Marcos Mundstock de Les Luthiers en 2007, al ser condecorado por en España. Foto: AFP.
Marcos Mundstock de Les Luthiers en 2007, al ser condecorado por en España. Foto: AFP.
/ JUAN MABROMATA
Carlos Oré Arroyo

Basta con pensar en Les Luthiers para soltar una carcajada. Durante sus más de 7,600 presentaciones realizadas a lo largo de sus más de 50 años de trayectoria, el grupo de comediantes y músicos argentinos supo conquistar al público hispano. Sus historias musicalizadas, sin embargo, siempre necesitaron de un elemento crucial que le otorgaba el toque de audacia que todos aguardaban: la irreemplazable voz de Marcos Mundstock.

Hijo de inmigrantes judíos procedentes de Polonia que lograron escapar del nazismo, la infancia de Mundstock estuvo fuertemente influenciada por la cultura de esa parte del planeta. “En mi casa se escuchaba música clásica, también yiddish e italiana. De esa mezcla me viene el gusto por tantas cosas. Además, a mi papá le encantaba contar chistes y en casa se cultivaba el humor judío, la autoironía”, fueron las palabras del desaparecido artista en una entrevista con el diario Clarín.

El lenguaje como herramienta

De pie, rodeado por la oscuridad del escenario y acompañado tan solo por un micrófono y una carpeta roja, Mundstock se había convertido en el sello de marca de Les Luthiers que anunciaba el inicio de una larga jornada de diversión asegurada. En noviembre de 2017, durante la última visita de la agrupación a nuestro país, los asistentes a su presentación solo necesitaron de aquella primera imagen para liberar una risotada. Sabían que lo mejor estaba por comenzar.

El éxito de Les Luthiers se valió de varios elementos como la impresión que generaba ver instrumentos fabricados a partir de retretes, pelotas de básquet, barriles, latas de conserva, entre muchos otros. A ello se le sumaba la creación de icónicos personajes como Johan Sebastian Mastropiero que protagonizó muchas de las historias que tenían como herramienta fundamental el lenguaje.

Les Luthiers
Les Luthiers

La agrupación jugó con las palabras a su antojo y así, entre risa y risa, aparecían fuertes críticas hacia la clase política, los académicos, a la industria del entretenimiento y demás. “Mirando hacia atrás, podría decir que hicimos un humor lo suficientemente abstracto y sin localismos para que no tenga fecha de caducidad. Voy a ser inmodesto. Creo que inventamos un estilo”, señaló con orgullo Mundstock tras recibir el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades hace tres años.

“Las palabras buscaban a Mundstockpara que él las dotara de nuevos significados, sorprendentes y desternillantes, de modo que así pudieran ampliar sus propiedades y producir la risa del público. Se hicieron amigas suyas; y hoy deben de estar, por tanto, desconsoladas”, escribió el periodista y escritor Alex Grijelmo en una publicación del diario El País.

Grandes sorpresas

En muchas ocasiones se creyó que cinco personajes vestidos de smoking que se valían de la epistemología, la historia , la poesía y la música clásica, por nombrar solo algunos de los temas abordados, contaría con solo un grupo reducido de seguidores. Sin embargo, sucedió todo lo contrario. La precisión de sus chistes, sus referencias a la cultura popular y la burla constante de los problemas que aquejan a muchas sociedades fue parte de la fórmula que sumó miles de seguidores en el mundo. En Argentina, como era de esperarse, el cariño hacia Les Luthiers era indiscutible y una clara demostración sucedió en la celebración del 40º aniversario de la agrupación. Reunidos entre la avenida Figueroa Alcorta y La Pampa en Buenos Aires, los fanáticos tomaron las calles para disfrutar de un espectáculo gratuito al aire libre que iban a ofrecer.

La clave de su extenso éxito se basó en la renovación. De manera muy disciplinada e imponiéndose altas exigencias, Les Luthiers trabajó incansablemente en la creación constante de nuevas presentaciones e instrumentos que tomaran por sorpresa a los espectadores. “El sonido de la risa nos va guiando para entender qué funciona y qué no”, declaró hace unos años Carlos López Puccio, otro de sus integrantes. Es así que por más que sus cabellos fueron dándole paso a las canas, Les Luthiers siempre supo resistir al paso del tiempo con una sonrisa.

“Pensar hoy en partidas nos resulta demasiado triste. Hoy preferimos evocar todo lo que Marcos nos brindó y conservaremos con nosotros para siempre”, escribió la agrupación a través de su fanpage en Facebook. Aunque su partida haya apagado su icónica voz, todavía nos quedan las presentaciones que Les Luthiers ha compartido en su cuenta oficial de You Tube. La tecnología ha permitido que Mundstock nos pueda acompañar por muchos años más.

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¿Qué es la covid-19?

La covid-19 es la enfermedad infecciosa que fue descubierta en Wuhan (China) en diciembre de 2019, a raíz del brote del virus que empezó a acabar con la vida de gran cantidad de personas.

El Comité Internacional de Taxonomía de Virus designó el nombre de este nuevo coronavirus como SARS-CoV-2.

¿Cuáles son los síntomas del nuevo coronavirus?

Entre los síntomas más comunes del covid-19 están: fiebre, cansancio y tos seca, aunque en algunos pacientes se ha detectado dolor corporal, congestión nasal, rinorrea, dolor de garganta y diarrea. Estos malestares pueden ser leves o presentarse de forma gradual; sin embargo, existen casos en los que la gente se infecta, pero no desarrolla ningún síntoma, precisó la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Además, la entidad dio a conocer que el 80 % de personas que adquieren la enfermedad se recupera sin llevar un tratamiento especial, 1 de cada 6 casos desarrolla una enfermedad grave y tiene dificultad para respirar, la gente mayor y quienes padecen afecciones médicas subyacentes (hipertensión arterial, problemas cardiacos o diabetes) tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave y que solo el 2 % de los que contrajeron el virus murieron.


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