Con la gira Nos volvemos a encontrar, Mar de Copas, además del retorno a los escenarios, celebra la vida y esa capacidad de sus integrantes de reinventarse y mantenerse unidos en los momentos más críticos. Wicho García, vocalista de la icónica agrupación peruana, nos habla de los inicios y evolución de la agrupación, del nuevo espectáculo que ofrecen y de los proyectos que alistan para celebrar 30 años de trayectoria artística el próximo año.
LEE TAMBIÉN: La historia de cómo Mar de Copas se convirtió en la banda de rock más popular del Perú
Tras recorrer Cusco, Arequipa, Ayacucho, Juliaca, Puno, Huaraz, Cajamarca y Trujillo, los responsables de los clásicos “Mujer Noche”, “Suna” y “Un Día Sin Sexo” retornaron a la capital peruana para continuar con su periplo musical. El próximo12 de noviembre cantarán en Lima Este y el 16 de diciembre en Lima Norte.
─¿Qué representa esta gira para la banda?
Principalmente, la alegría y tranquilidad de volver a trabajar porque han sido años muy duros. Si normalmente viviendo del arte se sobrevive en el Perú, te imaginarás cómo fue en pandemia. Tanto el público como nosotros teníamos ganas de vernos y escucharnos, y es tanta la energía que damos y recibimos en cada show que terminamos extenuados. Nos volvemos a encontrar continuará un tiempo más y el próximo año empieza una nueva gira por la celebración de los 30 años.
─Treinta años de disfrute, pero también de lucha sobre todo al principio que tuvieron que valerse de estrategias para conseguir que una disquera apueste por Mar de Copas.
Aquello no sé si fue el destino o suerte, pero justo cuando terminamos de grabar nuestra primera producción, un buen amigo, Pedro Cornejo, ingresó a trabajar a El Virrey. Él nos ayudó a convencer a la gente de la disquera a que hiciera un subsello para probar mercados alternativos con grupos nuevos. Sacaron una edición de 200 cassettes, los compramos todos para que sigan apostando por nosotros, luego los regalamos en las universidades. Con una segunda edición pasó lo mismo. Dos años después sacamos otro disco y fue distinto porque ya teníamos una considerable cantidad de fans.
─¿Quién le puso el nombre al grupo?
La historia es bien graciosa. Como no nos gustaba el nombre que al principio tenía el grupo (As de Copas), decidimos reunirnos en el bar Nautilus, en Miraflores, para buscarle un nombre nuevo. Todo el mundo llevó una idea, yo propuse Mar, porque me gustaba el nombre del grupo español, Mar otra vez, y Manolo propuso La suerte. Se barajaron mil nombres más, luego, tragos van y vienen, todos nos quedamos dormidos. Cuando desperté, era el único lúcido, debía irme porque tenía trabajo con Miki González, y antes de retirarme, dije: “Lo único que hemos logrado en esta reunión es esta lista de 50 nombres y este mar de copas”. Y esa frase fue apuntada en la lista. Una semana después, una de las radios a la que le llevamos nuestro cassette para ver si les interesaba poner algún tema nuestro, nos llamó para preguntarnos el nombre del grupo. Manolo dio Mar de Copas, que era el último nombre que registramos en la lista. Realmente nos gustaba, pero quedó.
─Mar de Copas nació durante los años más difíciles para el rock nacional, en los que la gente solo quería oír grupos extranjeros. ¿Cómo lograron salir airosos de un escenario tan complicado como ese?
Esa etapa la viví más cuando trabajaba con Miki, desde el 86 hasta el 90 había un auge del rock en español, en la radio sonaba mucha música de grupos argentinos, españoles..., pero no peruanos. En 1995, cuando Soda Stereo se presentó en la Universidad de Lima, a nosotros, que íbamos a tocar antes que ellos, nos trataron como si fuésemos la última rueda del coche. Cuando salimos a hacer la prueba de sonido, abrieron las puertas para que la gente ingresara, tuvimos que hacerlo así, con bulla y con la gente entrando. Fue una maldad. Para nuestra suerte, todo empezó a cambiar a raíz de “Suna”, el cuarto álbum que lanzamos en 1999, entramos con fuerza porque el interés por las bandas nacionales ya había crecido.
─Si bien con “Suna”, la banda empieza a sonar con fuerza en las radios, es con el lanzamiento de “Entre los árboles”, el segundo disco, que comenzó a crecer exponencialmente.
Es verdad, el segundo disco fue importante para nosotros porque gustó muchísimo, mucho más que el primero, y la pasada de voz fue tan fuerte que la disquera se animó a sacar un CD.
─¿Por qué dejaron de cantar “Ramera” en sus presentaciones?
“Ramera” fue una canción de La secta que Manolo la presentó en una versión distinta. Había posibilidad de ponerla en el primer disco, luego en el segundo; pero rechacé ambas veces porque nunca me gustó y no es porque sea fuertemente misógina sino por la letra, por el nombre. Cuando sacamos ese single rápidamente se volvió un éxito, incluso las mujeres la cantaban y la pedían. Recuerdo haber cantado ese tema con un poco de desgano, hasta que empezó la onda del Me Too, luego apareció el caso de una chica que quemaron en un bus y estuvo durante una semana internada en el hospital. El día que murió nosotros teníamos un concierto, cuando empecé a cantar “Ramera”, lo primero que pasó por mi mente fue esa noticia, me sentí tan mal que al finalizar, en los camerinos, les dije a todos que nunca más iba a cantar esa canción. Por suerte entendieron y ahí quedó todo.
─¿Durante estas tres décadas, ha sido difícil para la banda mantener vigencia y liderazgo?
Es difícil todos los días. A veces me cruzo con gente de mi colegio y uno que otro me dice que la paso recontra bien como músico, que estoy haciendo lo que me gusta, y tienen razón; pero nosotros no tenemos un horario, trabajamos casi las 24 horas del día porque nos dedicamos a esto de lleno, no tenemos empresas, negocios, otra carrera. Vivimos de la música, es nuestro sustento, por eso nuestro trabajo es constante y sin parar.
─Durante la pandemia, Mar de Copas se vio envuelto en una polémica por el precio de sus entradas para el concierto virtual, algunos usuarios consideraron que era excesivo. ¿Crees que en el Perú no se le atribuye al artista el valor que debe tener?
No recuerdo muy bien ese tema, pero creo que tenía que ver con los altos costos de hacer una transmisión en vivo, había que tener los equipos, una banda ancha, alquilar un servicio especial, era una inversión muy fuerte. Ahí entendí que se hacía de esa manera porque había muchas ganas de hacer las cosas bien. En cuanto a tu pregunta, creo que lo del público tiene que ver con que la pandemia nos dejó golpeados, la gente se quedó con una carga de deuda, y ahora que todo ha subido por diez mil razones, la situación no es la mejor; pero sí considero que hay un aprecio y reconocimiento por nuestro trabajo.
─¿Cómo va el proyecto que tienen con el director Antonio Rodríguez, de llevar la historia de Mar de Copas al cine?
Tony anda en 10.000 cosas, siempre moviéndose de una lado a otro, y creo que ahorita está por terminar el documental de Uchpa. La última vez que hablé con él fue hace unos meses para ver cómo iba a hacer una mezcla de un concierto que grabamos antes de la pandemia. El próximo año, justamente para los 30 años del grupo, vamos a retomar lo de la película.
─Además de la película, ¿qué actividades preparan para celebrar estas tres décadas?
Vamos a lanzar una colección de vinilos de los cuatro primeros discos remasterizados con un empaque especial. Las caratulas ya las tenemos, pero los vinilos están por llegar. Cuando los tengamos vamos a hacer una firma de discos para promocionarlo, también una nueva gira. Hemos superado el bajón fuerte que tuvimos por la pandemia y ahora estamos casi sin parar, tratando de mantener la línea y seguir con Nos volvemos a encontrar. Es un momento bien fuerte de chamba y proyectos. Estamos en un buen momento.
Noviembre
Viernes 04: Concierto Eléctrico en el Yield Rock Bar
Sábado 12: Mar de Copas Nos Volvemos a Encontrar Lima Este
Sábado 19: Rock en el Parque en la Arena Perú
Diciembre
Viernes 02: Concierto Eléctrico en el Yield Rock Bar.
Viernes 16: Mar de Copas Nos Volvemos a Encontrar de Lima Norte