*Esta nota se publicó originalmente el 30 de octubre de 2023
Para hablar de la canción criolla, quién mejor que sus cultoras. Mientras el público llena el bar elegido para la cita, tres mujeres de generaciones distintas posan para la lente de El Comercio; suyos son el escenario y los reflectores. Lucy Avilés (62), ícono del género; Araceli Poma (40), nominada al Latin Grammy; y Analí Ayala (28), la más joven de las tres, de la agrupación Kacúa. Donde otros celebran Halloween, ellas cantan los ritmos de la guitarra y el cajón que cada 31 de octubre reciben homenaje general en el país, aunque tal vez no el suficiente.
“No tengo memoria de mi primer acercamiento [a la música criolla]. Yo creo que fue en el momento de mi concepción, yo escuchaba música criolla en la barriga de mi mamá, he crecido escuchándola”, cuenta doña Lucy. Desde un espacio del lounge Cocodrilo Verde de Miraflores, ella se expresa con la seguridad de quien sabe de lo que habla, y si lo sabe es por haberlo vivido. Junto a ella Analí, que fue su alumna, recuerda las veces que, en el auto de su padre, escuchaba los clásicos de Pedrito Otiniano y el ‘Cholo’ Berrocal. Entre viaje y viaje, se aprendía las canciones de corazón.
El caso de Araceli es algo distinto, pues su acercamiento fue primero a la música andina y al mudarse a la capital es cuando el criollismo la cautiva. Para muestra está el tema “Mi juramento”, de su álbum debut. “Cuando nos mudamos a Lima yo conecto mucho con los valses y tonderos por mis tíos, no precisamente por mis padres. Es en el colegio donde mi profesor de música, un criollo de aquellos, gracias a quien yo llegué a conectar de otra manera con la música criolla. Ese descubrir fue increíble”, dijo.
—La música criolla surgió en un contexto determinado y se asocia, culturalmente, al pasado. ¿Por qué no avanzó con los tiempos?
Lucy: Pienso que no. Todo evoluciona, la música también. Pero no es que suceda solamente ahora, la música ha evolucionado, has memoria: si nos remontamos a los años 30 o 40, el primer revolucionario de la música criolla es Óscar Avilés [mi papá]; que cuando tocaban solamente bordones en la guitarra él revoluciona con las notas agudas. Supongo que en esa época debe haber tenido detractores. Y han seguido habiendo cambios, no solamente en la manera de concebirla, de entregarla, sino también por ese interés que vemos ahora en los jóvenes no solo por cantar o ejecutar algún instrumento, sino también por investigar, cosa que antes no sucedía. El tema es no cerrarnos a eso. Decía mi papá, y estoy absolutamente de acuerdo, que todo es válido para la música criolla, pero que huela a Perú.
Analí: Concuerdo con la maestra Lucy. Yo estudié en la escuela de folclore José María Arguedas y allí en mi carrera solamente nos decían que teníamos que llegar primero a la matriz para poder hacer, quizás, una “nueva” versión, porque siempre estamos siguiendo lo tradicional, que hay que respetar también. Como dice la maestra, quizás un poquito el arriesgar, pero siempre con conciencia.
Araceli: Coincido definitivamente con ambas. Yo creo que todo está en constante transformación y evolución y creo que estos dos últimos años lo he notado más viviendo afuera [en Estados Unidos], porque me ha tocado trabajar con músicos que no necesariamente son peruanos. Y lo más claro y la certeza más grande que tenía era que yo vengo de la tradición, de nutrirme de los viejos maestros, y gracias a eso creo que tengo las bases sólidas para poder experimentar con algo más.
Lucy: Y si me permites agregar algo a lo que dice Araceli, solamente reafirmo lo que siempre decimos en la radio (el programa que tengo en Radio Nacional). Hay que referirse primero a los que nos han antecedido, aprender todo de ellos para desarrollar el propio trabajo. Cuando tu trabajo no tiene un fundamento es como sembrar en arena movediza. Pero si tienes buena base, entonces vas a poder hacer mucho y para eso tienes que ver primero a los referentes musicales.
—Si uno revisa Google, veremos que en Perú la música criolla genera más interés en octubre. ¿Cómo hacer para que el resto del año la gente quiera saber más de este género?
Lucy: Yo diría que no solamente en octubre buscan música criolla, en julio también [risas]. Pero sí, en efecto, ¿cuál es la meta? Que el peruano tome como forma de vida escuchar su música, creer en su Perú, identificarse con los suyos; sea [con] la música costeña, andina, selvática. Somos un país rico, diverso, bello. ¿Cómo hacemos que suceda? Primero, captar la atención. Yo creo que todo es cíclico en esta vida. Hay una entrevista que le hace Marco Aurelio Denegri a mi papá, él habla de una decadencia de la música criolla en la década del 40. ¡En la década del 40! ¿Qué vino después? La época de oro. En la década del 70 empieza ya como la parte seca de la música criolla, no la escuchábamos tanto; en el 80 y 90 la curva va hacia abajo; a partir del 2010 o 2012 he sentido un interés real de los jóvenes que se conectan más con lo suyo y creo que vamos a en ascendencia. Estoy convencida que no veré una época de oro nueva por un tema generacional, pero espero, si en algún día los tengo, mis nietos o bisnietos sí la vean.
Araceli: Pero hay un tema que me parece clave acá: ¿A quién le corresponde esa tarea? No solo a los artistas, que estamos trabajando todos los días en dar a conocer y difundir lo nuestro; por supuesto que necesitamos también el compromiso del estado, de instituciones y entidades educativas que se sumen a este esfuerzo grande. Soy consciente que se está haciendo algo, pero falta muchísimo por trabajar ahora. Efectivamente, la música criolla se conoce en octubre, en julio, se conoce en un partido de fútbol. Pero en lo que se debe preocupar el Estado por seguir manteniendo vigente y viva nuestra música criolla, es en difundirla a través de otros medios, educativos, y seguir aportando para que nuestra cultura siga vigente.
Analí: También concuerdo, hay muchos proyectos… Yo cuando era pequeña siempre escuchaba “Mediodía criollo”, era lo que me gustaba porque mis papás obviamente me ponían ya sea la radio, la televisión. No solamente en casa, también quizás en el colegio, los cursos que ahora tenemos, como Arte y Cultura, deberían ser mucho más trabajados. No solamente la música de la costa, tantas manifestaciones culturales que tenemos, no solamente musical, sino también la danza.
— ¿Dirían que la música criolla está culturalmente conectada más a la capital que el resto del país? Me da más la impresión que al hablar del tema se piensa en la Lima de antaño, no tanto en el interior del país.
Lucy: No estoy de acuerdo con eso. Te vas al norte y vas a ver cómo escuchan música criolla; en el sur, igualito. Hablo mayormente de la costa, pero vuelvo a la experiencia que tengo en el programa de radio: recibimos llamadas de Cusco, Huancayo, Chimbote, Trujillo… quiero decir que igual de la costa que de la Sierra. De la selva tenemos de Pucallpa, Tingo María, Iquitos. No es solamente limeña, hay música criolla en el norte del Perú, hay una forma, un estilo distinto de cantar la música criolla en el norte. Don Luis Abelardo Takahashi Nuñez, uno de los compositores más importantes que tenemos en el Perú es del norte.
Analí: He tenido la oportunidad de viajar al interior del país haciendo música criolla. Entonces creo que no es ajeno, siempre está en nosotros, no solamente la música criolla, también la música andina.
Araceli: Finalmente todos somos migrantes, entonces de eso se trata. Es como decir que en Lima no hay música andina, cuando la mayor cantidad de personas migrantes están habitándola. Entonces producto de la migración también se genera esta diversidad y permite que nuestra música criolla esté en diferentes lugares del Perú.
— ¿Qué tan masculino es el entorno artístico de la música criolla? Hemos tenido grandes artistas mujeres, Lucha Reyes por mencionar a la más grande. ¿Pero el ambiente ha promovido siempre la creación por mujeres o ha sido restrictivo?
Lucy: Tendríamos que separar la música criolla por épocas. Si nos vamos a la época más antigua, era otra forma de vida. Las mujeres no tenían el protagonismo que pueden tener hoy, no solamente para cantar una canción, sino para trabajar o para hacer un negocio o viajar o lo que sea. Antes la mujer tenía que estar en su casa. Era restrictivo, yo recuerdo el testimonio de Clara Aguilar Loaiza, que nunca fue mediática, sin embargo quedó en un segundo lugar en un concurso donde Jesús Vázquez ganó. Ella me decía que no se podía dedicar a la música criolla porque no le permitían salir de su casa. Aun cuando en mi juventud he sentido que ha habido esa diferencia, digamos, entre el hombre y la mujer. [En esa época] el hombre puede hacer más cosas que la mujer, ahorita no, definitivamente. Si hablamos de la música criolla, en los 50 y 60 ya teníamos a las seis grandes de la canción criolla, todas se dedicaban profesionalmente a la música. Entonces quiere decir que las restricciones, si las había, eran muchas menos. Compositoras mujeres muy importantes; Anna Renner, Gladys María Prats, Amparo Baluarte, Chabuca Granda, ¡por Dios! Hemos tenido actividad en la música criolla a partir de los años 50. Hoy en día hay la misma oportunidad para la mujer que para el hombre musicalmente hablando. No creo que por ser mujer no te dejen cantar en un sitio.
Analí: Lo que yo he visto, comúnmente, es que se veía a la mujer de manera interpretativa, como cantante. Ahora creo que hay más chicas que están no solo cantando, sino en su instrumento como ejecutantes.
Lucy: Qué interesante. Mira, recién ahora en esta época veo mujeres guitarristas
Analí: Bajistas, en el teclado, en las armonías y percusión.
Lucy: Pero hablando de mi círculo tradicional, recién veo en este tiempo mujeres guitarristas. Siempre los guitarristas que nos han acompañado han sido hombres, pero ahora hay mujeres guitarristas.
Analí: Cuando yo ingresé a la escuela de folclore, éramos un montón de chicas cantantes, pero también en la guitarra. No solamente en la guitarra criolla, sino también en la andina, saxofonistas, en la percusión. Ahora creo que ya nadie se debe de asombrar; el músico, tanto hombre como mujer, tiene que saber de todo, teoría musical, de audio, composición, dirección musical. Entonces ya no estamos ajenas las mujeres, no solo de manera interpretativa, sino también al ejecutar un instrumento.
Araceli: Yo creo que la música es el reflejo de una sociedad y definitivamente seguimos teniendo una sociedad muy machista, pero todo eso también está cambiando con el despertar de nosotras las mujeres y de poder decidir qué queremos hacer y qué no. Han habido letras del cancionero criollo, y quizás las siguen habiendo, letras muy machistas también, como “víbora, ese nombre te han puesto”. No lo justifico, pero era parte de un pensamiento, era parte de cómo nos han formado. Es a partir de ese despertar que como mujer, como artista, te cuestionas: “Oye ¿Eso realmente está bien? ¿Quiero realmente cantar esto? ¿Siento esto?”. Creo todavía que hay mucho por trabajar, que no hay una igualdad definitivamente, pero también creo que hay esperanza porque se tiene que seguir trabajando a través de la música para tener una sociedad más equitativa.
— ¿Qué características tiene una voz de criollismo? ¿Que necesita para encajar en el género?
Lucy: Creo que una voz bonita es agradable de escuchar, una voz bien timbrada, pero también una voz ronquita. Lo que te quiero decir es que más importante que la voz es la entrega que uno le ponga al interpretar. Cuando dicto mis clases de interpretación vocal le digo a mis alumnos que hay elementos importantes para una buena interpretación vocal: afinación, buena dicción, acentuación correcta; no te digo todo porque nunca irías a estudiar conmigo [risas]. También hay características que tiene la música criolla: la naturalidad, la espontaneidad, cadencia, ritmo, sabor y el fraseo que le pongas a tu canción. No te digo que podamos hablar de distintos estilos de acuerdo al barrio, porque eso se ha perdido un poco, pero yo sí he alcanzado eso. Si canto un vals de un compositor de La Victoria, trato de jugar más con el compás; si canto un tema de Barrios Altos, le doy el énfasis que normalmente le daban en ese barrio a la hora de cantar, que es el vals más saltadito. Esos son elementos importantes y características que tiene nuestra canción popular y creo que todos podemos sacarle partido y provecho a eso para que suene a música criolla.
Analí: Los aspectos técnicos dentro de la música son muy importante. Igual al momento de cantar la afinación es súper importante, cómo es que cantamos la canción. Yo recuerdo que la maestra me corregía mucho las maneras del fraseo de un tema.
Lucy: Recuerdo que vimos “Muñeca rota” de Serafina Quinteros.
Analí: Hay otro tema, más antiguo todavía, el nombre no me acuerdo. Era uno con el que sufrí, pero era una corrección que se tenía que hacer.
Lucy: En la acentuación.
Analí: Sí y aprendí mucho. Desde ahora ya no veo las canciones de la misma forma, ahora trato de desglosar más, no solamente escuchar una versión, sino varias y tratar de armar casi una “nueva” versión o algo que se acomode a mí. En la interpretación también es importante cantar muy bonito, pero si no transmite nada queda solo en “ah, qué bonito canta”.
Araceli: Yo he crecido escuchando a Jesús Vázquez, Alicia Magiña, y siempre lo digo, no porque esté al frente mío, es Lucy Avilés, que la admiro muchísimo por todo lo que conoce y por su canto. La primera vez que le escuché para mí fue como “¡wow!”. Y no es ningún floro, Lucy, tú sabes que es cierto. Hay algo que resalto mucho: en las peñas tradicionales era importante afinar, vocalizar, porque si no quedabas mal ante los maestros que te estaban viendo. Yo que no estudié música en la universidad, la estudié con los maestros de la tradición en las jaranas criollas, eso definitivamente me ha dado como un bagaje musical que me ha permitido interpretar a mi manera, pero basándome en los referentes que he escuchado toda mi vida.
Lucy: Permíteme decir algo ahí. Es muy importante no solamente la teoría, sino la vivencia de la práctica y en la cancha se ven las cosas. Tú puedes estar entrenando mucho tiempo, pero cuando sales a jugar al partido ahí se ve la realidad. Esa vivencia que ha alcanzado Araceli, que ha podido compartir con personajes antiguos como ella bien dice, la han alimentado y le han dado la base sólida.
— ¿Puede un artista criollo vivir de la música solamente?
Lucy: Mira, yo debo ser grata con lo que me ha tocado. Cada uno habla desde su propia vivencia. Probablemente algunos te digan no, otros te digan sí. En mi caso, el tema ha sido como un poco mixto. Yo trabajo en un colegio hace 30 años, agradezco a Dios de tener ese trabajo que me ha permitido solventar las cosas básicas de mi casa. Pero quien le pagó la carrera a mi hija fue la música, quien nos da cierta holgura en algunos momentos, en otros no, es la música y yo debo ser grata con eso. Mi experiencia personal es haber visto que mi papá vivió de la música, solo de la música. Yo sí me puse a trabajar muy a su pesar, porque no quería que su única hija mujer y la menor de todos sus hijos, trabajara.
Analí: Yo opino que el talento se debe profesionalizar, porque si solo vivimos de una cosa quizás no podríamos llegar a donde hemos estado. Ahora, por ejemplo en la pandemia, si bien es cierto el mundo dejó de girar por así decirlo, la música nunca se detuvo. El que menos estaba en su casa tratando de hacer un home studio pequeño, show virtuales o yo, que acabé mi carrera en la pandemia, me enseñaron bastante de composición, arreglo, dirección. Si salía trabajo para hacer un arreglo, claro, lo hacía. O dictar clases particulares. Yo creo que sí, en la música si se puede sí se puede vivir siempre y cuando profesionalices todo lo que estás haciendo.
Araceli: Es muy difícil vivir solamente la música criolla, tiene que ver también con la formación que tengas. En mi caso mi mamá me dijo “tienes que tener una carrera porque de la música no vas a vivir”. Yo no creo que de la música no se pueda vivir, pero únicamente de la música criolla, yo me atrevería a decir según mi experiencia personal, salgo algunas excepciones, es bien difícil. Porque tienes que saber otras cosas como producir, tienes que tener otras herramientas que no solamente te las da el cantar e interpretar bonito. Porque lo cierto es que en una carrera de música como cualquier otra carrera se necesita invertir plata y necesitas aprender a gestionar, hacer cosas más allá de tu presencia en un escenario. Y por otro lado también veo mucha pobreza dentro de nuestra música criolla, con algunos músicos que realmente no la pasan bien. Es ahí donde el Estado debe hacer algo por tantos maestros de la tradición que realmente no la están pasando bien.
— ¿Hacia dónde se proyecta la música criolla?
Lucy: Va en ascendencia y vamos a llegar a una nueva época de oro. Estoy absolutamente segura de eso, por lo que me ha tocado vivir en los últimos años, por lo que me ha tocado trabajar, comprometerme y apostar por mi música y creo que no ha sido en vano. Vamos hacia arriba.
Analí: También (opino así), hacia arriba, hacia adelante, hacia todos lados. Porque hay más grupos ahora emergentes que están saliendo, que están apostando no solo por la música criolla, sino por la música peruana. La música criolla yo creo que no va a morir nunca.
Araceli: Ahora que estoy viviendo fuera veo cómo gente que no es peruana aman, idolatran la música de nuestro país, la música criolla y más allá no. Y es increíble cómo nosotros como peruanos a veces no podemos darnos cuenta de algo que tenemos tan cerca. Entonces hay que seguir abrazando lo que tenemos y yo creo que definitivamente está en un en un buen lugar, gracias también a que a que existen programas como los de Lucy que se esfuerzan por seguir difundiendo. Yo creo que el camino también va un por una música criolla, que no va a ser la misma que conocimos. Así como el maestro Óscar Avilés en su momento también fue un innovador, yo creo que también a las nuevas generaciones nos corresponde hacer algo nuestro también no sin desvincularnos de la raíz, pero yo creo que va en un camino como entre fusión, pero que no deje de sonar criollo.
Lucy: De oler a Perú.
MÁS INFORMACIÓN
Araceli Poma tiene disponible su música en Spotify, Analí Ayala canta en el grupo Kacúa (están en Instagram) y Lucy Avilés cantará el 31 de octubre a las 10:0 p.m. en Cocodrilo Verde (Francisco de Paula Camino 226, Miraflores).