Maldita Vecindad: “Los ‘juangabrielistas’ nos criticaban y los rockeros nos acusaban de vendidos”

Fue en 1991 que los mexicanos de Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio sacudieron la escena de su país con un segundo disco de estudio, “El Circo”, y se atrevieron a incluir un ‘cover’ del clásico “Querida” de Juan Gabriel. “En su momento fue muy criticado por los ‘juangabrielistas’, que nos decían hasta de qué nos íbamos a morir, y también por los rockeros de ese entonces, que nos acusaban de ser unos vendidos”, rememora el guitarrista de la banda, Enrique ‘Pato’ Montes. “Lo único que nosotros hacíamos era divertirnos, tocar una canción popular que nos gustaba”, agrega.

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En efecto, Maldita Vecindad fue una agrupación pionera en mezclar el rock con los más diversos géneros, en su mayoría tradicionales. Temas tan exitosos como “Pachuco” o “Kumbala” –también del álbum “El Circo”– dan cuenta de ello. Lo paradójico es que, muchos años después de que ellos lo hicieran, la fusión musical se ha vuelto cosa corriente en la escena actual.

“Muchas de las bandas que nos criticaban luego empezaron a decir que sí les gustaba la música popular mexicana o Pérez Prado o La Sonora Matancera. Se renegaba de nosotros, pero después se volvió un recurso de las disqueras, obviamente con una intención comercial para explotarlo”, advierte Montes.

En paralelo a esa experimentación sonora, Maldita Vecindad también mantuvo siempre su aguerrido discurso político, que pugna por una Latinoamérica con mayor justicia social, siempre en respaldo de los menos favorecidos. “Cuando nos preguntan por qué somos un grupo con tantos temas sociales, yo digo más bien ¿por qué no los abordan los demás?”, reflexiona el músico de 60 años.

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Muchos años han pasado desde que en los años 80 dieron sus primeras señas de vida, y mucho es lo que ha ocurrido en el interín. En el 2011, por ejemplo, la banda se desintegró por unos años. “Después de 25 años de carrera decidimos tomar un receso indefinido. No sabíamos qué iba a pasar, pero sabíamos que ya no podíamos estar en este mismo tren de actividades sin parar. Giras, grabaciones, era todo muy despiadado”, afirma Montes.

Otro episodio complicado en su trayectoria ocurrió en marzo del año pasado, cuando uno de sus integrantes más queridos, Eulalio Cervantes o simplemente Sax, murió por complicaciones con el Covid-19. “Para nosotros fue una pérdida enorme, totalmente –dice ‘Pato’–. Es nuestro hermano, lo tenemos siempre en nuestros actos cotidianos y en la música. Te hablo en presente porque así lo siento. Extrañamos su amistad, extrañamos sus ocurrencias, pero a través de la música lo vamos a seguir teniendo presente”.

La llegada al Perú de Maldita Vecindad, para el Taytakunan Festival del próximo 27 de agosto, le permite a Montes recordar aquella presentación en el Campo de Marte de 1997: “Íbamos a tocar en Punta Rocas y fue muy accidentado porque se canceló. Nos quedamos unos días esperando que se restablezca, pero nada. Ya estábamos en el aeropuerto para irnos, bien tristes, y de repente surge una llamada mágica, milagrosa, que sí se autorizaba el concierto, sí se iba a hacer. Fue increíble poder tocar allí”.

Es con ese espíritu que Maldita Vecindad mantiene el ánimo en alto hasta hoy, como explica su guitarrista: “Yo siempre cito una frase de Carlos Monsiváis. Él decía que una obra artística permanece vigente en la medida que el público se siga reflejando en él. Y mientras nosotros sigamos reflejándonos en los conciertos con toda nuestra gente, vamos a seguir vigentes”.