Sonia del Águila

Inicios de 1948. Adrián Flores Albán tenía 23 años cuando se enamoró de Eva, una bella mujer de tez blanca, cabellos castaños, lindos ojos y labios rojos. La atracción fue mutua e inmediata. No hubo cortejo previo, pero sí mucha entrega, aunque -al parecer- no la suficiente; pues la amada del compositor requería “fortuna”. No le bastó recibir “alma, corazón y vida”.