: en Joinnus.com